En 2024, un equipo portugués publicó un caso clínico de hipomagnesemia asociada al uso de un inhibidor de la bomba de protones (IBP) [1].
Una mujer de 78 años con hernia hiatal sintomática recibía tratamiento a largo plazo con el IBP esomeprazol (Nexium u otras marcas), junto con un antagonista del receptor de la angiotensina II, un bloqueante del canal de calcio para tratar la hipertensión y una estatina [2].
La habían hospitalizado varias veces durante los cinco años previos por una hipomagnesemia con alteraciones de la conciencia y convulsiones. Cada una de estos trastornos neurológicos fue precedido por un episodio de diarrea atribuida a una gastroenteritis viral, y los niveles séricos de magnesio volvieron a la normalidad después de indicar suplementos de magnesio [3].
Tras un nuevo episodio de convulsiones e hipomagnesemia precedido por diarrea, se hicieron muchas investigaciones, que descartaron un tumor neuroendocrino, síndrome de malabsorción, enfermedad celíaca, gastritis autoinmune, infecciones del tracto gastrointestinal, enfermedad inflamatoria intestinal o trastornos endocrinos. Se volvió a dar de alta a la paciente con niveles normales de magnesio y con suplementos de magnesio [4].
Tres meses después, se observó nuevamente hipomagnesemia, a pesar de la ausencia de síntomas neurológicos o de diarrea. Se interrumpió el esomeprazol y se reemplazó con la famotidina, un antagonista del receptor H2, y el nivel sérico de magnesio siguió estable. Sin embargo, los síntomas de reflujo gastroesofágico se presentaron nuevamente, por lo que se indicó otra vez el esomeprazol. Una vez más, esto fue seguido de la recurrencia de la hipomagnesemia, que se resolvió después de reemplazar el IBP con un antiácido.
Desde la década de 2000, se han reportado casos de hipomagnesemia en pacientes tratados con diferentes IBP durante al menos tres meses. La aparición de la hipomagnesemia es lenta y no se suele notar, pero, al empeorar, conlleva un riesgo de trastornos neurológicos que incluyen convulsiones, arritmias, trastornos del metabolismo del calcio e hipopotasemia
En la práctica, este reporte de un problema clínico que se vinculó después de mucho tiempo a un medicamento es un recordatorio de la importancia de considerar desde el principio la posible participación de un medicamento como el causante de un trastorno. Esto puede ayudar a los pacientes a evitar las consecuencias que podrían ser graves, así como las investigaciones innecesarias.
Referencias