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Colombia. Presuntas afectadas con vacuna del papiloma piden trato humano
El Tiempo, 19 de marzo de 2016
http://www.eltiempo.com/bogota/afectadas-por-vacuna-contra-el-papiloma-en-foro-del-concejo-de-bogota/16540929

Trato médico digno para las adolescentes que aseguran vivir efectos secundarios por la vacuna del virus del papiloma humano (VPH), que a muchas las ha dejado en la invalidez o con enfermedades autoinmunes, reclamó el Concejo de Bogotá durante un foro en el que hablaron afectadas, especialistas y médicos.

La abogada Mónica León del Río aseguró que tiene documentados 209 casos en Colombia de niñas previamente sanas que resultaron con daños colaterales por efecto de la vacuna. “El daño que se realiza en el sistema inmune del ser humano afecta la totalidad de los órganos”, dijo, al señalar que estas jóvenes terminaron afectadas con enfermedades autoinmunes como lupus, encefalomielitis y enfermedades de la sangre, entre otras.

En sus testimonios, las niñas afectadas denunciaron, además, el trato indigno que han recibido de los médicos y las instituciones de salud y la falta de apoyo para sus procesos de tratamiento y para sus terapias, porque la mayoría tiene problemas de invalidez que limitan su posibilidad de llevar una vida normal.

“Como mujeres de la bancada verde, hemos estado comprometidas para que se escuchen las dos caras de la moneda, porque es importante que se apliquen las tres dosis, pero que se sepa que algunas mujeres han tenido secuelas físicas y psicológicas para siempre, que no se pueden desconocer”, afirmó Lucía Bastidas, concejal del partido Alianza Verde, bancada que promovió el foro y que en el 2009 incentivó la aplicación de la vacuna.

Los concejales María Clara Name y Edward Arias, también de la Alianza Verde, advirtieron que apoyan el llamado de las afectadas a tener un trato médico digno, pero señalaron que en aras de salvar a las adolescentes del cáncer de cuello uterino, y mientras no haya evidencias científicas concluyentes, es necesario seguir aplicando la vacuna.

El secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, explicó que no se trata de defender o no la vacuna, sino de la realidad: dijo que en los últimos 10 años, en Bogotá, 500 mujeres entre 12 y 26 años de edad fueron diagnosticadas con cáncer de cuello uterino, y muchas de ellas terminaron mutiladas, sin útero o sin ovarios. “Eso también es una tragedia”, dijo el funcionario, que reprochó como médico el trato que sus colegas les han dado a las afectadas.

El gerente de Investigaciones de Profamilia, Juan Carlos Vargas, llamó la atención sobre la alta incidencia que tiene el virus del papiloma humano en la aparición del cáncer del cuello uterino. De acuerdo con él, solo con esta vacuna el mundo ha podido reducir esta enfermedad y su incidencia en la mortalidad de las mujeres.

El doctor Francisco Yepes, miembro de la Academia Nacional de Medicina, afirmó que por ahora la única evidencia científica es que esta vacuna previene lesiones precancerosas, porque no ha transcurrido un tiempo suficiente desde que comenzó a aplicarse, en el 2006, para comprobar que previene el cáncer.

Y dijo que aunque tampoco hay pruebas definitivas que permitan afirmar la relación directa de la aplicación del biológico con los efectos secundarios, sí hay signos de alarma de que está afectando la vida de jóvenes previamente sanas a la vacuna, que no se pueden desconocer. “Esta evidencia en este momento nos obliga a establecer signos de alarma.

No nos podemos esperar a que nos demuestren científicamente que esos elementos tienen relación causal”, dijo el doctor Yepes, al advertir que por eso la Academia Nacional de Medicina le pidió al Ministerio de Salud que excluya de la vacunación a la población con presencia de enfermedades autoinmunes y que modifique los protocolos para que el público disponga de toda la información sobre los efectos negativos y riesgos.

Los concejales de las distintas bancadas y el Secretario de Salud concluyeron que es prioritario que la vacuna se aplique con conocimiento bien informado de las madres y sus hijas.

Daniela perdió la esperanza

Daniela Echeverry se aplicó la vacuna en el 2008, en Francia. Asegura que nunca le advirtieron de los efectos adversos. Al día siguiente se le inflamó un ganglio, pero lo asumió como algo normal. Después, empezó a sufrir debilidad muscular, que avanzó hasta que ya no pudo ni subir escaleras. “Yo empecé a tener pistas de que estaba relacionada con la vacuna cuando supe que en Suiza advirtieron de niñas en Europa que tenían los mismos síntomas míos”, dice al lamentar que los médicos se burlen de ella cuando les habla de los efectos adversos de la vacuna.

“Tenemos derecho a ser escuchadas y me alegro de que haya médicos que comiencen a decir que la efectividad de la vacuna no está comprobada”.

“En este momento, no tengo esperanza. Cuando tenía 15 años mis amigos me preguntaban qué estaría haciendo a los 28 años, y no era pasar la mitad de mis días

Juliana perdió la movilidad

Juliana Vega tiene 19 años y se aplicó la vacuna el 14 de febrero del 2014, en una jornada del colegio, y dice que nunca le advirtieron sobre los riesgos. Quince días después, comenzó a desmayarse. Luego, empezó a perder mechones de pelo y la visión sin razón aparente. Después, desarrolló vejiga neurogénica y se orinaba en los pantalones. Hasta la mandaron al psiquiatra. “Me desmayaba tres veces al día y la incontinencia era absoluta”. En ocasiones, se queda sin movilidad en las piernas. Dice que los médicos la acusan de ser una niña consentida, pero la verdad es que perdió el derecho a salir de su casa, porque su salud es un riesgo total.

“Volví a la universidad, porque me tocó suspender todos mis planes. Antes entrenaba alto rendimiento, ahora no puedo correr. Mis piernas no me dan para correr, desde hace una semana uso bastón. No tengo silla de ruedas y si despierto sin movilidad en las piernas tengo que estar en la cama. Estudio Ecología y no puedo ir a salidas de campo porque soy un riesgo”.

Campeona en silla de ruedas

María Paula Salamanca tiene 16 años. Fue subcampeona del mundo de maratón, en Nueva York. Era patinadora de alto rendimiento. Se aplicó la vacuna el 27 de mayo del 2013. Empezó a desmayarse y a tener migrañas que sus entrenadores y familia y ella misma atribuyeron al cansancio. La debilidad la obligó a dejar los patines. Después le empezaron a salir moretones espontáneamente; algunos duraban minutos, otros varios días. Trasladarse de un salón a otro de su colegio la fatigaba.

“Bajé en rendimiento académico, tenía mucho frío, me ponía pálida, tenía desmayos y desarrollé mucha hipersensibilidad”.

Los médicos diagnosticaron posible leucemia y pronto la descartaron. Un día no pudo volver a orinar normal y la sometieron a una sonda que no funcionó. Dice que una pediatra le dijo en el hospital: “usted no tiene retención urinaria, lo que está es regordeta”. Estuvo a punto de ser sometida a una cirugía que la iba a dejar con diálisis de por vida. Hoy, orina con dolores y se transporta en silla de ruedas. “Fibromialgia es mi diagnóstico”, dice.

creado el 1 de Junio de 2016