Los gigantes farmacéuticos están invirtiendo decenas de millones de libras en los servicios del Servicio Nacional de Salud (NHS), incluyendo el pago de los salarios del personal médico y la financiación del rediseño del tratamiento de los pacientes- con el fin de impulsar las ventas de medicamentos en el Reino Unido, según revela The Observer.
Las empresas farmacéuticas están financiando simultáneamente a grupos que presionan para obtener una mayor inversión en sus áreas terapéuticas, y en algunos casos están pagando generosos honorarios de consultoría a influyentes ¬profesionales de la salud, incluyendo médicos de cabecera que han trabajado como líderes clínicos para NHS England y han recibido hasta £480.000 cada uno de la industria desde 2019.
El gasto se revela en una investigación que deja al descubierto el creciente papel de Big Pharma en el sector de la salud del Reino Unido, con un análisis de más de 300.000 transacciones de compañías farmacéuticas desde 2015 que muestran un aumento del gasto en actividades que no tienen nada que ver con la investigación y el desarrollo (I+D).
Los pagos a profesionales y organizaciones de salud del Reino Unido, incluyendo donaciones, patrocinios, honorarios de consultoría y gastos, alcanzaron la cifra récord de £200 millones en 2022, excluyendo la I+D, y entre las que más gastan figuran las empresas que buscan promocionar lucrativos medicamentos para la obesidad, la diabetes y los problemas cardíacas. El gasto total fue casi el doble de los £108 millones que pagó la industria farmacéutica en 2015, mientras que los pagos a organizaciones de la salud en el mismo periodo casi se triplicaron hasta alcanzar los £156,5 millones de libras.
Los pagos incluyen más de £29 millones para los NHS trust (grupos de proveedores de servicios del NHS que cubren a una población determinada), así como otros millones para consultorios médicos y empresas que apoyan los servicios del NHS. Otros £43,7 millones se destinaron a médicos, enfermeros, farmacéuticos y personal administrativo.
Pero los documentos del proyecto revelan que se espera que muchas de estas colaboraciones con la industria farmacéutica aumenten las ventas de las empresas, lo que suscita preocupación por los conflictos de interés. David Rowland, director del Centre for Health and the Public Interest (Centro para la Salud y el Interés Público) [1], advirtió que los NHS trusts, “que cuentan con financiamiento insuficiente”, no podían permitirse “ser ingenuos ante estos acuerdos con las grandes empresas farmacéuticas”. “Desde luego, no están proporcionando esta financiación como un acto de caridad”, afirmó.
En muchos casos, se ha permitido que las empresas farmacéuticas desempeñen un papel directo en diseña la atención a los pacientes en los servicios del NHS que prescriben sus productos. Así, por ejemplo, a través de proyectos que les permiten supervisar el rediseño de las rutas de tratamiento de enfermedades como la obesidad, la diabetes, la esclerosis múltiple, el cáncer, el asma y las enfermedades raras. Otras empresas están pagando los sueldos de farmacéuticos, enfermeros y otro personal de salud que trabaja en los equipos del NHS.
En uno de los casos, la farmacéutica Eli Lilly se asoció con un importante NHS trust en Londres para ayudar a “optimizar” el servicio multidisciplinar para pacientes con diabetes, obesidad y afecciones cardíacas. Los documentos corporativos muestran que el proyecto con el hospital Royal Free de Londres tenía como objetivo “implementar un nuevo modelo de atención” y “optimizar los tratamientos y/o la priorización de pacientes” para el recién creado equipo de atención secundaria, obteniendo resultados que incluían la reducción de los tiempos de espera.
“Lilly podría beneficiarse de un aumento de pacientes a los que se prescriban sus medicamentos”, añaden los documentos. Eli Lilly fabrica medicamentos para la diabetes y ha solicitado la aprobación de su medicamento para la obesidad, Mounjaro, un rival para las inyecciones de Wegovy recientemente aprobadas. Los registros muestran que gastó £3,5 millones en pagos a organizaciones del NHS en 2022, en comparación con £147,000 en 2018. La compañía dijo que todos los pagos se declararon públicamente, conforme a los códigos de la industria, y agregó que tenía confianza en el “trabajo conjunto” con los socios del Reino Unido para “garantizar que los pacientes pudieran acceder a los nuevos medicamentos más efectivos”, y que su trabajo en el NHS había ayudado a reducir los tiempos de espera y había apoyado la recuperación pospandémica.
