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Acceso y Precios

Ampliar únicamente la capacidad de fabricación de vacunas por el cártel de las farmacéuticas generará el apartheid perpetuo de vacunas y escasez artificial

(Expanding Vaccine Manufacturing Capacity Solely Within the Pharma Cartel is a Recipe for Perpetual Vaccine Apartheid and Artificial Scarcity)
Brook Baker
Health Gap, 3 de marzo de 2021
https://healthgap.org/expanding-vaccine-manufacturing-capacity-solely-within-the-pharma-cartel-is-a-recipe-for-perpetual-vaccine-apartheid-and-artificial-scarcity/
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Boletín Fármacos: Economía, Patentes y Precios 2021; 24(2)

Tags: Merck, Johnson & Johnson, Covid, pandemia, suministro de vacunas, escasez de vacunas, protección de patentes, exención de patentes, propiedad intelectual

Big Pharma obtuvo otra gran victoria de relaciones públicas esta semana, anunciando un “pacto inusual entre los feroces rivales Merck y Johnson & Johnson” (https://www.washingtonpost.com/health/2021/03/02/merck-johnson-and-johnson-covid-asociación-vacuna/). El acuerdo, por el que Merck recibirá US$268,8 millones de los contribuyentes estadounidenses para ampliar su capacidad para fabricar la vacuna de J & J, se anunció como “el tipo de colaboración entre empresas que vimos en la Segunda Guerra Mundial”. Pero no debemos ver a las compañías farmacéuticas como liberadoras mientras que, para proteger sus derechos de propiedad intelectual y ganancias exorbitantes, sigan bloqueando los esfuerzos por resolver la escasez global de vacunas.

Todos los países del mundo están preocupados por el suministro inadecuado de vacunas COVID-19. Los países ricos habían intentado evitar la demora en la vacunación comprando por adelantado más del 60% de las dosis de vacuna que se pueden fabricar este año.

Para el resto del mundo, incluyendo los 130 países que hasta la semana pasada no habían recibido vacunas, estos suministros artificialmente limitados significan que tendrán que esperar años, habrá más muertes, más trastornos sociales y económicos y se desarrollaran variantes más contagiosas y resistentes a las vacunas. Es una receta para que la pandemia sea interminable.

La solución a la falsa escasez de suministro (https://healthgap.org/drug-companies-are-running-scared-lets-make-them-run-faster/) hubiera tenido que consistir en mejor planificación y un acuerdo temprano para anular las protecciones de patentes, compartir los secretos relacionados con los conocimientos técnicos, las fórmulas y los recursos biológicos, y movilizar toda la capacidad necesaria, existente y nueva, para fabricar 12.000 millones de dosis de vacunas Covid-19 lo más rápidamente posible, que es la cantidad necesaria para ampliar la vacunación de manera equitativa en todo el mundo. En cambio, los que defienden los monopolios de las vacunas se organizaron para mantener un control rígido sobre el suministro, el precio y la distribución, tanto para aumentar las ganancias como para priorizar sus monopolios a expensas de la salud pública. Tras recibir mucha presión para compartir conocimientos y eliminar las barreras de propiedad intelectual para salvar vidas, han acordado co-fabricar exclusivamente dentro de su cartel: la apariencia de una solución que en realidad continúa restringiendo el suministro y otorga a la industria el control pleno de los medicamentos que salvan vidas, que deberían ser bienes públicos globales.

En lugar de compartir los frutos del progreso científico con todos (progreso que se logró gracias a las colaboraciones con centros de investigación financiados con fondos públicos y fue catalizado con miles de millones en dinero público), las empresas están ampliando su propia capacidad de suministro interno y celebrando acuerdos de fabricación por contrato con un subconjunto restringido de productores globales. A pesar del argumento que hemos oído muchas veces, de que la transferencia de tecnología es difícil y requiere mucho tiempo, los fabricantes de vacunas han firmado decenas de acuerdos con socios “confiables” y “controlables” para fabricar componentes, formular la vacuna y preparar los envases para la venta.

Varios productores importantes de vacunas han acordado recientemente permitir la producción de vacunas a otras empresas para acelerar el suministro de vacunas Covid-19. El 2 de marzo, Merck llegó a un acuerdo con J & J para fabricar su vacuna de adenovirus recientemente aprobada, dedicando sus líneas de producción tanto a la producción del ingrediente clave como al llenado y acabado. Sanofi había prometido previamente ayudar a J & J en los pasos finales de la producción y el embotellado de viales en Europa. Sanofi y Novartis anunciaron acuerdos en enero para ayudar con el llenado y acabado de la vacuna Pfizer / BioNTech.

No hay duda de que reutilizar la capacidad de fabricación existente en las grandes empresas farmacéuticas puede ser una buena estrategia, al igual que celebrar acuerdos de fabricación por contrato con las principales empresas de manufactura como Serum Institute of India, el mayor productor de vacunas del mundo. Pero al hacerlo solo dentro del cártel, se excluyen otras capacidades, y se impide que se hagan inversiones para ampliar permanentemente la capacidad de producir vacunas a nivel mundial. Por encima de todo, protege el derecho de las grandes farmacéuticas a beneficiarse durante una pandemia, que se prolongará aún más si se implementa la llamada tercera vía (se refiere a la que ha propuesto la OMC) en lugar de dar soluciones reales.

La escasez de vacunas y la negativa de los fabricantes de vacunas a compartir sus tecnologías de manera voluntaria llevó a Sudáfrica, India, y ahora a más de 100 países, a exigir en la OMC que se suspendan las protecciones de propiedad intelectual sobre las tecnologías de salud para Covid-19. En respuesta a la creciente presión para anteponer la vida de las personas a las ganancias (https://www.washingtonpost.com/world/2021/02/20/poor-countries-arent-getting-vaccines-waiving-intellectual-property-rights- could-help/), las grandes empresas farmacéuticas han intentado convencer al mundo de que los problemas de suministro están bajo control.

“Bajo control” es, paradójicamente, el término correcto. Porque eso es exactamente lo que los innovadores de vacunas están tratando de garantizar: que todas las decisiones de suministro, precio y distribución permanezcan bajo su control. A pesar de que los países ricos han dejado atrás a los países en desarrollo y COVAX, y las grandes empresas farmacéuticas que producen vacunas no tienen la capacidad para producir dosis suficientes para satisfacer la demanda global existente, no quieren permitir que se genere capacidad para producir vacunas en países en desarrollo, lo que permitiría que esos países sean más autosuficientes y competitivos en el futuro. Las grandes compañías farmacéuticas están apostando a que trabajando juntas y aparentando que es suficiente, pueden preservar sus imperios de propiedad intelectual.

Para acabar realmente con la pandemia y acabar con el apartheid de las vacunas, debemos acabar con el cartel. Debemos romper un cartel que prioriza a los ricos y castiga a los pobres, un cartel que, paradójicamente, nos pone a todos en mayor riesgo de tener una pandemia más prolongada, con variantes cíclicas y costos humanos incalculables. La administración Biden y otros gobiernos de los países del G7 no deberían estar satisfechos con estas medidas. Solo se logrará ampliar suficientemente la oferta si las empresas farmacéuticas renuncian a los derechos de propiedad intelectual, comparten conocimientos y los gobiernos toman todas las medidas a su alcance para ampliar la capacidad de producción.

creado el 16 de Junio de 2021