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Perú. Malas empresas estafan con productos naturales
El Comercio, 27 de marzo de 2010
http://elcomercio.pe/impresa/notas/malas-empresas-estafan-productos-naturales/20100327/452641

Los presentan como eficaces remedios naturales para diversos males y están apoyados por grandes campañas publicitarias. Sin embargo, en la creciente industria naturista hay empresas que no solo mienten sobre las propiedades de sus productos, también adulteran sus componentes.

La galería de productos fichados que acompaña este reportaje se hizo con casos detectados e investigados por El Comercio. Tres fueron sancionados por el Indecopi. Uno de los principales problemas es que muchos se venden como medicamentos sin serlo.
Cuando verificamos su registro sanitario, hallamos que fueron inscritos como alimentos y todas las supuestas bondades terapéuticas que se les atribuyen carecen de comprobación científica.

A pedido de este diario, el Centro de Control Analítico de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos analizó siete productos naturales elegidos al azar de seis empresas distintas y detectó graves irregularidades en cuatro de ellos.

Por ejemplo, el extracto de noni del laboratorio Angisa contenía altas concentraciones de hongos y levaduras; y en las cápsulas de algas marinas de la empresa Vitavid Herbal Industrias se hallaron pelos y piedras. “Si una persona los consumiera, podrían causarle una infección estomacal o una grave intoxicación dependiendo de cuánto ingirió”, alerta el doctor Oswaldo Salaverry, director del Centro Nacional de Salud Intercultural (Censi). Todas las empresas involucradas se mantuvieron en silencio cuando buscamos su respuesta.

Puerta falsa de registro
En el Perú, la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) se encarga de aprobar el registro sanitario de las bebidas y alimentos industrializados. Mientras, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) otorga el registro sanitario de todos los productos a los que se les atribuye alguna propiedad terapéutica. En vez de facilitar, desde 1997 esta división de funciones ha dificultado el registro y control sanitario de los productos de consumo humano.

Paula Ramírez, responsable de Higiene Alimentaria y Zoonosis de Digesa, reconoce que este organismo se ha vuelto una puerta falsa para que empresas con prácticas informales obtengan con facilidad registros sanitarios de alimentos que luego venden como medicamentos.

Un débil control
A diferencia de los productos farmacéuticos, el registro sanitario para alimentos es automático y la vigilancia de su elaboración y componentes se hace después de haber sido autorizados. Empero, la Digesa no cumple con realizar permanentes pesquisas (sus laboratorios no tienen suficientes equipos) pese a que ha autorizado más de 50 mil productos.

Como ejemplo, en el mercado hay cien productos de cartílago de tiburón de 51 empresas autorizadas para venderlos como alimentos. Pero la mayoría se oferta como potentes analgésicos y antiinflamatorios que combaten el cáncer y la osteoporosis. Algo muy similar ocurre con el noni, el yacón y el camu camu.

Este problema también lo detectó el Censi hace cinco años al investigar 18 tiendas naturistas de Lima, donde el 44% de los productos en venta tenía registro sanitario de alimentos, pero se vendían como medicinas.

Martha Villar, presidenta del comité de Medicina Tradicional del Colegio Médico del Perú, señala que las malas empresas distorsionan el sentido de la medicina natural, que en nuestro país es la única alternativa de atención sanitaria para miles de personas y ofrece resultados alentadores si se practica adecuadamente.

Alfredo Castillo, director ejecutivo de Control y Vigilancia de la Digemid, dice que estos problemas se pretenden corregir con la aprobación de un reglamento especial para medicamentos herbarios y otros recursos naturales de uso medicinal, que fijará categorías claras y mejores controles.

Para cuando un producto sospechoso se detecta, la empresa responsable ya logró venderlo a muchas personas. “Si es adulterado, corresponde cancelar el registro sanitario y detener su venta, pero la vigilancia es muy débil y lo peor es que nadie responde por las personas afectadas”, dice Moisés Méndez, presidente de la Mesa de Medicina Tradicional de Foro de la Sociedad Civil en Salud.

Si el engaño se basa en propiedades falsas o no comprobadas, ni Digemid ni Digesa pueden incautar el producto, sino que deben elevar la denuncia al Indecopi para someter a la empresa a un proceso administrativo que termina solo con una multa por publicidad engañosa y competencia desleal.

Poca investigación. Falta validar el saber tradicional
Existen unas 40.000 especies de plantas a las que se les atribuyen cualidades medicinales en el país, pero aún hay poca investigación en las universidades para obtener evidencias científicas, indica Martha Villar, presidenta del Comité de Medicina Tradicional, Alternativa y Complementaria del Colegio Médico.

Observatorio
En el Instituto Peruano de Productos Naturales (IPPN) están agrupadas veinte empresas. Su presidente, Armando Rivero, propone la creación de un observatorio o centro de información que reúna, califique y ordene las investigaciones vinculadas con este sector.

Alta demanda
Según la OMS, el 80% de la población de los países en desarrollo atiende sus dolencias con la medicina tradicional.

Cuidado con el cartílago de tiburón
Solo seis laboratorios han registrado productos de cartílago de tiburón en la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid), Genfar Perú S.A., Agroindustria Chaska S.R.L, Industria Peruana de Recursos Agrobiológicos E.I.R.L, Droguería Los Andes S.A., Algas Marinas S.R.L. y Rais Vida S.A.C. Lo que indica que en dichos casos la información científica que se consigna en el inserto del producto pasó por los exigentes requisitos del organismo.

modificado el 28 de noviembre de 2013