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ENSAYOS CLÍNICOS

Ensayos Clínicos, Ética y Conflictos de Interés

Costa Rica: Pobres y niños con discapacidad mental usados en investigaciones
Carlos Salazar Fernández
El País (Costa Rica), 12 de septiembre de 2012
http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/1/72434

La claridad en todos los artículos de la nueva Ley sobre investigación clínica en seres humanos, mantiene atascada la aprobación del proyecto en la Asamblea Legislativa para evitar lo ocurrido históricamente en la materia, en Costa Rica.

Y es que en varios casos, ampliamente documentados por científicos, abogados, políticos, diputados, funcionarios públicos y hasta por el Ministerio Público (Fiscalía), dan cuenta de violaciones a los derechos de las personas que participaron en anteriores experimentos. A quienes transgredieron la ley y los Acuerdos o Convenios Internacionales no les pasó nada… no fueron procesados penalmente.

Hoy, un sector amparado por las transnacionales farmacéuticas pretende imponer, con el apoyo de algunos legisladores, una ley que facilite la investigación, sin tomar en cuenta los derechos de quienes acepten someterse a estudios de experimentación de nuevos medicamentos o productos-mercancías.

Los diputados se encuentran en estos momentos negociando la nueva ley, después de que en el 2010, la Sala Constitucional eliminó un reglamento sobre el tema y ordenó a la Asamblea Legislativa dictar la normativa correspondiente.

Para acordar la sentencia, los magistrados tardaron desde el 2003 hasta el 2010. Una eternidad para muchos, principalmente para las transnacionales y sus aliados locales, quienes habían encontrado campo fértil para sus experimentos en Costa Rica, nula de regulaciones legales.

Para verdades el tiempo
Ya en la década de 1980, el eminente investigador y docente de la Universidad de Costa Rica, Dr. Alfonso Trejos Willis (Q.d.D.g.), denunció irregularidades en la aplicación de medicamentos experimentales. Trejos fue discípulo, heredero científico y continuador de la obra de Clodomiro (Don Clorito) Picado Twight, quien sentó las bases de la medicina experimental con una sólida base científica en nuestro país y permitió el estudio de muy diversas patologías.

Igualmente, por la prensa, en foros científicos y en el aula, Trejos denunció falta de controles, falta de ética, así como la imposición de los intereses de las transnacionales y de sus aliados, algunos investigadores locales.
Posteriormente, se descubrió que estos últimos recibían salario de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), y devengaban pagos de las transnacionales, aun utilizando hospitales y los equipos de la institución.

En tres artículos, “Las actividades del ICMRT en Costa Rica” y “A propósito del sobreseimiento en el caso de los directores del ICMRT de la Universidad de Louisiana” y “Diez años después: Los procedimientos no éticos del LSU-ICMRT”, Trejos abundó en la revelación de ilegalidades.

En resumen, Trejos Willis desmenuzó investigaciones del ICMRT (International Center for Medical Research and Training), un Centro de Investigación y Adiestramiento Médico, creado con fondos del Gobierno de los Estados Unidos, que desde 1962 ha operado en Costa Rica a través de un convenio con la Universidad de Louisiana. Posteriormente fue asumido por la transnacional Merck, Sharp & Dohme.

De acuerdo con lo escrito por Trejos, “la Casa Merck fabrica nuevas vacunas y el ICMRT las experimenta en seres humanos en Costa Rica, usando inclusive niños de corta edad, de diferentes poblaciones rurales o de barrios pobres de la Capital o de guarderías infantiles donde hay niños de familias de escasos recursos”.

En 1975 se denunció que el ICMRT había vacunado a 20 mil personas, menores de edad, con una vacuna contra la influenza sin obtener el consentimiento de sus padres, violando la Ley General de Salud.
Trejos concluyó que: “1) Que el ICMRT había vacunado más niños de los que había autorizado el Ministerio de Salud. 2) Que el ICMRT había vacunado más niños sin el previo consentimiento de sus padres y 3) Que en Mozotal de Goicoechea utilizó una vacuna cuya fecha de vencimiento había expirado hacía más de siete años”.

Aún más; el científico acusó mentiras y falta de ética del Dr. Villarejos, Director del ICMRT, quien aseguró que las vacunas usadas eran absolutamente inocuas. Sin embargo, esas vacunas estaban en fase experimental, precisamente para determinar si eran inocuas y potentes o eficaces.

Además, habían sido retiradas del mercado en Gran Bretaña por producir reacciones adversas inconvenientes. En 1975 fueron aplicadas 20 mil a colegiales costarricenses. Entre tanto, en la Asamblea Legislativa, dos grupos negocian, bajo la coordinación del Presidente del Congreso, Víctor Emilio Granados. Ellos son dos representantes de empresas privadas y dos de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Nota: Elpais.cr prepara una segunda entrega sobre el tema, principalmente sobre la utilización de niños, en algunos casos recién nacidos, para investigaciones que violaron las normas éticas y convenios internacionales, suscritos por Costa Rica.

modificado el 28 de noviembre de 2013