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Novedades sobre el Covid

Resistencia Antimicrobiana

Impacto del covid-19 en la resistencia a antimicrobiana en EE UU, Informe especial 2022

(COVID-19: U.S. Impact on Antimicrobial Resistance, Special Report 2022)
Department of Health and Human Services, CDC, 2022
https://www.cdc.gov/drugresistance/covid19.html
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Boletín Fármacos: Prescripción, Farmacia y Utilización 2022; 25(3)

Tags: antibióticos, pandemia, uso inapropiado de antibióticos, Clostridioides difficile, infección resistente a los antimicrobianos, antifúngicos

En 2013, el CDC comenzó a sonar la alarma sobre una posible amenaza de pandemia en EE UU que afectaría la atención médica, el suministro de alimentos, el medio ambiente y la comunidad. En 2019, los CDC demostraron que anualmente más de tres millones de estadounidenses adquieren una infección resistente a los antimicrobianos o una infección por Clostridioides difficile (a menudo asociada a la toma de antimicrobianos). Casi 50.000 personas mueren por estas amenazas. Un informe de enero de 2022 muestra que la resistencia a los antimicrobianos es una de las principales causas de muerte en el mundo, que afecta aún más a los países de bajos recursos.

Después de más de dos años de estar respondiendo la pandemia de covid-19, la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos no sólo persiste, sino que se ha convertido en una amenaza aún más prominente. Los gérmenes siguen propagándose y desarrollando nuevos tipos de resistencia. Hay que invertir más para seguir abordando la resistencia a los antimicrobianos y, al mismo tiempo, responder al covid-19 y a otras amenazas para la salud.

En el Informe de Amenazas de Resistencia a los Antibióticos (Antibiotic Resistance Threats Report) de los CDC de 2019, los CDC mostraron que la prevención es la herramienta más importante y exitosa que tenemos para proteger a las personas de las infecciones resistentes a los antimicrobianos y de su propagación. Entre 2012 y 2017, las muertes por resistencia a los antimicrobianos disminuyeron en general un 18%, y en casi un 30% en los hospitales. Esto se debe en gran medida a las importantes inversiones en los esfuerzos de prevención de EE UU, como las mejoras en la prevención y el control de las infecciones, así como en el uso de antimicrobianos.

Sin embargo, en 2020, a medida que la pandemia abarrotaba los servicios de atención médica, los departamentos de salud y las comunidades hasta ponerlos al borde del colapso, se observó un aumento significativo en el uso de antimicrobianos y mayores dificultades para adherirse a la guía de prevención y control de infecciones, por lo que en los hospitales estadounidenses se detectó un aumento en las infecciones resistentes a los antimicrobianos asociadas a la atención médica.

De hecho, los CDC identificaron un aumento significativo de las infecciones por muchos patógenos asociados a la atención de la salud, como el Acinetobacter resistente a los carbapenemes, las Enterobacterias productoras de betalactamasas de espectro amplio, el enterococo resistente a la vancomicina y la cándida resistente a los medicamentos. De hecho, tanto las infecciones hospitalarias resistentes como las muertes aumentaron al menos un 15% durante el primer año de la pandemia.

Además, en 2020 debido a que muchas clínicas y centros de salud limitaron sus servicios, atendieron a menos pacientes o cerraron sus puertas por completo ante los desafíos del covid-19, no tenemos información sobre muchos patógenos que se propagan en la comunidad, como la transmisión sexual de gonorrea resistente a los medicamentos. Algunos laboratorios experimentaron escasez de suministros, como los kits de pruebas para infecciones de transmisión sexual.

En algunos casos, los recursos de salud pública se vieron obligados a dejar el seguimiento de la resistencia a los antimicrobianos para dar seguimiento a los casos de covid-19.

La pandemia también tuvo un gran impacto en la prescripción de antibióticos. Se retrocedió en los logros históricos logrados en materia de administración de antibióticos, ya que éstos eran a menudo la primera opción para tratar a quienes presentaban un proceso pulmonar febril, a pesar de que a menudo se debiera a la enfermedad vírica por covid-19, en la que los antibióticos no son eficaces. La administración adecuada de antibióticos y antifúngicos -una de nuestras mejores herramientas de prevención- sigue siendo de vital importancia. Estos fármacos son un recurso compartido, lo que significa que el uso de antibióticos para un propósito o un paciente puede repercutir en cómo funcionan para otros. Debemos ser administradores responsables de estos fármacos, independientemente de dónde se utilicen, para prolongar y preservar su eficacia y proteger a los pacientes de hoy y de mañana.

Estos contratiempos pueden y deben ser temporales. La pandemia de covid-19 lo ha dejado claro: la prevención forma parte de la preparación. Debemos preparar nuestros sistemas de salud pública para luchar contra múltiples amenazas, simultáneamente. Porque la resistencia a los antimicrobianos no se detendrá, debemos afrontar el reto.

creado el 6 de Diciembre de 2022