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Políticas

América Latina

Argentina. Una táctica para desmembrar el Mercosur
Oscar Laborde, Director del Instituto de Estudios de América Latina-CTA.
Página 12, 2 de junio de 2016
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/300811-77902-2016-06-02.html

El Gobierno está actuando rápidamente para terminar con el modelo de integración que se construyó en los últimos años, y que protegió a la región de varias crisis globales, permitiendo su crecimiento a partir del intercambio comercial entre los países del Mercosur y así poder avanzar en el encolumnamiento con los intereses de los EE UU, adhiriendo a los diferentes tratados de libre comercio. Ese fue el motivo principal de la visita del presidente Barack Obama a nuestro país.

Tres decisiones del presidente Mauricio Macri en los últimos días así lo demuestran: viajará a la cumbre de presidentes de la Alianza del Pacífico a fin de junio, visitará a su par de Colombia, Juan Manuel Santos, que es crucial en el armado de ese bloque, y hace unos días la Cancillería presentó un pedido formal para que el país sea “observador” en este acuerdo de libre comercio.

Pero el acercamiento hacia esa Alianza es solo el comienzo del verdadero plan: ingresar al Tratado Trans-Pacífico (TPP, en sus siglas en inglés), como lo reconoció el propio secretario de Comercio, Miguel Braun. ¿Qué es el TPP? A pesar del secretismo con que se maneja, se sabe que el TPP es un acuerdo de libre comercio ventajoso para los EE UU, que hace añicos la soberanía de los países firmantes poniendo por encima de ellos el poder de los monopolios trasnacionales, quienes podrán reclamar hasta el pago por “pérdidas” si los Estados imponen medidas proteccionistas en sus respectivos países.

En torno al llamado derecho del autor o derecho de patente, el TPP tiene dos aspectos sumamente agresivos. El primero, se refiere al control absoluto de la información que circula en los distintos medios masivos de comunicación, en particular la Internet. Según las cláusulas de este tratado, no se podrá propagar información en cualquier país si no se tiene comprado el derecho correspondiente.

El otro aspecto del derecho de patente, que se refiere a la industria farmacéutica, es genocida: impone 12 años de exclusividad a los magnates norteamericanos, y durante ese tiempo se prohíbe la producción de medicamentos genéricos, lo que encarecerá severamente el precio de los remedios.

El acuerdo pone en bandeja de plata todos los recursos naturales y agrícolas de los países firmantes a merced de los monopolios trasnacionales, obligando a los Estados a modificar sus legislaciones para garantizar el saqueo de sus recursos. Además, obliga a los Estados miembros a modificar sus legislaciones laborales, para garantizar una mayor explotación de la fuerza de trabajo. Esto no sólo tiene consecuencias para los países económicamente dependientes, también para la clase obrera norteamericana, que tendrá como presión el traslado de sus fuentes de empleo a otros países, y con ello la disminución de sus respectivos salarios y la pérdida de empleos.

El TPP tiene como uno de sus objetivos estratégicos aislar y acorralar a la economía China, la segunda economía más poderosa del mundo. El mensaje de Obama fue claro en esta dirección: “No podemos permitir que países como China escriban las reglas de la economía global, nosotros debemos escribir esas reglas”.

En lo referente a la cuestión militar, se ha mantenido en absoluta secrecía. Sin embargo, algunos analistas mencionan que una cláusula principal en el TPP pretende reforzar la presencia militar de los Estados Unidos en la cuenca Asia-Pacífico, a pesar de que actualmente ya cuenta con presencia militar en 135 países de todo el mundo.

De prosperar las negociaciones secretas para implantar el TPP, se le daría el control a Estados Unidos sobre el 80 por ciento del valor del PBI mundial, que lo ratificaría como la primera potencia. Estos acuerdos sin duda buscan revirar la pérdida de la capacidad de influencia que le trajo la crisis económica internacional de 2007-2009 a Estados Unidos y el incremento de la presencia China en el escenario internacional.

El transitar ese camino puede ser fatal para la Argentina, que además de perder soberanía comprometerá su futuro económico en un plan que es pensado por otros y para su beneficio.

creado el 7 de Diciembre de 2016