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ECONOMÍA Y ACCESO

Breves

۞ Estatinizar el mundo
Sergio Minué
El gerente de mediado, 19 de febrero de 2014

Los informes que dicen que algo no ha pasado siempre me han interesado, porque como sabemos, hay cosas que se saben que sabemos; hay cosas que sabemos que sabemos.

Hay cosas que sabemos que no sabemos; es decir hay cosas que ahora sabemos que no sabemos.

Pero hay también cosas que no sabemos que no sabemos—aquellas cosas que nosotros no sabemos que no sabemos.

Donald Runsfeld

En su imprescindible The Patient Paradox, del que ya informamos en su momento, Margaret McCartney señalaba que uno de cada tres adultos británico de más de 45 años tomaba algún tipo de estatinas, es decir cerca de 7 millones de habitantes solo en el Reino Unido. John Ionnidis, del Department of Medicine and Health Research and Policy de Stanford, publicaba recientemente en JAMA [1] la estimación del número de personas que deberían tomar estatinas en EE UU en el caso de aplicarse las recomendaciones de la última guía de práctica clínica desarrollada por The American College of Cardiology y The American Heart Association: nada menos que cerca de la mitad de población americana entre 40 y 79 años, es decir 46 millones de un total de 101 millones de americanos, cifra que incluye tanto los que tienen un riesgo vascular a 10 años > 7.5% (en los que las estatinas están altamente recomendadas), como los que presentan un riesgo entre 5 y 7,4% ( entre los que las estatinas deberían ser consideradas). Ionnidis extrapola estas cifras a la población mundial, obteniendo la exorbitante cifra de 920 millones de personas, cifra que sin embargo considera insuficiente para cumplir las recomendaciones de la ACC/AHA, dado el crecimiento de la población y su creciente envejecimiento. En definitiva, cerca de un 1.000 millones de personas (un billón anglosajón), sanas, sin evento vascular previo, debería tomar estatinas.

Lógicamente si se decide estatinizar el mundo, España no debería quedar fuera bajo ningún concepto. Un país que es aliado natural de los EE UU no debe quedar fuera de sus recomendaciones, aunque aquí tengamos una genética especial y aceite de oliva en los bares. ¿Quién se beneficia de ello? Que sean los pacientes está aún por demostrar. Lo que es indudable es el enorme beneficio que obtendrá la industria farmacéutica (y posiblemente los médicos que trabajan para ella). Ionnidis estima que de aplicarse la guía americana las ventas de estatinas podrían acercarse al trillón anglosajón (billón español) de dólares hasta el año 2020.

Podría considerarse que es una nueva exageración de los molestos opositores al progreso científico. Sin embargo, el periódico El País, gran defensor del liberalismo económico, informaba en sus páginas de Economía, bajo el título de ¿Hay vida después del Lipitor? de la preocupación de Pfizer por ver descender sus astronómicos beneficios (más de US$120.000 millones en el periodo 1996-2011) en el momento en que expirara la patente hasta el punto que, según el País, “Pfizer lanzó un programa de incentivos para venderlo directamente a los pacientes. Pero se teme que no sea suficiente para compensar la caída de precio”.

Los riesgos de esta estatinización masiva poblacional no parecen importar demasiado. Sin embargo Sattar et al ya publicaron en Lancet [3] el hecho preocupante (solo para algunos) de que por cada 255 pacientes tratados con estatinas durante 4 años se produciría un caso de diabetes, lo que significaría la aparición de 27.450 nuevos casos de diabetes, si nos atenemos a la cifra de 7 millones de británicos que la consumen. Casos todo hay que decirlo, susceptibles de ser tratados con fármacos en esa cascada exponencial de riesgos (para los pacientes) y beneficios (para los laboratorios y sus médicos a sueldo).

Aunque Donald Runsfeld ganó el prestigioso premio A la Mayor Metedura de Pata del año (Foot in the mouth Awards) [4] por la frase arriba indicada, Margaret McCartney considera que refleja muy bien lo que es la investigación médica. Porque no sabemos que no sabemos. Estamos felices en nuestra ignorancia, sin preparación suficiente para interpretar lo que se publica en las revistas científicas. Asumimos que puesto que hacemos algunas determinaciones (como las cifras del colesterol), ya sabemos todo lo necesario sobre las enfermedades, los riesgos y las personas. Afortunadamente la vida es más imprevisible y mucho más compleja de lo que establece el REGICOR.

Parece que los responsables de la guía americana están muy satisfechos porque solo 8 de los 15 panelistas que intervinieron en la elaboración de la misma tenían vínculos estables con la industria. Es un gran avance porque en la edición anterior todos ellos tenían conflictos de interés. En España una vez más no sabemos. Las últimas Recomendaciones preventivas cardiovasculares del grupo de Prevención cardiovascular del PAPPS [5], quizá el más seguido por los médicos de familia de España, no incluía ninguna declaración explícita de conflictos de interés alguno. Tal vez es que Atención Primaria es una revista que considera superfluo este tipo de declaraciones. “Ojos que no ven, corazón que no siente”

Referencias

  1. Ioannidis JPA. More Than a Billion People Taking Statins? Potential Implications of the New Cardiovascular Guidelines. JAMA 2014;311(5):463-464. doi:10.1001/jama.2013.284657
  2. Pozzi S. ¿Hay vida después del Lipitor? El País, 26 de febrero de 2012. http://economia.elpais.com/economia/2012/02/24/actualidad/1330100382_456443.html
  3. Sattar N, Preiss D, Murray HM. Statins and risk of incident diabetes: a collaborative meta-analysis of randomised statin trials. The Lancet 2010;375(9716): 735-742. http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2809%2961965-6/abstract
  4. BBC News. Rum remark wins Rumsfeld an award. BBC New, 2 de diciembre de 2003. http://newsvote.bbc.co.uk/mpapps/pagetools/print/news.bbc.co.uk/2/hi/americas/3254852.stm
  5. Maiques Galán A, Brotons Cuixart C, Villar Álvarez F, et al. Recomendaciones preventivas cardiovasculares. Atención Primaria 2012;44, Supl 1:3-15. http://www.papps.org/upload/file/Grupo_Expertos_PAPPS_1.pdf
creado el 25 de Junio de 2014