A finales de 2024, frente a la persistencia de casos de agranulocitosis inducida por el metamizol, la Comisión Europea se limitó a aceptar las modificaciones a los prospectos de los medicamentos que contienen metamizol y que se siguen comercializando en la Unión Europea. Sin embargo, la experiencia ha mostrado que medidas de este tipo no bastan para proteger a los pacientes.
El metamizol (también conocido como dipirona) es un derivado de las pirazolonas que se ha estado usando como analgésico y antipirético desde la década de 1920. Su mecanismo de acción no se conoce completamente. Tiene eficacia demostrada como analgésico, pero no existe evidencia de que sea más eficaz que los antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
El metamizol conlleva un riesgo de agranulocitosis de aparición impredecible que puede ser mortal. La incidencia de este efecto adverso es muy diferente en cada estudio, y en algunos casos llega a 1 caso por cada 1.500 prescripciones [1, 2].
En varios países, se revocaron los permisos de comercialización de los medicamentos que contienen metamizol o se los retiró del mercado debido al riesgo de agranulocitosis. Sin embargo, a comienzos de 2025, estos productos aún se comercializaban en la mayoría de los países europeos, incluyendo a Bélgica, Alemania, España e Italia. Además, la Agencia Francesa de Productos para la Salud (ANSM) autoriza el acceso compasivo a dos productos que contienen metamizol: una solución inyectable para tratar el dolor visceral asociado al cáncer y una solución oral para la fiebre persistente [1-3].
A mediados de 2024, la agencia reguladora de medicamentos de Finlandia solicitó una revisión, a nivel europeo, del balance riesgo-beneficio del metamizol debido al riesgo de agranulocitosis [2,4,5].
En Finlandia, las medidas no lograron “minimizar” el riesgo de agranulocitosis.
En Finlandia, a finales de la década de 1960 se autorizó al metamizol en comprimidos y como inyectable, para tratar el dolor provocado por cólicos intestinales, biliares o renales, o el espasmo vesical, bajo la marca comercial Litalgin. En este país, el número de casos de agranulocitosis grave —algunos mortales— asociados al metamizol aumentó entre 2011 y 2015. El recuento de glóbulos blancos descendió con mucha rapidez en algunos pacientes, incluso durante el mismo día, y tras pocas dosis de metamizol.
A pesar de que en 2017 y 2021 se implementaron varias medidas consecutivas para reducir este riesgo, incluyendo modificaciones de los resúmenes de las características del producto (RCP) y los prospectos, se registraron siete casos nuevos entre 2021 y 2024: un paciente murió, uno padeció una “lesión permanente”, uno debió ingresar a cuidados intensivos y otros cuatro fueron hospitalizados. El Litalgin se retiró del mercado finlandés a mediados de 2024 por solicitud de la farmacéutica [2, 4, 5].
La agencia reguladora finlandesa también citó la publicación de un análisis de casos registrados en la base de datos de farmacovigilancia europea (EudraVigilance) entre 1985 y 2017. Según este análisis, el 50% de los casos de agranulocitosis ocurrió hasta 13 días después de comenzar a tomar metamizol (hasta 6 días en los pacientes que habían recibido el medicamento previamente), y el 35% ocurrió durante los primeros 7 días del tratamiento. El 75% de los casos requirieron hospitalización, de los cuales el 43% pusieron en riesgo la vida y el 16% fueron mortales [2].
Conservan los permisos de comercialización en la Unión Europea, con modificaciones en los RCP.
El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) de Europa analizó los datos de farmacovigilancia y los datos publicados relacionados con el riesgo de agranulocitosis y el metamizol. El PRAC llegó a la conclusión de que el balance riesgo-beneficio del metamizol sigue siendo favorable. Consideró que el medicamento tiene eficacia comprobada frente al dolor agudo o el dolor crónico y la fiebre alta, y que la agranulocitosis es un efecto adverso raro que ya se conocía.
Sin embargo, recalcó que la agranulocitosis es un efecto adverso inmunomediado que “puede ocurrir en cualquier momento durante el tratamiento y poco después de interrumpirlo”. De los 36 miembros del PRAC, 12 no estuvieron de acuerdo, y 11 de ellos consideraron que el metamizol tiene un balance riesgo-beneficio desfavorable, incluyendo a los representantes de Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega y Suecia [2,5].
A finales de 2024, la Comisión Europea respaldó la recomendación del PRAC de mantener en el mercado a los medicamentos que contienen metamizol y añadir la siguiente información a sus RCP y prospectos:
Algunas de estas recomendaciones ya se incluyen en los RCP franceses de los productos que contienen metamizol, a los que se puede acceder mediante el plan de acceso compasivo [7].
En la práctica, en Finlandia, se adoptaron medidas consecutivas para reducir el riesgo de agranulocitosis inducida por el metamizol, pero no fueron eficaces. También es probable que las modificaciones hechas en Europa a los RCP y a los prospectos no logren proteger a los pacientes del grave riesgo de agranulocitosis en los países europeos donde aún se comercializa el metamizol.
Referencias