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REGULACIÓN Y POLÍTICAS

Investigaciones

Mejorando la farmacovigilancia en Europa (Improving pharmacovigilance in Europe)
Moore N, Bégaud B
BMJ 2010; 340: c1694
Traducido y resumido por Salud y Fármacos

Para prescribir medicamentos hay que saber si los beneficios para el paciente superan los riesgos [1]. Para eso hay que tener acceso a la información que proviene de los ensayos clínicos y/o de los programas de farmacovigilancia. El acceso a la información proveniente de los ensayos clínicos ha mejorado con el registro de los ensayos en una base de datos accesible al público, lo que facilita el acceso a estudios no publicados y la realización de revisiones sistemáticas, y permite la inscripción de pacientes en estos estudios [2].

En el artículo de Garratini et al [3] que se publica en este mismo número, los autores se unen a otras voces [4] que han solicitado mayor transparencia y acceso público a la información individualizada de cada paciente, preservando su confidencialidad. Esto permitiría hacer un análisis independiente de los resultados del estudio [4], y reanalizar la información de seguridad para comprobar que los riesgos de los medicamentos no son superiores a sus beneficios y que no se ha exagerado al presentar la información sobre la eficacia de los mismos [3]. Esto aplica a los estudios que se presentan para obtener el permiso de comercialización de un medicamento nuevo.

El acceso a la información individualizada de los pacientes que participan en los ensayos clínicos también permitiría identificar los factores que influyen en el impacto del medicamento en cada individuo. Los estudios de efectividad post-comercialización permitirían ratificar los factores predictivos del impacto del medicamento en los pacientes y asegurar que solo se prescriban a los pacientes que tengan posibilidad de beneficiarse de los mismos. Este tipo de medidas maximizaría el impacto en cada paciente y también en la comunidad porque se reduciría el gasto y la exposición innecesaria a medicamentos [5]. Por otra parte, las compañías farmacéuticas experimentarían una reducción en sus ventas.

Los ensayos clínicos son solo una parte de la historia de un medicamento. Hay que dar seguimiento a lo que sucede con los medicamentos desde los ensayos clínicos previos a su comercialización hasta lo que acontece una vez han sido comercializados. Durante la fase de post-comercialización se pueden identificar nuevos riesgos, ya sea que los pacientes que se incluyeron en los ensayos clínicos no representan al usuario final, los pacientes tienen comorbilidades y están tomando otros medicamentos, o tienen una carga genética distinta, o el medicamento se utiliza para indicaciones no aprobadas.

Los sistemas de farmacovigilancia han evolucionado mucho desde los 1960s. Se han establecido sistemas de notificación espontánea y la comunicación entre las compañías farmacéuticas, pacientes y médicos ha mejorado. Todas las compañías tienen que tener un empleado calificado en farmacovigilancia; y se ha fortalecido el intercambio de información entre los reguladores y la industria. En 1995, al fundarse la agencia europea de evaluación de medicamentos (EMEA),  se formó un grupo de trabajo sobre temas de farmacovigilancia (PVWP).

Los reguladores y las regulaciones están en continua evolución. Se está preparando nueva legislación [6-8], que  ha sido ampliamente discutida [9, 10]. La nueva legislación propone cambios, algunos simplemente clarifican o refuerzan obligaciones existentes, como el intercambio de información entre los reguladores y la industria; otras disposiciones, como el traspaso de la responsabilidad del directorado de industria al de salud pública (Sanco) podrían cambiar la estructura de la farmacovigilancia en Europa. Algunos piensan que es un buen cambio, otros creen que Sanco no tiene la experiencia del directorado de industria.

Otro cambio es la transición de un sistema de farmacovigilancia pasiva, basado en la notificación espontánea, a iniciativas más proactivas, como los planes de manejo y minimización de riesgos y el desarrollo de la farmacoepidemiología; esto último con el apoyo de la red europea de centros de excelencia en farmacovigilancia y farmacoepidemiología (ENCEPP) de EMA. Las autoridades podrán exigir la realización de estudios de post-comercialización, algo que antes solo podían hacer algunos países miembros. Las compañías farmacéuticas tendrán que dar a conocer los problemas que anticipan que sus medicamentos pueden ocasionar, su plan de monitoreo, y el plan de minimización de riesgos. Preocupa que el plan de manejo de riesgos reduzca el número de estudios que se realizan antes de la comercialización y el esfuerzo de notificación espontánea [10], a pesar de que la notificación espontánea es parte el plan.

El PVWP pasará a llamarse comité asesor de farmacovigilancia y cálculo de riesgo (PRAAC). Las responsabilidades de esta nueva entidad todavía estén en fase de discusión. El fortalecimiento y ampliación de la base de datos europea de  reacciones adversas (EUDRA vigilance), accesible a todas las autoridades nacionales y quizás a otras, podría incrementar la posibilidad de detectar señales de alerta. Incluirá informes de los pacientes sobre sus reacciones adversas a medicamentos, aunque todavía se discute su utilización como parte del programa de farmacovigilancia. En general la nueva regulación pretende simplificar los procesos y mejorar la eficiencia, pero solo el tiempo dirá si lo consigue.

Si bien la regulación es importante, no soluciona todos los problemas. La mayor parte de los ingresos por reacciones adversas son efectos adversos conocidos de medicamentos viejos que se hubieran podido evitar si los pacientes y los prescriptores estuvieran bien entrenados [11]. Este aspecto debe mejorarse a la vez que se trabaja en la nueva legislación [12].

Referencias:
1. Herxheimer A. Communicating with patients about harms and risks. PLoS Med 2005; 2:e42.
2. Godlee F, Chalmers I. Publishing information about ongoing clinical trials for patients. BMJ 2010; 340:c725.
3. Garattini S, Bertele V. Europe’s opportunity to open up drug regulation. BMJ 2010; 340:c1578
4. Miller JD. Registering clinical trial results: the next step. JAMA 2010; 303:773-4.
5. Kummerer K, Velo G. Ecopharmacology: a new topic of importance in pharmacovigilance. Drug Saf 2006; 29:371-3.
6. Waller PC, Evans SJ, Beard K. Drug safety and regulation. BMJ 2005; 331:4-5.
7. Commission of the European Communities. Proposal for a regulation of the European Parliament and of the council amending, as regards pharmacovigilance of medicinal products for human use. Regulation (EC) No 726/2004 laying down community procedures for the authorisation and supervision of medicinal products for human and veterinary use and establishing a European Medicines Agency. COM (2008) 664. http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2008:0664:FIN:en:PDF
8. Commission of the European Communities. Proposal for a directive of the European Parliament and of the Council amending, as regards pharmacovigilance. Directive 2001/83/EC on the community code relating to medicinal products for human use. COM (2008) 665. http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2008:0665:FIN:en:PDF
9. Waller P, Beard K, Egberts T, Evans S, Hallas J, Hasford J, et al. European commission consultation on pharmacovigilance. Pharmacoepidemiol Drug Saf 2008; 17:108-9.
10. Joint position: EU Commission’s proposals on pharmacovigilance dismantle the entire system. 2009. www.dialogosuifarmaci.it/documents/En_CEProposals_June2009.pdf.
11. Pirmohamed M, James S, Meakin S, Green C, Scott AK, Walley TJ, et al. Adverse drug reactions as cause of admission to hospital: prospective analysis of 18 820 patients. BMJ 2004; 329:15-9.
12. Aronson JK, Henderson G, Webb DJ, Rawlins MD. A prescription for better prescribing. BMJ 2006; 333:459-60.

modificado el 28 de noviembre de 2013