Puntos clave
Pregunta: ¿Cuál es la proporción de ensayos oncológicos de fase 3 que mejoran la supervivencia global o la calidad de vida?
Hallazgos: En este estudio meta-epidemiológico, entre los 791 ensayos incluídos, el 53% se interpretó como positivos en cuanto a superioridad del producto experimental en el desenlace primario; sin embargo, la superioridad en supervivencia global y en la calidad de vida solo se evidenció en el 28% y en el 11% de los ensayos, respectivamente. En el 32% de los ensayos se demostró superioridad en al menos uno de estos dos desenlaces (supervivencia global o calidad de vida), y únicamente en el 6% se observó superioridad en ambos.
Significado: Aunque los ensayos de fase 3 a menudo se interpretan como que el producto experimental es superior, la supervivencia global y la calidad de vida, que pueden ser los criterios de valoración más relevantes para los pacientes, pocas veces mejoran.
Resumen
Importancia: Los ensayos clínicos aleatorizados (ECA) de fase 3 utilizan cada vez más los criterios de valoración alternativos, como la supervivencia libre de progresión. Sin embargo, estos criterios de valoración alternativos a menudo no son indicadores válidos de la supervivencia global y de la calidad de vida (CdV) y pueden ser menos relevantes para los pacientes.
Objetivo: Determinar la proporción de ECA de fase 3 que demuestran superioridad en la supervivencia global o la calidad de vida.
Diseño y entorno: Estudio metaepidemiológico de ECA en oncología, estudios intervencionistas de fase 3, con 2 grupos y con diseño de superioridad, seleccionados de ClinicalTrials.gov y publicados entre 2002 y 2024.
Principales resultados y mediciones:
Criterio de valoración alternativo, supervivencia global y superioridad en la calidad de vida en el grupo experimental frente al grupo de referencia/control, según los criterios estadísticos preespecificados para cada ECA. Un objetivo secundario fue evaluar la calidad de los análisis de calidad de vida, ya que las estrategias que no ajustan según las puntuaciones iniciales pueden sesgar los resultados.
Resultados: Se incluyeron 791 ECA que habían inscrito a un total de 555.580 pacientes. Lo más frecuente es que utilizaran variables alternativas como criterios de valoración principales (n = 495 [63%]). El criterio de valoración principal se cumplió en el 53% de los ECA (n = 420); se demostró superioridad en el punto final alternativo en el 55% de los ensayos (n = 434). Se demostró superioridad en la supervivencia global en el 28% (n = 221). Se recogieron resultados informados por los pacientes en el 61% de los ECA (n = 482), pero los resultados globales de calidad de vida solo se publicaron en el 34% (n = 271).
La mayoría de los análisis globales que comparaban la calidad de vida entre los grupos no ajustaron según las puntuaciones iniciales (223 [82%]). Se demostró superioridad global en la calidad de vida en el 11% (n = 84).
Entre todos los ECA, el 32% (n = 257) demostró superioridad en la supervivencia global o en la calidad de vida. Se demostró superioridad tanto de la supervivencia global como en la calidad de vida global en el 6% (n = 48). Entre 434 ECA que arrojaron un criterio de valoración alternativo positivo, solo una minoría mostró superioridad en la supervivencia global (185 [43%]) o en la calidad de vida global (67 [15%]).
Conclusiones y relevancia:
Los hallazgos de los ECA oncológicos de fase 3 con diseño de superioridad se interpretan frecuentemente como positivos. Sin embargo, esto se basa principalmente en mejoras en los criterios de valoración alternativos. Las mejoras en la supervivencia global o en la calidad de vida son poco frecuentes, incluso cuando los hallazgos en los criterios de valoración alternativos son positivos.
La calidad de vida parece estar infravalorada e infrainformada; además, la mayoría de los análisis de calidad de vida de fase 3 no se han ajustado según las puntuaciones iniciales, lo que reduce la eficiencia y añade sesgo, si se comparan con los análisis ajustados.
Para aumentar la relevancia de la investigación en fase avanzada, los diseños de futuros ensayos y los procesos regulatorios se deben reorientar hacia la supervivencia global y las mejoras en la calidad de vida.