Un reciente artículo de U.S. News & World Report advierte sobre los riesgos de las interacciones medicamentosas, especialmente en adultos mayores que toman múltiples fármacos al mismo tiempo, una práctica conocida como polifarmacia.
A través del caso de un paciente de 75 años que sufrió una reacción alérgica grave, se evidenció cómo los betabloqueantes que tomaba anularon el efecto de la epinefrina administrada por los servicios de emergencia, situación que ni el paciente ni los técnicos conocían.
Este ejemplo refleja la falta de información y seguimiento cuando los tratamientos son prolongados, así como la necesidad de mejorar la comunicación entre profesionales y pacientes. Según los CDC, un tercio de los adultos entre 60 y 79 años toma cinco o más medicamentos distintos, lo que incrementa el riesgo de reacciones adversas.
Entre las combinaciones más peligrosas que se deben evitar se encuentran: betabloqueantes con epinefrina, anticoagulantes con AINE, estatinas con antibióticos macrólidos, inhibidores de la ECA con diuréticos ahorradores de potasio, ISRS con triptanes, benzodiacepinas con opioides, inhibidores de la bomba de protones con clopidogrel, litio con diuréticos tiazídicos, digoxina con verapamilo, metformina con contrastes yodados, anticonceptivos con ciertos antibióticos o anticonvulsivantes, antihistamínicos con alcohol, ISRS con AINE, inhibidores de la MAO con alimentos ricos en tiramina, levodopa con antipsicóticos típicos, teofilina con fluoroquinolonas, anticonvulsivantes con anticoagulantes, antifúngicos azólicos con benzodiacepinas, corticoides con AINE y antiretrovirales para tratar el VIH con estatinas.
La prevención de estas interacciones medicamentosas requiere una revisión periódica de los tratamientos, evitar la automedicación y emplear sistemas de alerta que identifiquen a las personas con mayor riesgo de interacciones, como por ejemplo los adultos mayores con polifarmacia.
Fuente original