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Benzodiacepinas. El consumo de benzodiacepinas se asocia con un mayor riesgo de fractura de cadera o pelvis en personas mayores
Europa Press, 12 de junio de 2013
http://www.europapress.es/salud/noticia-consumo-benzodiacepinas-asocia-mayor-riesgo-fractura-cadera-pelvis-personas-mayores-20130611145006.html

El consumo de benzodiacepinas está asociado a un mayor riesgo de fractura de cadera y/o pelvis en las personas mayores, según un estudio presentado en el 33º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que durante estos días se celebra en Granada.

La doctora Sonia Baró, una de los autores del estudio, ha expuesto a través de un comunicado remitido desde la semFYC que “el consumo de estos fármacos de forma prolongada se asocia a una disminución del estado de alerta, es decir, aumento de somnolencia y mayor torpeza de movimientos”.

Para esta experta, estos factores “están asociados por sí mismos a un aumento del riesgo de caídas y como consecuencia a un aumento de fracturas en una población que ya de por sí es más frágil, dado que la edad comporta pérdida en la coordinación y estabilidad motoras”.

Agrega la nota de esta sociedad médica que, si bien los ancianos son el grupo de población que de por sí más medicamentos consume, también son los más susceptibles a reacciones adversas e interacciones. De hecho, en dicho estudio, en el que participaron 468 personas mayores que habían sufrido fractura de cadera y/o pelvis con una edad de media de 85 años, se observó que en casi en la mitad de los casos de fractura había consumo de benzodiacepinas.

Si bien estos fármacos son los que se prescriben habitualmente para el tratamiento de la depresión o la ansiedad, “son también cada vez más las personas mayores que acuden a nuestras consultas solicitándolos para dormir mejor o estar más tranquilos”, comenta la doctora.

Esta experta sostiene que se está ante una sociedad excesivamente medicalizada y, en concreto, “en las personas mayores creemos que hay un exceso de consumo de benzodiacepinas”, afirma. Circunstancia ante la que, como concluye este estudio, sería recomendable optimizar el consumo de estos fármacos. “Además, existen otras opciones. Lo primero sería plantearnos si hay alguna alternativa terapéutica a lo que estamos dando y dejar las benzodiacepinas como una segunda o tercera opción de tratamiento. Por ejemplo en el caso de la ansiedad se podrían plantear técnicas de relajación”, subraya.

Más incidencias en las mujeres
Tanto en la prevalencia de fracturas como en el consumo de benzodiacepinas el estudio ha desvelado que fue mayor en las mujeres. De los 468 casos analizados, el 81% (380) eran del sexo femenino. Asimismo, de los 200 casos (42%) en los que había tanto fractura como consumo de benzodiacepinas, 174 (87%) se correspondía con féminas.

“Resultados que se deben a que en general la esperanza de vida en la mujeres es mayor, tienen una masa ósea menor y la pierden de forma más rápida que los hombres, por lo que sus huesos son más frágiles”, explica la doctora Baró. “De manera que en las mujeres de entre 75 y 90 años y con un tratamiento crónico de benzodiacepinas, es donde encontramos un mayor número de fracturas”, añade.

Factores de riesgo de fracturas
En cuanto al rango de edad con más fracturas de cadera y/o pelvis es entre los 75-90 años. Por otro lado, el 90% de las personas que consumen estos fármacos tienen edades comprendidas entre los 75-95 años. Las benzodiacepinas más consumidas fueron las de vida media corta-intermedia (81%).

“Aunque todas las benzodiacepinas se deberían prescribir con cautela, las de vida corta son las más recomendables para las personas mayores, ya que los efectos desaparecen más rápido y, por tanto, el riesgo de caídas es menor”, aclara.

No obstante, junto al consumo de benzodiacepinas y la edad existen otros factores que favorecen las fracturas de cadera, “antecedentes de fractura en la familia o personales, bajo peso corporal, ingesta prolongada de cortisona, dificultades de movilidad, deterioro cognitivo, alteraciones visuales y, en menor medida, poca ingesta de calcio, consumo de alcohol y tabaco, o tener diabetes”, concluye Sonia Baró.

modificado el 28 de noviembre de 2013