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Ensayos Clínicos y Ética

Abuso de prisioneros afrodescendientes en los estudios sobre la malaria

Salud y Fármacos
Boletín Fármacos: Ensayos Clínicos 2025; 28 (3)

Tags: explotación prisioneros afrodescendientes, fármacos antipalúdicos, estudios sobre malaria, ensayos con prisioneros

La revista Science publicó una entrevista a James Tabery sobre la participación en los estudios de presos afrodescendientes para entender como la genética influye en las reacciones a medicamentos antipalúdicos [1]. La entrevista se relaciona con un artículo publicado en JAMA [2]. A continuación, resumimos el artículo publicado en Science.

En la década de 1940, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago, el Ejército y el Departamento de Estado de EE UU realizaron un estudio sobre la malaria en la penitenciaría de Stateville, que impulsó el desarrollo de la primaquina.

La práctica de infectar deliberadamente con el parásito de la malaria a estos reclusos para poder probar tratamientos generó una reacción generalizada en contra del consentimiento coercitivo en las prisiones, pero hasta ahora siempre se había pensado que los experimentos habían incluido principalmente a reclusos de ascendencia europea.

James Tabery y sus colegas han revelado que, para estudiar las reacciones adversas al fármaco, los investigadores de Stateville introdujeron el parásito de la malaria en reclusos afrodescendientes sensibles a la primaquina y les administraron dosis excesivas de primaquina a sabiendas de que la mayoría presentaría una reacción adversa.

Los reclusos con un trastorno genético conocido como deficiencia de G6PD experimentaron efectos secundarios dolorosos, como náuseas, fatiga y, en algunos casos, insuficiencia orgánica. Estos resultados, afirma Tabery, sentaron las bases de la medicina de precisión: la idea moderna de adaptar el tratamiento a la genética del paciente.

Además del dolor al que fueron sometidos, los reclusos afrodescendientes recibieron una remuneración inferior a la de los reclusos de ascendencia europea, y se publicaron datos que los identificaban (iniciales, estatura y peso).

Durante la primera década del estudio, los investigadores de Stateville solo inscribieron a reclusos de ascendencia europea porque temían que las personas afrodescendientes no tuvieran la misma reacción que intentaban inducir, y no querían que distorsionaran los resultados.

Para 1950, los investigadores contaban con un fármaco eficaz, la primaquina, pero algunas personas experimentaban una reacción adversa muy grave, que podía ser mortal, y que se presentaba con mayor frecuencia entre los prisioneros afrodescendientes. Esto dio lugar a un segundo estudio que duraría 25 años. En este estudio, “se utiliza un grupo relativamente pequeño de hombres afrodescendientes, que se sabe que presentan esta reacción adversa al medicamento, y se los expone continuamente [a primaquina] y se les toman muestras de sangre para determinar la causa genética”.

Según Tabery, estos estudios contribuyeron al desarrollo de la ética de la investigación porque “la comunidad científica y médica comenzó a comprender que esta noción de consentimiento en entornos altamente coercitivos, como las prisiones, no es tan clara como se creía.

Al desviar la atención de la investigación antipalúdica de la década de 1940 [en prisioneros de ascendencia europea] hacia la investigación sobre la sensibilidad a la primaquina que se realizó posteriormente [en prisioneros afrodescendientes], se descubre que no se trata tanto de que los prisioneros [afrodescendientes] tuvieran una experiencia más terrible, sino que había más cuestiones éticas en juego que el consentimiento. Por ejemplo, los investigadores trajeron a familiares de reclusos afrodescendientes para rastrear el linaje genético de la sensibilidad a la primaquina. Esto cuestiona cómo las dinámicas coercitivas pueden extenderse fuera de los muros de la prisión. [Los investigadores] También pagaron menos a los participantes afrodescendientes en los estudios de reacciones adversas a medicamentos que a los participantes de ascendencia europea en el estudio original sobre la malaria”.

Aunque se conoce la base genética de la sensibilidad a ciertos fármacos desde 1956, su aplicación clínica sigue limitada por costos y problemas logísticos, como ocurre con la prueba de sensibilidad a la primaquina en zonas endémicas de malaria.

“Una lección importante para los científicos y genetistas que intentan reclutar a poblaciones diversas para que participen en la investigación: debemos ser muy cautelosos al hacer promesas sobre cómo la participación en esa investigación combatirá las desigualdades sanitarias en esas comunidades”. Esto es especialmente importante en países de bajos y medianos ingresos, donde a pesar de que se conoce que hay factores genéticos que condicionan la respuesta a los medicamentos, los sistemas de salud no están en condiciones de realizar dichas pruebas.

Fuente Original

  1. Annika Inampudi. Historical records expose role of Black inmates in unethical malaria studies decades ago. Science, 11 Jun 2025 https://www.science.org/content/article/historical-records-expose-role-black-inmates-unethical-malaria-studies-decades-ago

Referencia

  1. Allen H, Tabery J. The Black Prisoners of Stateville: Race, Research, and Reckoning at the Dawn of Precision Medicine. JAMA. 2025;334(3):209–211. doi:10.1001/jama.2025.8024 https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2835218
creado el 8 de Octubre de 2025