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Ética

Conducta de la Industria

La estrategia más exitosa de Purdue de la que nadie habla

(Purdue’s most successful strategy no one is talking about)
Judy Butler
Pharmedout, noviembre 2020
https://sites.google.com/georgetown.edu/pharmedout/resources/monthly-newsletter-column
Traducido por Salud y Fármacos y publicado en Boletín Fármacos: Ética y Derecho 2021; 24(1)

Tags: mercadeo, marketing, historias clínicas electrónicas, toma de decisiones, opiáceos, opioides, Purdue, Practice Fusion, analgésia

Una de las estrategias más subversivas -y más exitosas- de Purdue Pharma para aumentar las recetas de OxyContin y otros opioides de liberación prolongada apenas fue noticia. El tercer cargo que aparece en el acuerdo alcanzado entre Purdue y el Departamento de Justicia [1], anunciado en octubre, revela una estrategia que se tradujo en cientos de miles de prescripciones de opioides de liberación prolongada.

Básicamente Purdue compró el acceso directo a las consultas médicas, y manipuló el sistema de historias clínicas electrónicas que utilizan los proveedores de servicios de salud cuando atienden a los pacientes.

Purdue pagó a Practice Fusion un millón de dólares para aumentar las ventas de los opiáceos de liberación prolongada de Purdue [2]. Practice Fusion es una compañía de tecnología que provee sistemas de historias clínicas electrónicas que incluyen mensajes promocionales gratuitos para los prestadores de servicios de salud. El equipo de mercadeo de Purdue trabajó con Practice Fusion para insertar una herramienta de apoyo a las decisiones clínicas sobre el tratamiento del dolor en las historias clínicas electrónicas, y esta empezó a funcionar en julio de 2016. El apoyo a las decisiones clínicas permaneció activo hasta 2019 (lo que debería disipar cualquier duda sobre si Purdue sigue promoviendo opiáceos).

Al introducir determinada información sobre el paciente en la historia clínica electrónica se activaba la herramienta de apoyo a las decisiones clínicas para tratar el dolor, e iba orientando al proveedor de atención médica a través de una serie de acciones diseñadas para promover la prescripción de opioides de acción prolongada. La primera alerta inducía a los médicos a registrar un puntaje de dolor en una escala de 0 a 10. Cuando los pacientes referían dolor crónico, o reportaban una calificación de 4 o más (dolor moderado) al menos dos veces en tres meses, se detonaba otro aviso sugiriendo a los médicos que llenaran un Inventario breve del dolor, centrado en los síntomas de dolor, que incluía preguntas sobre la gravedad y el impacto del dolor en el paciente. El tercer aviso (generado cuando el paciente con dolor crónico había completado un inventario breve del dolor, o un paciente con un puntaje de dolor de 4 o más a lo largo de cuatro meses), indicaba que debía crearse un plan de seguimiento para tratar el dolor del paciente. El plan de seguimiento ofrecía diez opciones de tratamiento ordenadas por orden alfabético, entre ellas “terapia con opiáceos (de corta duración, de larga duración y de liberación prolongada)”.

La herramienta de ayuda para la toma de decisiones clínicas en el tratamiento del dolor fue diseñada para enfatizar el dolor e influir en que los que recetan cambiaran el tratamiento con no opiáceos u opiáceos de liberación inmediata a tratamientos con opiáceos de liberación prolongada. Purdue sabía que el Inventario breve del dolor podía aumentar el uso de los opiáceos de liberación prolongada. También sabía que los opiáceos no debían incluirse en la lista de opciones de tratamiento para el dolor crónico. De hecho, creó la lista de terapias en base a un artículo del New England Journal of Medicine sobre el abuso de los opiáceos contra el dolor crónico que abordaba los riesgos de sobredosis y adicción, e incluía una lista de tratamientos alternativos no opiáceos. Sin tomar en cuenta estas consideraciones, Purdue añadió los opiáceos a la lista.

Así que tal vez lo más importante de la estrategia de promoción era lo que no se informaba a los médicos. Entre los vacíos de información estaba el hecho de que los opioides no se recomiendan para el dolor crónico; que los pacientes que no tienen experiencia con los opioides no deben recibir opioides de liberación prolongada; y que los opioides conllevan riesgos de sobredosis y adicción.

El objetivo de las herramientas de ayuda para la prescripción es orientar a los prescriptores a tomar decisiones de tratamiento, proporcionándoles información imparcial y coherente con las directrices de la práctica médica. En su lugar, Purdue diseñó una herramienta que, según el Departamento de Justicia, “se apartó de los estándares médicos aceptados, de las directrices de los Centers for Desease Control and Prevention (CDC) y de las etiquetas aprobadas por la FDA para la oxicodona de liberación prolongada de Purdue”.

Practice Fusion confirmó que el plan de promoción funcionó. En los primeros cinco meses, la ayuda para tomar decisiones para tratar el dolor se utilizó en 21 millones de consultas, correspondientes a 7,5 millones de pacientes e involucraron a 97.000 proveedores de servicios de salud. Durante ese tiempo hubo un cambio general de opioides de liberación inmediata a opioides de liberación prolongada, y el mayor cambio se observó en la medicina de emergencia, la ortopedia y la medicina para el dolor.

Irónicamente, los datos de Practice Fusion también mostraron que los opiáceos de liberación prolongada eran la opción de tratamiento menos eficaz para disminuir el dolor en general, y superior sólo a los coadyuvantes para disminuir el dolor en los pacientes con dolor crónico.

Aunque Purdue tenía un contrato de un año, la ayuda para tomar decisiones en el tratamiento del dolor permaneció activa en la plataforma de Practice Fusion durante casi dos años más. En ese tiempo, esa ayuda se activó en más de 230 millones de consultas, y subsecuentemente los médicos recetaron cientos de miles de dosis de oxicodona de liberación prolongada.

Practice Fusion llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia en enero de 2020 por su papel en ese plan de promoción. Debido a que conspiraron juntos para aumentar las ventas de los opiáceos de liberación prolongada de Purdue, parte de los cuales se compraría a través de los programas federales de atención a la salud se determinó que ambas empresas habían violado el Estatuto Federal Antisoborno.

Es fácil entender por qué los titulares destacaron el monto de dinero involucrado en el acuerdo entre las partes, o el que se destinó a pagar a los médicos para que escribieran las recetas. No es fácil explicar las estrategias de mercadeo que engañaron al incluir a los opiáceos como tratamiento apropiado omitiendo hechos significativos. Pero esto no quiere decir que estas estrategias de mercadeo contribuyan en menor medida a la epidemia de opiáceos. Seguramente, tanto a los pacientes como a los médicos les interesará saber cómo las compañías farmacéuticas pueden mover los hilos en los consultorios médicos.

Referencias

  1. Departamento de Justicia. Plea Agreement with Purdue Pharma L.P. 20 de octubre de 2020 https://www.justice.gov/opa/press-release/file/1329576/download
  2. United States District Court For The District Of Vermont. Usa vs Practice Fusion, 27 de enero 2020 https://www.justice.gov/usao-vt/press-release/file/1239581/download
creado el 25 de Febrero de 2021