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Los inhibidores de la colinesterasa (donepezil, rivastigmina, galantamina) y la hospitalización por bradicardia: un estudio de población

(Cholinesterase inhibitors and hospitalization for bradycardia: a populationbased study)
I. J. Douglas et al.
PLoS Medicine 2009; 6 (9): e1000157
http://pediatria.diariomedico.com/2009/11/03/areacientifica/especialidades/pediatria/la-penicilina-no-provocadefectos-congenitos
Traducido por Salud y Fármacos

Los inhibidores de la colinesterasa se utilizan frecuentemente para tratar la demencia al aumentar la efectividad de la acetilcolina, pero su beneficio es limitado, se estima que pueden atrasar la aparición síntomas durante entre seis meses y un año en el 50% de los pacientes, aunque algunos pacientes pueden obtener mejores beneficios. Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios molestos como diarrea y espasmos musculares, y algunos informes sugieren que en algunos pacientes pueden producir bradicardia. Nuestro objetivo fue estudiar la asociación entre los inhibidores de la colinesterasa y la hospitalización por bradicardia.

Utilizamos un diseño de serie temporal que permitió que cada uno de los pacientes fuese su propio control (case-time-control design). Obtuvimos una muestra de 1,4 millones de historias clínicas. Los casos eran residentes de Ontario (Canadá), de 67 años o más, que fueron hospitalizados por bradicardia entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de marzo de 2008. Los controles (3:1) no fueron hospitalizados por bradicardia y tenían las misma edad, sexo y riesgo de enfermedad que los casos. Todos habían recibido inhibidores de la colinesterasa durante los nueve meses previos a su hospitalización.

Se identificaron 1.009 personas mayores que no estaban institucionalizadas y que requirieron hospitalización por bradicardia y habían recibido tratamiento con inhibidores de la colinesterasa en algún momento durante los nueves meses previos a su hospitalización. De esos se escogieron 161 pacientes que habían consumido inhibidores de la colinesterasa durante un periodo específico de tiempo. De ellos, 139 habían estado en tratamiento durante los tres meses previos a la hospitalización, y 22 habían dejado de tomarlos al menos seis meses antes de ser hospitalizados. Estos casos se compararon cada uno con tres controles; ninguno de los controles había acudido al hospital por bradicardia en la fecha en que el caso con el que se había apareado había sido hospitalizado. De los 466 controles, 349 habían empezado a consumir inhibidores de la colinesterasa durante los tres meses anteriores a la fecha de hospitalización de los casos con los que estaban apareados, y 117 habían dejado de tomarlos al menos seis meses antes de esa fecha. El análisis estadístico mostró que el inicio reciente de los inhibidores de la colinesterasa se asoció con el doble de riesgo de hospitalización por bradicardia.

Los investigadores descartaron la posibilidad de que otros medicamentos, como los inhibidores de la bomba de protones, hubieran causado ese efecto. El aumento del riesgo fue similar en pacientes que tenían problemas de corazón pre-existentes. La información recopilada también mostró que, excluyendo los pacientes que recibieron un marcapasos durante su hospitalización, la mitad de los pacientes reanudaron el tratamiento con inhibidores de la colinesterasa al ser dados de alta, y de estos unos cuantos regresaron al hospital con bradicardia en un periodo de 100 días.

Las guías vigentes sobre el tratamiento de la demencia dicen que los médicos no deben recetar inhibidores de la colinesterasa de forma rutinaria, sino que tienen que hacer un análisis de riesgo-beneficio para cada paciente. Este trabajo añade otro riesgo que para muchos médicos es desconocido. La mayoría de pacientes en este estudio recibieron donepezil por lo que no se puede comparar el riesgo de los diferentes inhibidores de la colinesterasa.

Este tipo de estudio no puede establecer una relación causal entre el medicamento y la bradicardia, existe la posibilidad de que haya algún factor de confusión que los autores no han podido identificar. Además los médicos tuvieron que asumir que el paciente había consumido el medicamento recetado, y solo incluyeron los casos de bradicardia que requirieron hospitalización, es decir es posible que la incidencia de bradicardia haya sido subestimada.

creado el 9 de Febrero de 2024