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Prescripción

Esteroides. Los esteroides en útero se asocian a trastornos mentales infantiles: estos hallazgos ayudan a informar las opciones terapéuticas que tiene la madre durante el embarazo

(In utero steroids tied to childhood mental disorders — Findings may help inform choices about mom’s treatment during pregnancy)
Elizabeth Hlavinka
MedPage Today 19 de mayo de 2020
https://www.medpagetoday.com/obgyn/pregnancy/86560
Traducido por Salud y Fármacos

Etiquetas: Esteroides, Embarazo

Según un estudio que analizó un registro finlandés, la exposición prenatal a los corticosteroides se asoció con mayores tasas de trastornos mentales y del comportamiento en la infancia.

Katri Räikkönen, PhD, de la Universidad de Helsinki, y sus colegas informaron que entre 670.097 niños, aquellos cuyas madres utilizaron corticosteroides durante el embarazo tuvieron un riesgo moderadamente más alto de desarrollar un trastorno mental o conductual durante la primera infancia que los niños no expuestos (razón ajustada de riesgo 1,33, IC 95% 1,26-1,41, P <0,001).

Los autores, utilizando esa misma población, analizaron los datos de 241.621 pares de hermanos, y de acuerdo a su publicación en JAMA los hijos cuyas madres habían consumido corticosteroides durante el embarazo también tuvieron un riesgo significativamente mayor de desarrollar trastornos mentales o conductuales, frente a sus hermanos que no habían estado expuestos (HR 1,38, IC 95% 1,21-1,58, P <0,001), escribieron en JAMA.

Al restringir el análisis a los recién nacidos a término, el riesgo fue significativamente mayor para los niños expuestos frente a los no expuestos (HR 1,47, IC 95% 1,36-1,69, P <0,001), pero no entre los niños prematuros (HR 1,00, IC 95% 0,92- 1,09, P = 0,97), agregaron.

Juntos, estos hallazgos sugieren que “los factores de confusión no medibles de tipo familiar no explican estas asociaciones”, y que los corticosteroides “podrían no presentar un riesgo de trastornos mentales y conductuales independiente de las complicaciones y enfermedades relacionadas con el parto prematuro”, escribieron Räikkönen y sus colegas. “El riesgo asociado con la exposición al tratamiento parecía ser comparable en magnitud al riesgo de covariables clave, como el tabaquismo materno durante el embarazo”.

Sara B. DeMauro, MD, de la Universidad de Pennsylvania en Filadelfia, en una editorial publicada junto al artículo señaló que el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomienda considerar el tratamiento con corticosteroides prenatales en las mujeres con amenaza de parto prematuro tardío y en las mujeres que se someten a cesárea electiva a término, lo que se traduce en más del 10% de los nacimientos.

DeMauro agregó que estudios anteriores han demostrado que la exposición prenatal a los corticosteroides se asocia al desarrollo fetal, y tiene impacto posterior en los sistemas cardiovascular, metabólico, endocrino y neurológico.

Sin embargo, la investigación también ha sugerido que los “eventos anormales del embarazo que llevan a los médicos a administrar esteroides predisponen a los niños expuestos a resultados cognitivos adversos, posiblemente a través de vías similares de programación fetal”, comentó DeMauro.

Es importante destacar que, en este estudio, menos del 40% de los niños prematuros estuvieron expuestos a corticosteroides prenatales y los autores no informaron cuántos bebés nacieron muy prematuros (<32 semanas), lo que aumenta la posibilidad de que los bebés que más necesitaban este tratamiento no lo hubieran recibido, dijo DeMauro.

Por otro lado, entre los bebés que fueron expuestos y dieron a luz a término (<45%), los “beneficios menores a corto plazo podrían haber sido superados por los riesgos significativos a largo plazo”, escribió.

“Aunque los beneficios de esta terapia superan los riesgos en los bebés más vulnerables, esto podría no ser cierto para todos los bebés”, concluyó. “Es posible que haya que reconsiderar las recomendaciones de administrar esta terapia a poblaciones más amplias de mujeres embarazadas hasta que se disponga de datos de seguridad suficientes, particularmente entre los bebés más maduros”.

Para este estudio, los investigadores vincularon los datos de registro de niños nacidos entre 2006 y 2017 en Finlandia que sobrevivieron el primer año de vida. El registro de nacimientos no incluyó datos sobre el número o el momento del embarazo en que se administraron los tratamientos, aunque hasta 2009 las directrices nacionales finlandesas recomendaban dos dosis de 12 mg de betametasona administradas con 24 horas de diferencia hasta las 34 semanas, y hasta las 34 semanas y 6 días después de 2009.

Se hizo un análisis controlando los datos según las características de los bebés, como el año de nacimiento, el ingreso en la UCI neonatal, el peso y la edad gestacional, así como las características maternas (tipo de parto, tabaquismo, diabetes gestacional y trastornos de salud mental).

En total, 14.868 niños (46,1% mujeres) estuvieron expuestos a corticosteroides en el útero, de los cuales 6.730 (45,27%) nacieron a término. En contraste, 655.229 niños (48,9% mujeres) no estuvieron expuestos, de los cuales 96,88% nacieron a término. Se dio seguimiento a la cohorte durante una mediana de 5,8 años.

En general, la incidencia de cualquier trastorno mental y conductual fue significativamente mayor en la cohorte expuesta al tratamiento que en la cohorte no expuesta (12,01% vs 6,45%; IC 95% 5,04% -6,19%, P <0,001), y en los niños nacidos a término. (8,89% vs 6,31%; IC 95% 1,92% -3,29%, P <0.001), informaron los autores.

Aunque el riesgo no fue significativamente diferente en la cohorte de recién nacidos prematuros, la incidencia de diagnóstico de trastornos mentales o del comportamiento fue significativamente mayor entre los niños prematuros expuestos que entre los no expuestos (14,59% vs 10,71%; IC 95% 2,95% -4,87% , P <0,001), agregaron.

Los trastornos mentales o del comportamiento fueron diagnosticados una mediana de 1,4 años antes en los niños expuestos que, en los niños no expuestos, agregaron.

En toda la cohorte y cuando el análisis se restringió a niños nacidos a término, la exposición a corticosteroides se asoció con déficit de atención-hiperactividad o trastornos de conducta, trastornos emocionales y trastornos del sueño, entre otros, aunque “estos hallazgos deben considerarse como exploratorios por la posibilidad de error tipo I”, señalaron los autores.

Además de la falta de datos sobre el momento de la exposición y la dosis de corticosteroides, y de los diagnósticos de trastornos mentales realizados en atención primaria, “no se pueden descartar los factores de confusión residual”, informaron los autores. La generalización de los datos del estudio es limitada porque la muestra es solo de población finlandesa, agregaron.

Conflictos de Interés. El estudio fue financiado por la Academia de Finlandia, la Comisión Europea, la Fundación para la Investigación Pediátrica, la Fundación Signe y Ane Gyllenberg, la Fundación Novo Nordisk, la Fundación Sigrid Juselius y la Fundación Juho Vainio.

Räikkönen y sus coautores, así como DeMauro, no revelaron relaciones relevantes con la industria.

Referencias

  1. Räikkönen, K., Gissler, M., Kajantie, E. Associations Between Maternal Antenatal Corticosteroid Treatment and Mental and Behavioral Disorders in Children. Investigación original. JAMA, 19 de mayo de 2020. https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2766162
  2. DeMauro, S. B. Antenatal Corticosteroids—Too Much of a Good Thing?. Editorial. JAMA, 19 de mayo de 2020. https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2766139
creado el 4 de Diciembre de 2020