Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante

Políticas

EE UU y Canadá

Eliminar el beneficio de nuestras píldoras: por una industria farmacéutica pública (Removing the profit from our pills: The case for a public pharma system)
Fran Quigley
Truthout, 21 de septiembre de 2019
https://truthout.org/articles/removing-the-profit-from-our-pills-the-case-for-a-public-pharma-system/
Traducido por Salud y Fármacos

Los servicios vitales de seguridad y salud deben confiarse a instituciones que rindan cuentas públicamente.

Cualquier estadounidense que haya pagado el precio de un medicamento protegido por patente conoce el problema central del sistema de medicamentos de venta con receta en EE UU: nuestros líderes electos han entregado el control a corporaciones hambrientas de ganancias. Y las corporaciones con fines de lucro van a tener fines de lucro, como dirían los niños. Eso es especialmente cierto cuando se regala a las corporaciones monopolios de largo plazo para medicamentos esenciales para la vida, lo que les permite establecer precios de “tóma o déjalo” que les devengan miles de millones en ingresos netos, extraídos de todos nosotros.

No tiene que ser así. Ese es el mensaje de un nuevo y emocionante informe, Medicamentos para todos: el caso a favor de una opción pública en la industria farmacéutica (Medicine for All: The Case for a Public Option in the Pharmaceutical Industry), por Dana Brown, directora del Proyecto Next System de la organización Democracy Collaborative. “Podemos desplazar el poder corporativo sobre nuestra salud y nuestras vidas, avanzando hacia un sector farmacéutico democrático y de propiedad pública, diseñado para responder a las necesidades de salud pública y ofrecer mejores resultados de salud a menores costos”, escribe Brown.

El argumento de Brown se basa en nuestro largo legado de garantizar que los servicios vitales de seguridad y salud se confíen a las instituciones que rinden cuentas y reciben fondos públicos. Durante generaciones, hemos estado protegidos por servicios policiales y de lucha contra incendios que son corporaciones públicas, no con fines de lucro, que rechazan a los residentes en peligro cuando no pueden desembolsar el dinero por el servicio. Nos aseguramos de que nuestras escuelas primarias y secundarias, nuestra infraestructura crítica y nuestros sistemas judiciales y electorales sean accesibles a todos, sin las barreras de precios que las corporaciones con fines de lucro crean naturalmente. Deberíamos hacer lo mismo con los medicamentos esenciales. (Divulgación completa: el editor de Faith in Healthcare se enorgullece de trabajar con Democracy Collaborative en otras propuestas para aumentar la participación del sector público en el proceso farmacéutico).

La base para este cambio ya está establecida. La financiación pública ha sido durante mucho tiempo la base de la investigación y el desarrollo farmacéutico, y cada uno de los 210 nuevos medicamentos aprobados entre 2010 y 2016 remontan sus orígenes a la investigación patrocinada por los contribuyentes. Al final de nuestro proceso actual, los dólares públicos de nuestros sistemas de Medicare y Medicaid y VA son los mayores compradores de los medicamentos que venden las corporaciones farmacéuticas. Y en medio, nuestro gobierno otorga a esas corporaciones patentes de monopolio sobre medicamentos descubiertos por los contribuyentes y generosas exenciones de impuestos para sus costos comerciales. Como ha escrito el economista Dean Baker, un sistema farmacéutico sin los márgenes de ganancia que les otorgan las patentes ahorraría a los contribuyentes más que suficiente para reemplazar varias veces cada centavo de I + D procedente de fondos privados.

Como suele ser el caso cuando se trata de atención médica, otras naciones nos muestran lo que es posible, en el informe Brown de EE UU se explica cómo Suecia, Brasil, Cuba, Tailandia y China (entre otros) incorporan la propiedad pública en componentes clave de sus sistemas de medicamentos. Cuando estos países priorizan a los pacientes sobre las ganancias, ponen a disposición medicamentos a costos que son sólo una fracción de lo que pagan los estadounidenses.

Las ventajas de esos sistemas no se limitan a los precios más bajos. La investigación y el desarrollo corporativos priorizan los medicamentos “yo también” (me-too), diseñados para forjar un mercado lucrativo sin ningún beneficio adicional para la salud, en cambio la investigación farmacéutica pública desarrollaría los medicamentos que son más valiosos para nuestra salud. Los detalles de los descubrimientos innovadores realizados con dólares públicos pueden estar disponibles para la investigación de seguimiento, no atesorados por el interés de las corporaciones de monopolizar los mercados. Y un sistema público podría solucionar la escasez de medicamentos que ahora es frecuente, y es una crisis causada por las corporaciones que consideran que esos medicamentos no son buenos candidatos para obtener grandes ganancias.

ejemplos de estas otras naciones, hay múltiples alternativas para alejarse de la especulación farmacéutica. La senadora Elizabeth Warren y el representante Jan Schakowsky han propuesto una agencia federal para fabricar medicamentos. Brown sugiere que los estados e incluso los municipios pueden apoyar la fabricación y distribución pública, e incluye un análisis legal de cómo California podría crear su propio proceso público.

Los estadounidenses ¿adoptaran esta posibilidad? Por un lado, EE UU tiene fama de sospechar, política y culturalmente, de los sistemas públicos que reemplazan a los mercados. Pero las implacables y trágicas fallas de nuestro actual sistema farmacéutico, dominado por las empresas, no se pueden ignorar. Uno de cada cuatro estadounidenses con enfermedades crónicas dice que frecuentemente no puede comprar las recetas debido al costo. Las noticias repetidamente informan de jóvenes estadounidenses que mueren porque no pueden pagar el costo inflado de medicamentos tan básicos como la insulina.

Entonces, la población de EE UU ha tomado nota: dos tercios de los estadounidenses apoyan que los medicamentos recetados sean bienes públicos pagados por el gobierno federal. Ocho de cada diez apoyan romper los monopolios de patentes para reducir los precios de los medicamentos. El pueblo estadounidense está listo para extraer el beneficio de nuestras píldoras, y este nuevo informe nos muestra cómo hacerlo.

Para más información sobre este tema ver
https://thenextsystem.org/medicineforall (en inglés)

creado el 4 de Diciembre de 2020