En 2024, un centro regional de farmacovigilancia francés (CRPV) identificó 17 reportes de hipertensión intracraneal atribuida a una fluoroquinolona registrados en la base de datos de farmacovigilancia francesa en el período de 1985 a 2023. Los pacientes afectados (ocho hombres y siete mujeres) tenían entre 7 y 77 años (mediana de edad de 27 años). Cinco pacientes tenían 15 años o menos. Un paciente tenía sobrepeso, y dos eran obesos (mediana del índice de masa corporal de 23,8 kg/m2).
Las fluoroquinolonas implicadas fueron ciprofloxacina (siete casos), pefloxacina (tres casos), levofloxacina (dos casos), ofloxacina (dos casos), norfloxacina (dos casos) y moxifloxacina (un caso). Estos antibióticos se habían prescrito para diferentes infecciones, incluyendo infección urinaria, sepsis posquirúrgica u osteítis/osteomielitis [1, 2].
La mediana del intervalo desde el inicio del tratamiento hasta la aparición de la hipertensión intracraneal fue de 14 días (rango: de un día a un año). Tres pacientes presentaron edema cerebral, y siete papiledema [2]. Entre los desenlaces conocidos (13 casos), el trastorno se resolvió rápidamente tras interrumpir la fluoroquinolona en 11 casos: en algunos casos también se administró el diurético acetazolamida o se drenó el líquido cefalorraquídeo.
Además de cefalea y náuseas o vómitos, se reportaron trastornos visuales en cuatro pacientes, a saber: diplopía bilateral (dos casos), estrabismo agudo (un caso) y pérdida parcial de la visión (dos casos). Se reportaron convulsiones en dos pacientes, confusión mental en dos pacientes de 70 y 77 años, y trastornos conductuales con nerviosismo y agresividad en dos pacientes de 7 y 12 años [2].
Se describió detalladamente un caso de ceguera en un paciente de 12 años que había tomado pefloxacina. Los síntomas de hipertensión intracraneal aparecieron al tercer día del tratamiento, y se interrumpió la fluoroquinolona 11 días después.
Una mujer de 31 años entró en coma y murió pocas horas después de tomar la primera dosis de ciprofloxacina. Una resonancia magnética cerebral mostró hipertensión intracraneal con edema cerebral difuso y hernia cerebral (no se proveyeron más detalles) [1, 2].
La asociación entre la exposición a fluoroquinolonas y la hipertensión intracraneal se evaluó haciendo un análisis de desproporcionalidad de casos y controles utilizando la base de datos de farmacovigilancia francesa (a). Se reportó hipertensión intracraneal con una frecuencia aproximadamente 2,5 veces mayor con las fluoroquinolonas que con otros medicamentos incluidos en la base de datos (razón de probabilidades de reporte [ROR] 2,6; intervalo de confianza del 95%: 1,6-4,2) [1,2].
La hipertensión intracraneal es un efecto adverso grave que se menciona en los resúmenes franceses de las características de los productos (RCP) que contienen ciprofloxacina, levofloxacina, moxifloxacina, ofloxacina y pefloxacina, pero no de los productos que contienen norfloxacina [3].
La hipertensión intracraneal se presenta predominantemente como cefalea y pérdida del campo visual, con papiledema que casi siempre se observa en la oftalmoscopia. Las complicaciones principales son trastornos visuales, que pueden provocar ceguera permanente [4]. La hipertensión intracraneal es más frecuente en mujeres y en pacientes con obesidad o que hayan aumentado de peso recientemente [4,5]. Se desconoce el mecanismo por el cual las fluoroquinolonas provocan hipertensión intracraneal.
Los efectos adversos de las fluoroquinolonas hacen que su balance riesgo-beneficio para muchas infecciones habituales sea desfavorable, y entre ellos se incluyen: trastornos neuropsiquiátricos, trastornos relacionados con lesiones de la fibra de colágeno (trastornos musculoesqueléticos, aneurisma y disección aórticos, desprendimiento de retina) y arritmias (en ocasiones mortales) debido a la prolongación del intervalo QT [6,7]. El riesgo de hipertensión intracraneal es una de muchas razones por las que se debe abordar con cuidado el uso de las fluoroquinolonas [7].
En la práctica, si un paciente tratado con fluoroquinolonas presenta cefalea o alteraciones visuales o las que padecía empeoran, es muy importante considerar la hipertensión intracraneal inducida por medicamentos. Por lo general, al descontinuar rápidamente el tratamiento los síntomas se resuelven, lo que previene la ceguera.
Referencias seleccionadas de la búsqueda bibliográfica de Prescrire