Médicos Sin Fronteras (MSF) ha hecho de la transparencia en los precios de los medicamentos una de sus principales banderas. Sin embargo, documentos recientes revelan que la organización se ha visto forzada a firmar acuerdos de confidencialidad con grandes farmacéuticas, entre otras con Bayer, para garantizar el acceso a ciertos fármacos en países de bajos ingresos.
La firma de estos pactos, que impiden revelar los precios de compra, representan un giro importante de la postura histórica de la ONG frente a la transparencia de precios. Siempre se había resistido a aceptar tales condiciones.
Exdirigentes de la campaña de acceso dicen que la ONG se ha convertido en “rehén”: las compañías, amparadas en patentes y políticas de opacidad, obligan a elegir entre renunciar a la transparencia o privar de tratamientos esenciales a los pacientes.
La industria justifica los precios secretos escalonados como un mecanismo de equidad, pero críticos sostienen que perpetúan la desigualdad y protegen los márgenes de ganancia de las empresas.
MSF insiste en que se opone a estas cláusulas y que solo las acepta como último recurso, cuando la urgencia médica no deja alternativa.
El caso expone hasta qué punto el poder de las farmacéuticas limita la autonomía, incluso de los actores más comprometidos con la defensa del acceso justo a los medicamentos, y subraya la necesidad de que las ONG definan políticas claras frente a la confidencialidad impuesta.
Fuente Original