Resumen
Lo que descubrimos
Este año, el multimillonario fármaco para el corazón ticagrelor (Brilinta, Brilique) se comercializará como genérico.
En diciembre pasado, una investigación del BMJ detectó graves problemas en la integridad de los datos del emblemático estudio PLATO [1], en el que participaron 18.000 pacientes [2], lo que pone en duda la ventaja del fármaco sobre sus competidores más económicos.
En este artículo, el BMJ ha ampliado su investigación, analizando dos estudios clave sobre plaquetas que, según AstraZeneca, explicaban la capacidad del ticagrelor para tratar con éxito a los pacientes con síndrome coronario agudo. Sin embargo, encontramos evidencia de errores graves en la información, lo que cuestiona la aprobación del ticagrelor y su uso durante una década.
Encontramos:
Referencias
Nota de Salud y Fármacos. Un comentario al artículo de Doshi publicado en Medscape [1] añade que, tras 15 años en el mercado, las versiones genéricas del antiplaquetario ticagrelor están a punto de salir al mercado. Ticagrelor se promovió como más rápido y eficaz que su competidor más económico, el clopidogrel (Plavix), por lo que se convirtió en uno de los mayores éxitos de ventas de AstraZeneca y se incorporó rápidamente en las guías de cardiología de todo el mundo.
Además de criticar el ensayo PLATO, Doshi ha analizado dos ensayos complementarios que se publicaron en la prestigiosa revista Circulation, se trata de ONSET/OFFSET y RESPOND, y se documentó que los criterios principlaes de valoración se informaron de forma inexacta, que AstraZeneca no entregó toda la información a la FDA, y que los centros del estudio podrían no haber recibido la capacitación adecuada [1].
Doshi escribió “Según los revisores de la FDA, la agencia otorgó la aprobación en 2011 a pesar de que la evidencia no era favorable, y ahora, mis investigaciones sobre PLATO, ONSET/OFFSET y RESPOND sugieren que incluso los datos presentados a la FDA y publicados en The New England Journal of Medicine y Circulation no son fiables”, por lo que Doshi solicita a la FDA que revise dicha aprobación [1].
Problemas con la integridad de los datos
Demasi, reflexionó sobre las críticas a PLATO que había hecho Doshi y resaltó lo siguiente: PLATO fue un ensayo global realizado en 43 países. En EE UU, la supervisión de los centros de investigación donde se realizó el ensayo estuvo en manos de contratistas independientes, y los pacientes que recibieron ticagrelor experimentaron peores resultados. Los registros de la FDA mostraron que los tratados con ticaglecor tuvieron un riesgo un 27% mayor de experimentar eventos cardíacos graves en comparación con los que recibieron clopidogrel. Por el contrario, en países europeos como Hungría y Polonia, los resultados favorecieron claramente al ticagrelor y habían sido supervisados directamente por AstraZenca [2].
Un comité especial se encargó de determinar si las muertes y los ataques cardíacos se consideraban eventos graves. Doshi descubrió que durante la adjudicación se añadieron 45 ataques cardíacos al grupo de clopidogrel, mientras que no se añadió ninguno al grupo de ticagrelor. Los adjudicadores no lograron ponerse de acuerdo en la causa de 20 muertes, y 17 de ellas ocurrieron en el grupo tratado con clopidogrel. En seis de esos casos, la clasificación final se modificó a favor de ticagrelor, sin explicación alguna. El patrón de cambios unilaterales planteó una pregunta inquietante: ¿el ensayo fue realmente ciego? Se suponía que el comité de adjudicación desconocía la asignación del tratamiento, pero el sesgo a favor de ticagrelor sugiere que el cegamiento podría haberse visto comprometido [2].
El ticagrelor ha estado en la mira desde el principio. El fármaco fracasó en su primer intento de obtener la aprobación de la FDA. Los registros internos muestran que el director médico, Dr. Thomas Marciniak, desaconsejó encarecidamente la aprobación del ticagrelor, calificando la solicitud de AstraZeneca como “una de las peores que había visto” [2]. Señaló que “los pacientes tratados con ticagrelor que fueron sometidos a una intervención coronaria percutánea temprana… tuvieron peores resultados que los pacientes que recibieron clopidogrel“. Sin embargo, sus preocupaciones fueron ignoradas [2].
Ticaglecor fue objeto de una investigación por parte del Departamento de Justicia de EE UU en 2013, a instancias de Serebruany. Dicha investigación se cerró en 2014 sin que se tomaran medidas adicionales [1].
Una revisión de varios ensayos clínicos importantes con ticagrelor realizada por el Dr. Eric Bates, profesor de medicina interna en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, Michigan, y coautor de las guías estadounidenses que recomiendan el ticagrelor, concluyó que «la opinión clínica convencional y el apoyo de las guías clínicas a. ticagrelor en comparación con clopidogrel podrían estar sobreestimados». Bates ahora solicita que se revisen las guías, específicamente la recomendación sobre ticagrelor [1].
Referencias