Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante

Innovación, Salud Pública y Propiedad Intelectual
Francisco Rossi de IFARMA, Colombia

El Dr. Ahmed Ogwell, Director de Relaciones Sanitarias Internacionales del Ministerio de Salud de Kenya, expreso ante Intergovernmental Working Group (IGWG) (1) y la 61 Asamblea Mundial de la Salud (2008), que todos nos beneficiamos de los nuevos medicamentos, y todos debemos contribuir a financiar el alto costo de la innovación. Y la manera de contribuir, es pagando los altos costos de los medicamentos que tienen protección de propiedad intelectual y se venden a precios de monopolio.

Sin embargo, los países pobres que fuimos incorporados somos obligados a fortalecer la protección de la propiedad intelectual, y a pagar esos altos costos no sólo en dinero sino en desesperanza. Y vemos que el actual sistema no nos beneficia en absoluto. No nos beneficia porque la inmensa mayoría de los nuevos medicamentos son para aquellas enfermedades que tienen buenos mercados, que no son las que matan a nuestros pueblos. Menos del 1% de las innovaciones de los últimos años responden a enfermedades endémicas en nuestros países. Y tampoco nos benefi­cia cuando nuestros enfermos de aquellas enfermedades crónicas comunes en los países ricos no pueden pagar, o nuestros sistemas de salud no pueden financiar los nuevos medicamentos que necesitan, aumentando así la pobreza, la exclusión y la injusticia.

El Dr. Ahumed Ogwell respaldaba así una propuesta de raíces latinoamericanas que recogía los puntos medulares de las contribuciones de la sociedad civil, de los debates en el seno de las Naciones Unidas y de los reclamos de muchos gobiernos de países en desa­rrollo, en un proceso de discusiones internas en el seno de la OMS y en otros escenarios interna­cionales, respecto a las implicaciones del Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC, 1995), el que obligó a los países en desarrollo a proteger a las invenciones de medicamentos mediante patentes, cosa que muchos de ellos no hacían o lo hacían de manera parcial.

Los países en desarrollo se vieron obliga­dos a otorgar concesiones a las grandes empresas farmacéuticas a cambio de in­gresar a un mundo globalizado que prome­tía abrir los mercados de los países ricos para colocar ahí sus productos primarios o de baja transformación. A cambio de pro­mesas en temas como el ingreso libre de banano, café, carne, palmitos, mangos, es­párragos, etc. Promesas que aun son punto de debate ante la OMC, mientras que los acuerdos en propiedad intelectual ya han aumentado su espectro a través de tratados regionales aumentando la brecha entre los países pobres y países ricos.

Ver publicación completa en: Boletín AIS, febrero de 2010

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539&Itemid=139

modificado el 28 de noviembre de 2013