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En un ensayo clínico aleatorizado controlado con placebo con aproximadamente 6.600 pacientes con enfermedad renal crónica (en la mayoría de los casos, de moderada a grave), tras una mediana del seguimiento de dos años, la empagliflozina principalmente enlenteció el empeoramiento de la función renal, como se reportó previamente con la dapagliflozina. No se demostró que tuviera ningún efecto sobre la mortalidad. La empagliflozina tiene los mismos efectos adversos —en ocasiones, graves— que otras gliflozinas, incluyendo infecciones, cetoacidosis y amputaciones.
JARDIANCE – empagliflozina comprimidos
Boehringer Ingelheim
La enfermedad renal crónica se caracteriza por la disfunción renal que se presenta, y que incluye el aumento de la excreción de albúmina en la orina (que se evalúa mediante el cociente de albúmina/creatinina en orina) y/o la disminución de la tasa de filtrado glomerular durante un período de al menos tres meses. La enfermedad renal crónica se asocia a complicaciones cardiovasculares, evolución a insuficiencia renal terminal y aumento de la mortalidad [1-3].
Para los pacientes con enfermedad renal crónica, el medicamento de elección para enlentecer el empeoramiento de la enfermedad suele ser una enzima convertidora de la angiotensina (ECA) o un bloqueador del receptor de angiotensina II (BRA).
Un ensayo clínico aleatorizado comparó a la dapagliflozina, un inhibidor del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) (gliflozina) versus placebo en pacientes con insuficiencia renal de moderada a grave. El ensayo clínico concluyó prematuramente, de una manera que no se había planeado en el protocolo.
Tras una mediana del seguimiento de 2,4 años, la tasa de mortalidad en el grupo dapagliflozina fue del 4,7% versus el 6,8% en el grupo placebo, y la incidencia de insuficiencia renal terminal fue del 5,1% versus el 7,5%. Sin embargo, existe incertidumbre sobre estos resultados, en particular relacionados con el hecho de que la diferencia en la mortalidad entre los grupos pareció deberse en parte a que hubo menos muertes por causas que no fueran renales ni cardiovasculares [1-4].
La empagliflozina, otro inhibidor del SGLT2, ya estaba autorizada en la Unión Europea para tratar a pacientes con diabetes tipo 2 o con insuficiencia cardíaca crónica sintomática. Recientemente, también se la autorizó para tratar a adultos con enfermedad renal crónica, exceptuando a los que padecen diabetes tipo 1 debido al riesgo de cetoacidosis [2, 3, 5].
Esta autorización se basa principalmente en un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en 6.609 adultos. Aproximadamente la mitad de estos pacientes tenía 65 años o más: casi la mitad padecía diabetes; aproximadamente un 80% tenía una tasa de filtrado glomerular menor a 45 ml/min/1,73 m2; aproximadamente la mitad tenía albuminuria grave (con un cociente albúmina/creatinina mayor a 300 mg/g); y aproximadamente un 85% recibía un tratamiento con un inhibidor de la ECA o un BRA [1-3, 6].
El criterio principal de valoración compuesto tuvo en cuenta el primero de cualquiera de los siguientes eventos: insuficiencia renal terminal, un descenso constante de la tasa de filtrado glomerular (de al menos un 40% o menor a 10 ml/min/1,73 m2) o la muerte por causas renales o cardiovasculares [2, 3].
El ensayo clínico culminó prematuramente, de acuerdo con el protocolo, basándose en los resultados de un análisis preliminar ejecutado después de haber dado seguimiento a la mitad de los pacientes durante al menos dos años. Uno de los eventos del criterio principal de valoración ocurrió en el 13% de los pacientes en el grupo empagliflozina versus el 17% en el grupo placebo (p<0,0001).
La diferencia entre los grupos se debió principalmente a descensos constantes de la tasa de filtrado glomerular, que se reportaron en el 9% de los pacientes en el grupo empagliflozina, versus el 11% en el grupo placebo. No hubo una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos en cuanto a la mortalidad cardiovascular (aproximadamente un 2%) o la mortalidad por todas las causas (aproximadamente un 5%).
La evolución a insuficiencia renal terminal ocurrió en el 3,3% de los pacientes en el grupo empagliflozina, versus el 4,8% en el grupo placebo (diferencia estadísticamente insignificante según lo definido en el protocolo) [2, 3, 6].
La empagliflozina tiene los mismos efectos adversos —en ocasiones, graves— que otras gliflozinas, incluyendo infecciones de las vías urinarias e infecciones genitales, fascitis necrosante perineal (también conocida como gangrena de Fournier), deshidratación, hipovolemia, hipotensión, insuficiencia renal, cetoacidosis, amputación de los miembros inferiores y posiblemente cáncer y lesión hepática. No se descubrieron efectos adversos previamente desconocidos en el ensayo clínico descrito arriba.
Se reportó cetoacidosis en 6 pacientes en el grupo empagliflozina (incluyendo a 1 paciente no diabético), versus 1 en el grupo placebo; y se reportó amputación de miembros inferiores (principalmente dedos de los pies) en 28 pacientes versus 19 pacientes, la mayoría de los cuales padecían diabetes [2, 3, 7].
Revisión de la literatura hasta el 18 de octubre de 2024
En respuesta a nuestra solicitud de información, Boehringer Ingelheim nos proveyó documentos administrativos y documentos publicados, así como elementos relacionados con el empaquetado.