En EE UU, hay fundaciones financiadas por las industrias farmacéuticas que facilitan el acceso de los pacientes a medicamentos caros. Una de esas fundaciones es Good Days, también conocida como el Fondo para las Enfermedades Crónicas (Chronic Disease Fund).
Las empresas farmacéuticas tienen programas de ayuda financiera para las personas con seguro médico comercial que no pueden acceder a sus medicamentos. Sin embargo, estos programas no están disponibles para los que cuentan con un seguro público, como Medicare, porque las ayudas se podrían considerar sobornos. Los beneficiarios de Medicare tienen que afrontar un copago del 20% del precio de los medicamentos y no todos pueden hacerlo. Estas fundaciones como Good Days, pueden ofrecer ayuda a los beneficiarios de programas públicos para cubrir los copagos o los gastos de viaje para acudir a sus citas.
Los planes Medicare y Medicare Advantage cubren más del 70% del mercado de los tratamientos oculares que vende Regeneron, entre los que se incluyen los tratamientos para la degeneración macular, que cuestan entre US$1.700 y US$2.700 por inyección.
Ed Silverman nos explica como Regeneron ha cambiado su relación con estas asociaciones [1], y resaltamos los puntos más importantes. Regeneron, el año pasado aportó US$400 millones a Good Days y otras organizaciones benéficas, pero estas organizaciones pueden utilizar esos fondos como quieran, incluyendo en medicamentos de empresas de la competencia (por ejemplo Genentech o Amgen). Este año Regeneron ha dicho que solo contribuirá un máximo de US$200 millones, y para recibir ese total, Good Day tendrá que recabar la misma cantidad de otros donantes.
El presupuesto de Good Days se ha reducido drásticamente, y con ello la cantidad de pacientes que podrá ayudar. Esto preocupa a los oftalmólogos, especialmente a los especialistas en retina. La Sociedad Americana de Especialistas en Retina publicó boletines para pacientes y organizó sesiones en línea para médicos que buscan ayudar a los pacientes a costear los medicamentos inyectables para combatir la degeneración macular y otras enfermedades oculares. En 2023, esta Sociedad recibió US$2,1 millones de la industria farmacéutica (el 20% de sus ingresos).
Regeneron quiere seguir ayudando a los pacientes que lo necesitan, pero considera que no lo puede hacer solo, por eso está condicionando su financiamiento a lo que aporten otras empresas. Su medicamento más antiguo y de gran éxito, Eylea, generó más de US$4.700 millones en ingresos el año pasado, pero eso representó una caída del 17% con respecto al año anterior. Además, en octubre pasado, Amgen lanzó la primera versión biosimilar de Eylea, llamada Pavblu, tras ganar un litigio de patentes.
La disminución en las ventas de Eylea también refleja un impulso para promocionar Eylea HD, una fórmula con dosis más alta y acción más prolongada (que se traduce en menos inyecciones), aprobada por la FDA a mediados de 2023. La compañía confía en Eylea HD para mitigar la competencia de rivales, como Genentech, que vende un tratamiento llamado Vabysmo que generó más de US$4.700 millones en ventas el año pasado.
Los oftalmólogos se quejan de que estos cambios se han hecho sin avisar y no se ha dado tiempo para buscar alternativas y seguir ofreciendo tratamientos a quienes los necesitan. Sin embargo, durante años, los críticos de la industria se han estado quejando de que las organizaciones benéficas equivalen a una campaña de relaciones públicas, y sirvan para mantener a los pacientes en tratamientos costosos.
Hace varios años, numerosas farmacéuticas pagaron multas porque los fiscales federales alegaron que estas donaciones a veces eran más bien sobornos que se pagaban a organizaciones benéficas con la esperanza de impulsar las ventas de medicamentos.
Good Days, hace seis años, acordó pagar US$2 millones para resolver las acusaciones del Departamento de Justicia de que había permitido que cinco compañías farmacéuticas pagaran sobornos a pacientes de Medicare que tomaron sus medicamentos, principalmente tratamientos contra el cáncer, durante un período de cinco años.
Una portavoz de Genentech se negó a revelar cuánto financiamiento, si es que lo hizo, se proporcionó a Good Days, pero afirmó que aún realizan contribuciones a organizaciones benéficas. Una portavoz de Amgen se negó a comentar si la compañía ha contribuido a Good Days o a alguna organización benéfica. Una portavoz de Astellas, que vende uno de los medicamentos para la atrofia geográfica, afirmó que la compañía no ha contribuido a organizaciones benéficas.
Todos estos cambios han hecho que algunos oftalmólogos recurran al bevacizumab (Avastin), que cuesta menos de US$100 por inyección.
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