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Prescripción

La hidroxicloroquina, un posible tratamiento para Covid-19 podría ser tóxica para la retina

(Hydroxychloroquine: Possible COVID drug can be toxic to retinas)
Hobbs BN, Osmotherly KM
Medscape, 2 de abril de 2020
https://www.medscape.com/viewarticle/927954#vp_1
Traducido por Salud y Fármacos

Etiquetas: Hidroxicloroquina, Retina, Evento adverso

Nota de Salud y Fármacos: Se ha descartado el uso de hidroxicloroquina para el tratamiento de Covid-19, sin embargo, como hay quienes la siguen utilizando nos ha parecido que es importante compartir esta información.

Mientras esperamos los resultados de los múltiples ensayos en curso que utilizan a la hidroxicloroquina (HCQ) para tratar el COVID-19, los médicos se han tenido que conformar con informes contradictorios sobre su posible eficacia. Aunque la HCQ es uno de los medicamentos más seguros cuando se utiliza para tratar los trastornos reumáticos y autoinmunes crónicos, la falta actual de consenso con respecto a su dosis óptima para COVID-19 ha dificultado la cuantificación de su riesgo de efectos adversos. La HCQ tiene efectos tóxicos, especialmente para la retina, que todo clínico debe tener en cuenta si se utiliza ampliamente en el tratamiento de COVID-19.

Mayores riesgos de toxicidad retiniana con dosis más altas y durante periodos más largos
Los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de toxicidad retiniana relacionada con la HCQ son una dosis alta en relación con el peso y la duración del uso. Actualmente, para el tratamiento de la enfermedad reumática crónica, se recomienda una dosis máxima diaria de HCQ ≤ 5 mg / kg / día. La dosis típica para la enfermedad inflamatoria es de 200 mg dos veces al día; con esta dosis, un paciente debe pesar al menos 176 libras para no exceder el máximo recomendado.

En términos de duración, los pacientes que no excedieron la dosis diaria máxima tuvieron un riesgo <1% de toxicidad después de 5 años de tratamiento. Sin embargo, estudios limitados que evalúan dosis más altas de HCQ (hasta 20 mg / kg / día) para el cáncer de pulmón de células no pequeñas y para la enfermedad crónica de injerto contra huésped (EICH) mostraron una mayor incidencia de retinopatía en un periodo de 1-2 años; y datos previos sugieren que una dosis acumulada de por vida de 1000 g aumentó el riesgo de toxicidad macular.

No hay consenso sobre la dosis adecuada de HCQ en el tratamiento de COVID-19, pero los primeros informes sugieren que lo óptimo podrían ser dosis más altas (600-800 mg / día) por un período corto de tiempo (generalmente no más de 10 días). Aunque la dosis probablemente excederá los 5 mg / kg / día recomendada para la mayoría de los pacientes, dada la breve duración del tratamiento, es poco probable que los pacientes desarrollen toxicidad retiniana.

Las comorbilidades aumentan la probabilidad de toxicidad retiniana
Si bien puede ser imposible obtener el historial médico detallado del paciente, si se usa HCQ en el tratamiento de COVID-19 hay ciertas comorbilidades que aumentan el riesgo de toxicidad retiniana para los pacientes. La HCQ se excreta a través del aclaramiento renal, por lo que la dosis debe reducirse en aquellos con función renal comprometida, para minimizar el riesgo de toxicidad. También se ha demostrado que la presencia de enfermedad macular, como la degeneración macular relacionada con la edad, es un factor de riesgo para el desarrollo de maculopatía tóxica. El uso concurrente de tamoxifeno también aumenta el riesgo de toxicidad retiniana. El tamoxifeno se puede depositar en la retina y hacer que la mácula sea más susceptible a los efectos potencialmente tóxicos de la HCQ.

Detectar tempranamente la toxicidad retiniana es crítico
Se estima que la prevalencia de toxicidad retiniana por el uso a largo plazo de la HCQ es de 7,5%. Es importante monitorear si los pacientes la desarrollan, ya que el daño es irreversible. Su progresión continúa después de interrumpir la medicación, pero si la toxicidad se detecta temprano se puede controlar.

La toxicidad retiniana generalmente afecta la mácula, pero en pacientes asiáticos la toxicidad puede manifestarse más allá de la mácula. Se recomienda que todos los pacientes que comiencen la terapia con HCQ a largo plazo se sometan a un examen de retina basal durante el primer año de tratamiento. Sin embargo, si este medicamento se convierte en una opción viable en el tratamiento de COVID-19, los protocolos establecidos pueden no ser factibles si retrasan el inicio de un tratamiento que puede salvar vidas. Si se recomienda el uso prolongado de HCQ para COVID-19, se debe considerar la evaluación de la retina.

La posible toxicidad no se limita a la retina
La toxicidad retiniana es probablemente el efecto adverso más grave de la HCQ, dada la posibilidad de pérdida de visión irreversible, pero existen otros posibles efectos secundarios.

Los problemas gastrointestinales están entre los efectos secundarios más comunes y pueden incluir náuseas, calambres, vómitos y diarrea intensos. Hay una amplia variedad de efectos dermatológicos por el uso de HCQ, como lesiones maculopapulares, hiperpigmentación e hipopigmentación. Los efectos sobre el sistema nervioso central son mucho menos comunes y suelen ser leves, y generalmente consisten en dolor de cabeza. En raras ocasiones, la HCQ puede tener efectos cardíacos, incluyendo miocardiopatía y arritmias cardíacas.

creado el 4 de Diciembre de 2020