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EE UU y Canadá

Inversión pública y avaricia de las empresas privadas

(EE UU. Public Investment, Private Greed)
United States Senate, Health, Education, Labor, and Pensions Committee. 12 de junio de 2023
https://www.sanders.senate.gov/wp-content/uploads/Sanders-Public-Medicines-Report.pdf
Traducido por Salud y Fármacos; publicado en Boletín Fármacos: Economía, Acceso y Precios 2023; 26 (3)

Tags: inversión pública en investigación biomédica, subsidios público-privados, I+D farmacéutica, ganadores y perdedores en la I+D farmacéutica, HELP, recuperar la inversión pública en I+D biomédica, controlar los precios de los medicamentos

Algunos de los datos que aparecen en este informe son los siguientes:

  • El gobierno federal tiene un presupuesto de US$54.000 millones para apoyar la investigación médica. El gobierno federal contribuye a la búsqueda de nuevos tratamientos y curas:
    • Impulsando la investigación que sienta las bases de prácticamente todos los medicamentos nuevos de venta con receta;
    • Financiando directamente la invención de algunos medicamentos por investigadores de todo el país;
    • Impulsando los ensayos clínicos; y
    • Subvencionando la ampliación de la fabricación.
  • Con pocas excepciones, las empresas privadas tienen el poder unilateral de fijar el precio de los medicamentos financiados con fondos públicos. Por su parte, el gobierno no pide nada a cambio de su inversión. Nunca se han analizado sistemáticamente las consecuencias de esta decisión.
  • En un análisis pionero en su género, el personal de la mayoría del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado de los Estados Unidos (HELP o United States Senate Committee on Health, Education, Labor and Pensions) documentó los precios de los medicamentos de venta con receta que recibieron financiación federal, centrándose en los tratamientos desarrollados con la ayuda de científicos de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH).
    • La mediana del precio promedio de los nuevos tratamientos que los científicos de los NIH ayudaron a inventar en los últimos veinte años es de US$111.000.
    • En la mayoría de los casos, los contribuyentes estadounidenses pagan más que los ciudadanos de otros países por los tratamientos que los científicos de los NIH han ayudado a inventar.

  • Los funcionarios del Comité de la Mayoría de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones también revisaron los registros científicos, archivos financieros, patentes y acuerdos de licencia para identificar el papel crucial de los científicos de los NIH en el desarrollo de dos tratamientos con precios escandalosos. En un caso, los funcionarios del Comité de la Mayoría de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones identificaron información sobre las regalías, que los NIH mantienen entre sus secretos más celosamente guardados.
    • Estudio de caso número 1 sobre Hemgenix: El medicamento más caro del mundo —con un precio de US$3,5 millones— es la culminación de los grandes avances científicos liderados por investigadores de St. Jude Children’s Research Hospital (Hospital St. Jude de Investigación Pediátrica) y los NIH. Sin embargo, parece que los NIH han cedido la tecnología de los contribuyentes obteniendo muy poco a cambio. Los acuerdos de licencia revelan que los NIH negociaron regalías de alrededor del 1% sobre las ventas, sin ninguna restricción en la fijación de precios. Mientras tanto, la empresa detrás de Hemgenix, uniQure, reveló discretamente que el precio era “significativo” y que “la mayoría de los pacientes y sus familias no podrían pagar el tratamiento por sí mismos”.
    • Estudio de caso #2 sobre Yescarta: los científicos de los NIH desarrollaron inicialmente un tratamiento contra el cáncer que una pequeña empresa biotecnológica se encargó de perfeccionar. Esta empresa dijo a los inversionistas que “dependía en gran medida de los NIH para la investigación y el desarrollo”, pero Gilead Sciences la compró por US$11.900 millones, y su director ejecutivo, Arie Belldegrun, recibió US$694 millones. Gilead fijó inicialmente el precio de Yescarta en EE UU en US$373.000. Desde entonces, el precio ha aumentado en más de US$50.000, hasta US$424.000 —el doble de lo que cuesta el tratamiento en Japón—.
  • Los contribuyentes estadounidenses nunca deberían pagar más de lo que pagan los ciudadanos de otros países ricos por los medicamentos que han contribuido a desarrollar. En virtud de la legislación vigente, las agencias federales pueden exigir que las empresas farmacéuticas fijen precios razonables para los medicamentos nuevos de venta con receta que se han beneficiado del apoyo de los contribuyentes. Esto ya se ha hecho antes.
    • Después de que en 1989 una empresa farmacéutica lanzara un medicamento contra el SIDA, desarrollado con la ayuda de científicos de los NIH a US$10.000 al año, los NIH respondieron insertando una “cláusula de precios razonables” en los contratos cuando los contribuyentes apoyaban los medicamentos nuevos. La cláusula se retiró seis años después debido a las presiones de la industria.
    • Durante la pandemia por covid-19, el gobierno federal incluyó en algunos contratos una obligación de “nación más favorecida” que exigía a las empresas farmacéuticas cobrar al gobierno estadounidense el precio más bajo entre los países del G7 —como Canadá, el Reino Unido, Francia y Japón— por las dosis iniciales de vacunas. Un requisito similar se aplicó a las primeras dosis del tratamientos contra el covid-19, Paxlovid.
  • El precio promedio de los nuevos tratamientos, que los científicos de los NIH ayudaron a inventar en los últimos veinte años, es ahora diez veces superior al precio que llevó a los NIH a introducir por primera vez una cláusula de precios razonables en 1989. El gobierno federal debería reinstaurar y reforzar una “cláusula de precios razonables” en todos los futuros acuerdos de colaboración, financiación y licencias para la investigación médica.
creado el 7 de Septiembre de 2023