Otro gran fabricante de antidiabéticos, Sanofi, se ha asociado con organizaciones del NHS para revisar y mejorar los servicios que ofrecen tratamiento. El beneficio potencial para Sanofi es un aumento en sus ventas. “Como resultado de los cambios en las rutas de tratamiento, a algunos pacientes se les pueden recetar productos de Sanofi, siguiendo las recomendaciones locales o nacionales”, dice uno de los documentos del proyecto. Sanofi afirmó que todos sus proyectos eran transparentes y éticos, y que compartía con el NHS el “objetivo común” de mejorar los resultados para los pacientes.
En algunos casos, la decisión de asociarse con el NHS cuando está sometido a grandes presiones parece ser algo estratégico. Una empresa consultora de la industria farmacéutica dice a sus clientes en su sitio web que nunca ha habido un mejor momento para hacerlo, y añade que la creación de programas para “acabar con los problemas de capacidad” podría ser una “gran oportunidad para que las empresas aumenten sus ventas rápidamente”.
La empresa cita como ejemplo la ayuda que prestó para poner en marcha una red de clínicas para administrar inyectables “separadas y especializadas”, en colaboración con los servicios de oftalmología del NHS, con la intención de “prescribir el producto al cliente” en trusts que estaban lidiando con “retrasos significativos”. Las consultas se realizaban fuera del horario laboral en las instalaciones del NHS, por “personal del NHS en su tiempo libre”, e impulsaron las ventas de la empresa farmacéutica al permitir “que los pacientes tuvieran un mayor acceso al tratamiento”.
The Observer ha descubierto que, además de asociarse con NHS trusts, algunas empresas farmacéuticas están pagando a médicos influyentes para ampliar la distribución de sus medicamentos de grandes ventas.
Un médico destacado, el Dr. Yassir Javaid, un médico general de Northampton y exlíder médico regional del NHS de Inglaterra, fue el mayor beneficiario de dinero de las empresas farmacéuticas en 2022, ya que recibió £132.390 en honorarios y gastos. Los registros de Disclosure UK muestran que ha recibido £483.561 desde 2019. Javaid ha aparecido en presentaciones patrocinadas, dirigidas a colegas médicos, para promover los beneficios de ciertos medicamentos para la diabetes, incluyendo los que fabrican las empresas de las que ha recibido pagos. Javaid dijo que había optado voluntariamente por aparecer en la base de datos Disclosure UK; que siempre ha declarado correctamente sus intereses; y que sus sesiones educativas patrocinadas “promovieron el uso de tratamientos basados en la evidencia y las recomendaciones que mencionan las guías”.
Entre las grandes empresas farmacéuticas que realizan pagos a médicos generales se encuentran los gigantes farmacéuticos AstraZeneca, Eli Lilly y Boehringer Ingelheim. Las empresas que más gastaron en pagos que no estaban destinados a la I+D en el sector salud del Reino Unido fueron Sanofi, que gastó £16 millones en 2022, GlaxoSmithKline, que gastó £14,7 millones, y Novartis, cuyos pagos en 2022 ascendieron a £14,3 millones.
La Asociación Británica de la Industria Farmacéutica, organismo comercial que publica la base de datos Disclosure UK del gasto de la industria farmacéutica, declaró que las empresas estaban obligadas a ser transparentes sobre los pagos, y tenían prohibido realizar pagos que constituyeran un incentivo para prescribir o promocionar un medicamento.
El Dr. Amit Aggarwal, director de asuntos médicos de la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica, afirmó que ahora había más transparencia que nunca sobre este tipo de acuerdos, y añadió que la colaboración entre las empresas farmacéuticas y el sector salud podía ofrecer enormes beneficios a los pacientes: “Los proyectos de colaboración benefician a los pacientes y al sistema de salud, y se rigen por el estricto código de prácticas de la industria, que va más allá de la ley”.
El NHS de Inglaterra afirmó que las colaboraciones con la industria ayudan a que los pacientes “se beneficien de un acceso más rápido a tratamientos innovadores” y que “no era inusual que la industria proporcionara financiación para apoyar la prestación de servicios en áreas como la mejora de la salud cardiovascular, la lucha contra las enfermedades infecciosas o el lanzamiento de tratamientos innovadores contra el cáncer”. Añadió que existían “salvaguardias estrictas” para controlar los conflictos de intereses.
Referencias