Nada nuevo
En un ensayo clínico aleatorizado doble ciego, tras una mediana de seguimiento de aproximadamente tres años, no se demostró que la combinación de talazoparib + enzalutamida alargue la supervivencia o mejore la calidad de vida más que un placebo + enzalutamida.
La combinación que contenía talazoparib provocó más eventos adversos, incluyendo: anemia en la mayoría de los pacientes, neutropenia, trombocitopenia, embolia pulmonar y fracturas.
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En pacientes con cáncer de próstata metastásico, cuando el cáncer empeora a pesar del tratamiento de privación androgénica (cáncer “resistente a la castración”) y la quimioterapia citotóxica (en particular, con un taxano) no parece apropiada, una opción útil es añadir un antiandrógeno esteroide (abiraterona) o un antiandrógeno no esteroide (como la enzalutamida) al tratamiento de privación androgénica [1-3]. Los ensayos clínicos no han demostrado que combinar olaparib o niraparib (citotóxicos de la clase de los inhibidores de la PARP) con abiraterona alargue la supervivencia, pero añadir estos inhibidores de la PARP aumentó la incidencia de efectos adversos graves [1-3].
El talazoparib, otro inhibidor de la PARP, se autorizó inicialmente en la Unión Europea como monoterapia para tratar algunos cánceres de mama metastásicos o inoperables [4]. Ahora también se ha autorizado, en combinación con enzalutamida, para tratar el cáncer de próstata metastásico que empeora a pesar del tratamiento de privación androgénica, cuando la quimioterapia no es apropiada [5].
Para este problema se usa una dosis más baja (generalmente 0,5 mg por día) que para el cáncer de mama (generalmente 1 mg por día) porque la coadministración con enzalutamida duplica la exposición al talazoparib, en parte debido a la inhibición de la glicoproteína P [5]. Se ha autorizado una dosis de 0,1 mg de talazoparib para ajustar la dosis para el cáncer de próstata, sobre todo si se presentan efectos adversos.
En un ensayo clínico controlado con placebo, el talazoparib no alargó la supervivencia
La autorización para el cáncer de próstata se basa principalmente en un ensayo clínico aleatorizado doble ciego de talazoparib + enzalutamida versus placebo + enzalutamida con 805 pacientes [5-7]. El tratamiento de privación androgénica se continuó durante el ensayo clínico. Aproximadamente un 22% de los pacientes ya había recibido un taxano, y el 6% había recibido abiraterona. El 16% de los pacientes padecía la enfermedad visceral, que podría haber justificado la quimioterapia citotóxica [5, 6].
En un análisis preliminar realizado cuando se había dado seguimiento a la mitad de los pacientes durante al menos 35 meses, no se demostró que el talazoparib alargara la supervivencia: el 39% de los pacientes en el grupo talazoparib había muerto, versus el 43% en el grupo placebo (p=0,054; diferencia estadísticamente insignificante) [5, 6, 8].
En un análisis previo, tras una mediana de seguimiento de 25 meses, se reportó el empeoramiento del cáncer determinado radiológicamente o la muerte (el criterio principal de valoración) en el 38% de los pacientes en el grupo talazoparib, versus el 47% en el grupo placebo (diferencia estadísticamente significativa) [6]. No se demostró que aliviara el dolor ni la mejora de la calidad de vida [5, 6].
Trastornos hematológicos, embolia pulmonar y una mayor incidencia de efectos adversos graves.
El talazoparib expone a los pacientes a los efectos adversos de los inhibidores de la PARP, a saber: los efectos adversos que comparten todos los citotóxicos, incluyendo trastornos hematológicos, gastrointestinales, renales, cardíacos y reproductivos, y tromboembolismo; también síndrome mielodisplásico, leucemia mieloide aguda, tos, disnea y, en ocasiones, neumonitis mortal [9].
En el ensayo clínico controlado con placebo, se reportó al menos un evento adverso en el 39% de los pacientes en el grupo talazoparib, versus en el 27% de los participantes en el grupo placebo [5,6]. En el grupo talazoparib, hubo una incidencia más alta de diferentes toxicidades hematológicas, combinando todos los niveles de gravedad: anemia, que se reportó en el 66% de los pacientes versus el 17% en el grupo control; disminución del recuento de neutrófilos, en el 36% versus el 7%; y disminución del recuento de plaquetas, en el 25% versus el 3%.
Por lo general, estos trastornos provocaron la interrupción o la suspensión del tratamiento con talazoparib. El 42% de los pacientes en el grupo talazoparib recibió transfusiones de sangre, versus el 6% en el grupo placebo. Hubo un caso de síndrome mielodisplásico y un caso de leucemia mieloide aguda en el grupo talazoparib.
También hubo más eventos trombóticos venosos y eventos embólicos con el talazoparib (4% versus 0,7%), incluyendo embolia pulmonar (2,5% versus 0,7%). Las caídas (18% versus 15%) y las fracturas (20% versus 12%), que son efectos adversos conocidos de la enzalutamida, también parecieron ser más frecuentes en el grupo talazoparib [5, 6].
En la práctica, a comienzos de 2025, para los pacientes con cáncer de próstata metastásico que ha empeorado a pesar del tratamiento de privación androgénica, la primera opción es añadir solo un antiandrógeno al tratamiento de privación androgénica, sin un inhibidor de la PARP.
Revisión de la literatura hasta el 12 de noviembre de 2024
En respuesta a nuestra solicitud de información, Pfizer no nos proveyó documentación sobre su producto.