No es aceptable
Las primeras medidas que se deben implementar en los niños y adolescentes con diabetes tipo 2 son un ajuste de la dieta y ejercicio físico regular, al igual que en los adultos. Cuando se requiere tratamiento farmacológico, la primera elección es la metformina o una insulina.
La gliflozina dapagliflozina (Forxiga) no se debe usar en niños y adolescentes con diabetes tipo 2 ya que no ha demostrado ser efectiva para prevenir las complicaciones clínicas de la diabetes en este grupo etario y expone a los pacientes a un riesgo de efectos adversos graves [1].
La empagliflozina (Jardiance – Boehringer Ingelheim) es la segunda gliflozina que se ha autorizado en la Unión Europea para tratar a niños y adolescentes con diabetes tipo 2 a partir de los 10 años [1, 2].
Esta autorización se basa principalmente en un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de 26 semanas, con 105 niños de 10 a 17 años. En estos pacientes, la diabetes tipo 2 no estaba bien controlada, a pesar de que la mayoría estaba tomando metformina, en el 40% de los casos combinada con una insulina. El análisis principal se basó en un criterio indirecto de valoración (hemoglobina glucosilada). El ensayo clínico fue demasiado corto para evaluar las complicaciones a largo plazo de la diabetes [2, 3].
Al igual que otras gliflozinas, la empagliflozina conlleva un riesgo de efectos adversos graves como cetoacidosis y fascitis necrotizante del perineo [1]. En el ensayo clínico descrito arriba, se reportó hipoglucemia en una proporción más alta de pacientes en el grupo empagliflozina que en el grupo placebo, incluso en niños que no estaban recibiendo insulina (15% versus 6%) [2].
En la práctica, al igual que la dapagliflozina, se debe evitar la empagliflozina en niños con diabetes tipo 2.
Revisión de la literatura hasta el 5 de diciembre 2024