El dietilenglicol (DEG) y el etilenglicol (EG) son compuestos orgánicos que se encuentran frecuentemente en diversos productos de consumo, incluyendo anticongelantes y disolventes industriales utilizados en preparaciones farmacéuticas, además de servir como materia prima para la fabricación de polímeros.
Desde septiembre de 2022, se han reportado siete episodios consecutivos de contaminación por DEG y EG en al menos nueve países. Una característica común entre los productos afectados es que al menos 14 de ellos son combinaciones de dosis fija (CDF). Sin embargo, la evidencia que respalda la eficacia de la mayoría de estas combinaciones es insuficiente, lo que hace que su prescripción, dispensación y uso sean irracionales. Además, estos productos no están exentos de riesgos, ya que pueden causar reacciones adversas.
Varios factores contribuyen a la prevalencia de estas CDF irracionales, incluyendo los bajos costos de producción, la popularidad entre los consumidores y la tendencia a autorizar productos de fabricación local. Como resultado, los mercados farmacéuticos de muchos países mantienen la autorización de comercialización para las CDF irracionales.
Los informes persistentes de contaminación por DEG o EG, especialmente aquellos relacionados con combinaciones de dosis fijas irracionales, representan una oportunidad crucial para mejorar las medidas de control de calidad. Además, es imperativo reevaluar las autorizaciones de comercialización de estos productos que carecen de evidencia de seguridad y eficacia, adaptando las listas nacionales de medicamentos y las guías clínicas a las recomendaciones de la OMS. El fortalecimiento de los marcos regulatorios y la implementación de estándares rigurosos de fabricación y garantía de calidad son esenciales para prevenir incidentes de contaminación y garantizar la seguridad de los productos farmacéuticos.