La vacunación es una herramienta clave para reducir la Resistencia Antimicrobiana (RAMI), tanto previniendo infecciones resistentes como disminuyendo el uso de antimicrobianos.
Estudios financiados por Wellcome [1] muestran que el impacto varía según patógeno y contexto, y que la relación entre vacunación y RAMI es compleja. Es necesario generar más evidencia empírica para fortalecer las decisiones de política pública, especialmente en países de ingresos bajos y medianos (PIBM).
Las vacunas contribuyen a prevenir infecciones sensibles y resistentes, y reducen el uso de antibióticos al evitar infecciones bacterianas secundarias. La OMS y la ONU instan a integrar planes nacionales de inmunización con estrategias contra la RAMI, y a desarrollar nuevas vacunas para patógenos prioritarios.
Aunque existe una base teórica sólida, aún faltan datos empíricos que confirmen el valor agregado de las vacunas en la lucha contra la RAMI.
Los proyectos financiados por Wellcome abarcaron diferentes patógenos y contextos. La reducción en la utilización de antibióticos para tratar sobreinfecciones bacterianas derivadas de un cuadro inicial de influenza fue limitada, y la vacunación contra fiebre tifoidea disminuyó la incidencia de la enfermedad, pero no modificó sustancialmente la prescripción de antibióticos.
La ecología bacteriana y el reemplazo de serotipos de Streptococcus pneumoniae complican la predicción del impacto de la vacunación contra el neumococo sobre la RAMI.
La vacunación contra la malaria y la diarrea mostró potencial para reducir prescripciones de antibióticos, aunque los mecanismos no siempre están claros (Ver Cuadro 1).
Implicaciones para generar evidencia e influir en las políticas públicas
La relación entre la vacunación y la RAMI es multifactorial, está influenciada por factores microbianos, del sistema de salud y factores conductuales.
Se requiere más evidencia empírica con enfoques interdisciplinarios, y un sistema de monitoreo que permita dar seguimiento a mediciones estandarizadas, y que facilite el análisis y síntesis de la evidencia para los responsables de tomar las decisiones de política pública.
Es fundamental identificar los patógenos y los contextos epidemiológicos con mayor carga de enfermedad, a fin de orientar la generación de evidencia hacia escenarios de alto impacto y maximizar el potencial de la vacunación en la reducción de la resistencia antimicrobiana (RAMI). Este enfoque permite producir información robusta que puede influir en las decisiones de política pública e integrar perspectivas alineadas con las prácticas clínicas regionales.
Las enfermedades diarreicas representan un desafío importante en salud pública debido a la gran diversidad de agentes causales (virales, parasitarios y bacterianos) y al uso frecuente de tratamientos sindrómicos. La evidencia muestra que la vacunación, en particular contra rotavirus, no solo disminuye la incidencia de episodios de gastroenteritis, sino que también reduce significativamente la prescripción innecesaria de antibióticos.
En EE UU, por ejemplo, se estima que la inmunización completa contra rotavirus evitó más de 65.000 prescripciones de antibióticas tras episodios de diarrea aguda, lo que contribuye a disminuir la prescripción inadecuada de antibióticos y a contener la RAMI. Este hallazgo es especialmente relevante en niños menores de cinco años, población altamente vulnerable y en la que el uso inadecuado de antibióticos sigue siendo frecuente, pese a que la mayoría de los cuadros diarreicos son de origen viral.
En conclusión, la vacunación integrada con otras medidas de control de la RAMI podría ofrecer beneficios preventivos importantes. Es esencial cerrar las brechas de evidencia científica, estandarizar indicadores, aprovechar las oportunidades de recolección de datos y fortalecer la vigilancia para valorar plenamente el papel de las vacunas en la lucha contra la RAMI.
Las acciones clave incluyen priorizar patógenos de alto impacto, coordinar esfuerzos internacionales y garantizar que la evidencia generada sea sólida para la toma de decisiones informadas a partir de los contextos regionales.
Comentario de Salud y Fármacos:
En el contexto latinoamericano, las políticas de salud pública deben reconocer que las acciones que favorecen la interrupción de los mecanismos de transmisión de las infecciones inmunoprevenibles no solo dependen de la disponibilidad de vacunas, sino también del acceso al agua potable, el saneamiento básico, la ventilación adecuada en espacios cerrados y la educación comunitaria sobre higiene personal y del entorno, lavado de manos y otras medidas de prevención básicas como la adecuada preparación y almacenamiento de los alimentos.
Priorizar estrategias integrales que actúen simultáneamente sobre la vacunación, la prescripción adecuada de medicamentos y sobre la interrupción de las vías de contagio de los patógenos es esencial para reducir la carga de enfermedad, contener la resistencia antimicrobiana y optimizar los limitados recursos sanitarios, garantizando un impacto sostenido en la salud de la población.
Fuente Original: