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Prescripción

Vacunas para prevenir la influenza en niños sanos (Vaccines for preventing influenza in healthy children)
T. Jefferson, A, Rivetti, C. Di Pietrantonj, V. Demicheli
Cochrane Acute Respiratory Infections Group
Cochrane Library DOI: 10.1002/14651858.CD004879.pub5
http://cochranelibrary-wiley.com/doi/10.1002/14651858.CD004879.pub5/abstract
Traducido por Salud y Fármacos

Resumen
Introducción. Las consecuencias de la influenza en niños y adultos son principalmente el ausentismo escolar y laboral. Sin embargo, el riesgo de complicaciones es mayor en niños y personas mayores de 65 años. Ésta es una actualización de una revisión publicada en 2011. Las actualizaciones futuras de esta revisión solo se realizarán cuando nuevos ensayos o vacunas estén disponibles. Los datos observacionales incluidos en versiones anteriores de esta revisión se han conservado por razones históricas, pero no se han actualizado debido a su falta de influencia en las conclusiones de la revisión.

Objetivos. Evaluar los efectos (eficacia, efectividad y daño) de las vacunas contra la influenza en niños sanos.

Métodos de búsqueda. Se realizaron búsquedas en el Registro Central Cochrane de Ensayos Controlados (CENTRAL) (Cochrane Library 2016, Número 12), que incluye el Registro Especializado del Grupo Cochrane de Infecciones Respiratorias Agudas, MEDLINE (1966 a 31 de diciembre de 2016), Embase (1974 a 31 de diciembre de 2016), Plataforma Internacional de Registro de Ensayos Clínicos de la OMS (ICTRP, 1 de julio de 2017) y ClinicalTrials.gov (1 de julio de 2017).

Criterios de selección. Ensayos controlados aleatorios que comparan el efecto de las vacunas contra la influenza con placebo o ninguna intervención en la influenza de origen natural en niños sanos menores de 16 años. Las versiones anteriores de esta revisión incluyeron 19 cohortes y 11 estudios de casos y controles. Ya no estamos actualizando las búsquedas de estos diseños de estudio, pero hemos conservado los estudios observacionales con fines históricos.

Recogida y análisis de datos. Los autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo y extrajeron los datos. Utilizamos GRADE para evaluar la certeza de la evidencia de los principales resultados en la influenza, en la enfermedad similar a la influenza (ILI), en las complicaciones (hospitalización, infección del oído) y en los eventos adversos. Debido a la variación del riesgo en el grupo control para la influenza y la ILI, los efectos absolutos se informan como la mediana del riesgo en el grupo control, y los números necesarios para vacunar (NNV). Para los otros resultados, se utilizan riesgos agregados del grupo de control.

Resultados principales. Incluimos 41 ensayos clínicos (> 200.000 niños). La mayoría de los estudios se realizaron en niños mayores de dos años y se compararon las vacunas vivas atenuadas o inactivadas con placebo o ninguna vacuna. Los estudios se realizaron durante temporadas únicas de influenza en EE UU, Europa Occidental, Rusia y Bangladesh entre 1984 y 2013. Al restringir los análisis a estudios con bajo riesgo de sesgo se evidenció que la influenza y la otitis media fueron los únicos resultados donde el impacto del sesgo fue insignificante. La variabilidad en el diseño de los estudios y en la presentación de los informes impidieron el metanálisis de los efectos adversos.

Vacunas vivas atenuadas. Comparando con placebo o con no hacer nada, las vacunas vivas atenuadas probablemente reducen el riesgo de infección gripal en niños de 3 a 16 años del 18% al 4% (cociente de riesgos [RR] 0,22; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,11 a 0,41; 7.718 niños, pruebas de certeza moderada), y pueden reducir la ILI en un grado menor, del 17% al 12% (RR 0,69; IC del 95%: 0,60 a 0,80; 124.606 niños; evidencia con poca certeza). Siete niños necesitarían vacunarse para prevenir un caso de influenza y 20 niños necesitarían vacunarse para evitar que un niño sufra una ILI. La incidencia de otitis media aguda durante la influenza estacional probablemente sea similar después de la vacuna o del placebo, pero este resultado proviene de un solo estudio con tasas particularmente altas de otitis media aguda (RR 0,98; IC del 95%: 0,95 a 1,01; evidencia de certeza moderada). No hubo información suficiente para determinar el efecto de las vacunas en el ausentismo escolar debido a que la evidencia de certeza de un estudio era muy baja. Vacunar a los niños puede hacer que menos padres se ausenten del trabajo, aunque el IC incluye ningún efecto (RR 0,69; IC del 95%: 0,46 a 1,03; evidencia con poca certeza). Los datos sobre las consecuencias más graves de las complicaciones de la gripe que ocasionaron hospitalización no estaban disponibles. Los datos de cuatro estudios que midieron la fiebre después de la vacunación variaron considerablemente, del 0,16% al 15% en niños que recibieron vacunas vivas, mientras que en los grupos placebo las proporciones oscilaron entre 0,71% y 22% (evidencia de certeza muy baja). No se informaron los datos sobre las náuseas.

Vacunas inactivadas. En comparación con el placebo o ninguna vacuna, las vacunas inactivadas reducen el riesgo de influenza en niños de 2 a 16 años del 30% al 11% (RR 0,36; IC del 95%: 0,28 a 0,48; 1.628 niños; evidencia de certeza alta), y probablemente reducen la ILI de 28% a 20% (RR 0,72; IC del 95%: 0,65 a 0,79; 19.044 niños; evidencia de certeza moderada). Cinco niños necesitarían vacunarse para prevenir un caso de influenza y 12 niños necesitarían vacunarse para evitar un caso de ILI. El riesgo de otitis media es probablemente similar entre los niños vacunados y no vacunados (31% versus 27%), aunque el IC no excluye un aumento significativo de la otitis media después de la vacunación (RR 1,15; IC del 95%: 0,95 a 1,40; 884 participantes; evidencia de certeza moderada). No hubo información suficiente para determinar el efecto de las vacunas en el ausentismo escolar debido a que la evidencia de un estudio era de certeza muy baja. No encontramos datos sobre el ausentimso laboral de los padres, la hospitalización, la fiebre o las náuseas.

Encontramos pruebas limitadas de casos secundarios, necesidad de tratar enfermedades del tracto respiratorio bajo y prescripciones de medicamentos. Una marca de vacuna pandémica monovalente se asoció con una pérdida repentina del tono muscular desencadenado por una emoción intensa (cataplejía) y un trastorno del sueño (narcolepsia) en los niños. La evidencia de daños graves (como ataques febriles) fue escasa.

Conclusiones de los autores. En niños de entre 3 y 16 años, las vacunas vivas de influenza probablemente reducen la influenza (evidencia de certeza moderada) y pueden reducir la ILI (evidencia de baja certeza) durante una única temporada de influenza. En esta población, las vacunas inactivadas también reducen la influenza (evidencia de alta certeza) y pueden reducir la ILI (evidencia de baja certeza). Para ambos tipos de vacunas, la reducción absoluta de la influenza y la ILI varió considerablemente entre las poblaciones del estudio, lo que dificulta predecir cómo estos hallazgos se aplican a diferentes entornos. Encontramos muy pocos ensayos controlados aleatorios en niños menores de dos años. Los datos de eventos adversos no estaban bien descritos en los estudios disponibles. Se requieren estudios que estandardaricen la definición, la determinación y la notificación de los eventos adversos. La identificación de todos los casos globales de daños potenciales está fuera del alcance de esta revisión.

Resumen en lenguaje sencillo
Vacunas para prevenir la influenza en niños sanos
Objetivo de la revisión. El objetivo de esta revisión Cochrane, publicada por primera vez en 2007, fue resumir las investigaciones sobre la inmunización de niños saludables de hasta 16 años con vacunas contra la influenza durante las temporadas de influenza. Usamos ensayos aleatorios que comparaban uno de dos tipos de vacuna con vacunas falsas o nada. Un tipo de vacuna se basa en virus de la influenza vivos pero debilitados (vacunas atenuadas contra la influenza) y se administra por vía nasal. El otro se prepara matando los virus de la influenza con un producto químico (virus inactivado) y se administra por inyección a través de la piel. Analizamos la cantidad de niños con influenza confirmada y aquellos que tenían una enfermedad similar a la influenza (ILI) (dolor de cabeza, fiebre alta, tos y dolor muscular) y los efectos adversos por la vacunación. Solo se realizarán actualizaciones futuras de esta revisión cuando estén disponibles nuevos ensayos o vacunas. Los datos de 33 estudios observacionales incluidos en versiones anteriores de la revisión se han conservado por razones históricas, pero no se han actualizado debido a su falta de influencia en las conclusiones de la revisión.

Mensajes clave. Las vacunas vivas atenuadas e inactivadas pueden reducir la proporción de niños que tienen influenza e ILI. La variación en los resultados de los estudios significa que no estamos seguros de los efectos de estas vacunas en estaciones diferentes.

¿Qué se estudió en esta revisión? Más de 200 virus causan ILI y producen los mismos síntomas que la influenza (fiebre, dolor de cabeza, dolores, tos y secreción nasal). Los médicos no pueden distinguir entre ellos sin hacer exámenes de laboratorio porque ambas dolencias duran días y rara vez causan enfermedades graves o la muerte.

Los tipos de virus que hay en las vacunas suelen ser los que según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (vacuna estacional) se espera que circulen en las siguientes temporadas de influenza. La vacuna pandémica solo contiene la cepa del virus que es responsable de la pandemia (por ejemplo, el tipo A H1N1 para la pandemia de 2009 a 2010).

Resultados principales. Encontramos 41 estudios aleatorizados. La mayoría de los estudios incluyeron niños mayores de dos años y se realizaron en los Estados Unidos, Europa Occidental, Rusia y Bangladesh.

Comparadas con placebo o sin hacer nada, las vacunas vivas atenuadas probablemente redujeron la proporción de niños con influenza confirmada del 18% al 4% (evidencia de certeza moderada) y podrían reducir la ILI del 17% al 12% (evidencia de baja certeza). Se tiene que vacuanr a siete niños para que uno de ellos evite la influenza, y se debería vacunar a 20 niños para evitar un caso de ILI en un niño. Encontramos datos de un estudio que mostró un riesgo similar de infección de oído en los dos grupos. No había suficiente información para evaluar el ausentismo escolar y el ausentismo laboral de los padres. No se encontraron datos sobre la hospitalización y los daños no se informaron de forma sistemática.

En comparación con el placebo o la no vacunación, las vacunas inactivadas reducen el riesgo de influenza del 30% al 11% (evidencia de alta certeza), y probablemente reducen la ILI del 28% al 20% (evidencia de certeza moderada). Cinco niños necesitarían ser vacunados para evitar la influenza en un niño, y se tendrían que vacunar 12 niños para prevenir un caso de ILI. El riesgo de otitis media es probablemente similar entre niños vacunados y no vacunados (31% versus 27%, evidencia de certeza moderada). No hubo información suficiente para evaluar el ausentismo escolar debido a que la evidencia de certeza de un estudio era muy baja. No identificamos datos sobre el tiempo que los padres dejaron de trabajar, la hospitalización, la fiebre o las náuseas.

Una marca de vacuna pandémica monovalente en los niños se asoció con un caso de pérdida repentina del tono muscular que fue desencadenado por una emoción intensa (cataplejía) y con un caso de trastorno del sueño (narcolepsia).

Solo unos pocos estudios estuvieron bien diseñados y realizados, y el impacto de los estudios con alto riesgo de sesgo varió entre los resultados evaluados. Los resultados de la gripe y la otitis media fueron los únicos en los que nuestra confianza no se vio afectada por el sesgo.

¿Hasta cuando está actualizada esta revisión?
La evidencia es actual hasta el 31 de diciembre de 2016.

creado el 4 de Diciembre de 2020