Nadie duda de la importancia de reducir los precios de los medicamentos de venta con receta en EE UU. La Kaiser Family Foundation hizo una encuesta en 2023, y encontró que más del 60% de los adultos estadounidenses estaban tomando al menos un medicamento de venta con receta, el 55% manifestó preocupación por el costo de dichos medicamentos y casi un tercio afirmó no tomar sus medicamentos según lo prescrito debido al precio [1]. Hay pacientes que no pueden acceder a medicamentos vitales como la insulina [2].
El 12 de mayo, Trump firmó una orden ejecutiva titulada «Precios de Medicamentos de Venta con Receta de Nación más Favorecida para Pacientes Estadounidenses», para que los funcionarios negociaran una reducción de los precios de los medicamentos de venta con receta equiparándolos a los de otros países bajo el concepto de “nación más favorecida” (NMF), que pretende equiparar el costo de los medicamentos de venta con receta en EE UU con lo que pagan otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) [3].
A finales de julio, Trump envió cartas a 17 importantes farmacéuticas exigiéndoles que ofrecieran sus medicamentos a precios similares a los de otros países desarrollados, que crearan canales de venta directa al consumidor y que aumentaran sus inversiones en EE UU. El 29 de septiembre era la fecha límite para que las empresas respondieran a dichas cartas.
El 30 de septiembre, la Casa Blanca llegó a un acuerdo con Pfizer que, aunque es confidencial, aporta algunos elementos que ayudan a entender cómo se lograrán esos descuentos en los precios de los medicamentos [4]. El acuerdo eximirá al gigante farmacéutico de los aranceles farmacéuticos propuestos por Trump durante tres años, a cambio de que Pfizer reduzca los precios para los consumidores estadounidenses e invierta US$70.000 millones en EE UU. Con este acuerdo, Trump ha declarado una victoria sobre Pfizer, diciéndole al director ejecutivo Albert Bourla: «Me sorprende que acepten esto» [5].
Por otra parte, a partir de 2026 el gobierno federal contará con el sitio web TrumpRx.gov, a través del cual los medicamentos de Pfizer y de otras empresas podrán venderse directamente a los consumidores con descuentos, sin la intermediación de gestores de beneficios farmacéuticos como Caremark de CVS Health y OptumRx de UnitedHealthcare [6].
Además, la hoja informativa de la Casa Blanca especifica que, gracias a la negociación con Pfizer, todos los programas estatales de Medicaid podrían acceder a precios de nación más favorecida (NMF) para los medicamentos recetados a través de TrumpRx.gov, lo que generaría ahorros de «muchos millones de dólares» [4]. Sin embargo, esta promesa pierde fuerza al considerar que, según la propia Casa Blanca, «más de 100 millones de pacientes sufren enfermedades que se pueden tratar con los medicamentos de Pfizer», y la hoja informativa especifica ahorros solo para tres medicamentos: Eucrisia, Xeljanz y Zavzpret, que estarían disponibles con descuentos del 80%, 40% y 50%, respectivamente, y que aun asi seguirán generando costos de bolsillo elevados [6]. Tampoco está claro cuáles serán los beneficios para los pacientes de Medicaid, pues las compañías farmacéuticas están legalmente obligadas a vender medicamentos a Medicaid al precio global más bajo [7], y los copagos de los beneficiarios del programa ya están limitados por la ley federal a US$4 para medicamentos preferidos y US$8 para medicamentos no preferidos, y a menudo son incluso inferiores [6].
El precio de lista de Xeljanz, para el tratamiento de enfermedades autoinmunes es superior a US$6.000, y tras el 40% de descuento si se compra en TrumpRX.gov costaría US$3.600, que supera con creces los aproximadamente US$1.400 que el estadounidense promedio gasta anualmente en medicamentos de venta con receta. El precio negociado del medicamento para la migraña Zavzpret es igualmente costoso — de alrededor de US$750 por dosis, frente a un precio de lista de US$1.500 — sobre todo si se tiene en cuenta que los pacientes toman varias dosis a lo largo del año [6]. Además, estos precios en efectivo probablemente seguirán siendo más altos que los que enfrenta la población asegurada y prohibitivos para quienes no tienen seguro; y al igual que con plataformas privadas de venta directa al consumidor como GoodRx, dichos pagos no se contabilizarían para los deducibles, ni los gastos de bolsillo máximos para los pacientes asegurados. Por lo tanto, en algunas situaciones, estas plataformas pueden generar un mayor gasto en atención médica anual [6].
Es difícil conciliar la preocupación de Trump con los precios de los medicamentos con su oposición a la Ley de Reducción de la Inflación (que limitó el precio de la insulina a US$35 para los pacientes de Medicare), su apoyo a los recortes a Medicaid y a la Ley de Cuidado de Salud Asequible u Obamacare (ambas contribuyen a garantizar el acceso a la atención médica), y con la reciente imposición de aranceles del 100% a los productos farmacéuticos (lo que aumenta el costo de los medicamentos recetados) [6]. Gracias a los nuevos requisitos laborales de Medicaid incluidos en la Ley “One Big Beautiful Bill” de Trump, aproximadamente 4,8 millones de estadounidenses perderán sus beneficios para 2034 [7].
Cabe resaltar que al dia siguiente del acuerdo, acciones de Pfizer subieron un 6,8% [8], indicando que el acuerdo aporta ventajas a la empresa, por lo que vale la pena preguntar ¿Esta nueva política, priorizará el ahorro de costos para los pacientes estadounidenses o funcionará principalmente como un medio para que ciertas compañías farmacéuticas eviten los aranceles recién anunciados? [6].
Se esperaba que a este acuerdo con Pfizer le sigan otros con otras empresas, y la segunda en hacerlo fue AstraZeneca – el 10 de octubre de 2025. AstraZeneca es la mayor empresa farmacéutica del Reino Unido, pero genera el 43% de sus ganancias en EE UU [9]. El acuerdo con AZ es parecido al acuerdo alcanzado con Pfizer: precios de nación más favorecida para el programa Medicaid, venta directa de sus productos a través de TrumpRx.gov (incluyendo el medicamento para el asma Airsupra, los tratamientos para la EPOC Bevespi y Breztri, y el medicamento para la diabetes Farxiga), e inversiones en EE UU. AstraZeneca invertirá US$50.000 millones en EE UU durante los próximos cinco años, tanto en la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos como en plantas de fabricación en todo el país, como la nueva planta cuya construcción se inició el 9 de octubre en Charlottesville, Virginia”. Este avance eximirá a AstraZeneca de los aranceles del 100% que la administración Trump amenazó con imponer a las farmacéuticas que no estén en proceso de iniciar la construcción de plantas o instalaciones en Estados Unidos [10].
Hay quienes consideran que TrumpRx simplemente servirá como fachada para redirigir a los pacientes a las plataformas de ventas dirigidas al consumidor (DTC) de las grandes farmacéuticas, ya establecidas. Esto beneficiaria a Donald Trump Jr., quien forma parte del consejo de administración de BlinkRx, una farmacia en línea que hace apenas unos meses anunció su propio servicio DTC [6].
Referencias