Un equipo canadiense ejecutó un estudio de casos y controles para evaluar el riesgo de reacciones adversas cutáneas graves asociadas al uso de diferentes antibióticos [1].
Usando bases de datos de servicios médicos canadienses, se estableció una cohorte de más de tres millones de pacientes de 66 años o mayores que habían recibido al menos un antibiótico por vía oral entre 2002 y 2022. En esta cohorte, se identificó a 21.758 pacientes que habían padecido una reacción cutánea grave que provocó una visita a urgencias o la hospitalización dentro de los 60 días después de que les dispensaran una prescripción de un antibiótico oral, es decir, aproximadamente 7 casos por cada 1.000 pacientes expuestos.
La mediana del plazo transcurrido hasta la aparición de la reacción cutánea después de dispensar el antibiótico fue de 14 días. De estos pacientes, 2.852 (13%) fueron hospitalizados, y la mediana de la estadía fue de seis días. Se diagnosticó a 50 pacientes con síndrome de Stevens-Johnson o necrólisis epidérmica tóxica; 273 pacientes fueron tratados en la unidad de cuidados intensivos o de quemados. De los pacientes hospitalizados, 150 murieron en el hospital, incluyendo a 10 que desarrollaron un síndrome de Stevens-Johnson o necrólisis epidérmica tóxica [1].
Cada caso se emparejó con cuatro controles de la cohorte que habían recibido un antibiótico, pero no había padecido una reacción cutánea grave, lo que resultó en un grupo de 87.025 controles. Tanto en los casos como en los controles, el antibiótico se había prescrito para una mediana de siete días [1].
El riesgo de reacciones cutáneas graves pareció ser menor con los macrólidos, como la azitromicina o la claritromicina. Después del ajuste, el riesgo de padecer una reacción cutánea grave pareció ser de al menos el doble con las sulfonamidas, las cefalosporinas y la nitrofurantoína que con los macrólidos. Los resultados fueron similares cuando el análisis se limitó a los pacientes hospitalizados [1].
En la práctica, muchos antibióticos exponen a los pacientes al riesgo de reacciones adversas cutáneas graves: algunas deben ser tratadas en cuidados intensivos e incluso pueden ser mortales. El nivel de riesgo es diferente según el medicamento. Es prudente interrumpir el tratamiento con antibióticos si se presenta una reacción cutánea y reevaluar la necesidad del tratamiento antibiótico y la elección del antibiótico.
Referencias