Los padres de Thomas Kingston, esposo de Lady Gabriella Kingston, han instado – tras el suicidio de su hijo en febrero de 2024- a que se haga una revisión de la forma como se prescriben los antidepresivos. Kingston, de 45 años, había dejado de tomar su medicación, prescrita por un médico de la Royal Household, días antes de su muerte.
Martin y Jill Kingston solicitan que se fortalezcan los protocolos de información sobre los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS), tanto para los pacientes como para sus allegados, incluyendo los riesgos de suspender la medicación de forma abrupta. Proponen que los pacientes firmen un consentimiento informado que detalle los posibles efectos adversos, incluso los riesgos de suicidio, y que se incluya a una persona cercana en ese proceso.
El caso ha generado un debate sobre los proveedores de servicios de atención primaria y la rapidez con la que se recurre a medicación en lugar de usar terapias psicológicas. El informe forense determinó que Kingston nunca había mostrado intenciones suicidas, pero estaba experimentando los efectos adversos del tratamiento. En respuesta, el forense emitió un informe de prevención de futuras muertes en el que recomienda mejorar la comunicación sobre los riesgos de los ISRS.
La familia Kingston espera que su testimonio contribuya a mejorar las prácticas clínicas y a evitar nuevas tragedias asociadas al uso y descontinuación de antidepresivos.
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