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Reino Unido. Una instantánea del uso de medicamentos de venta con receta en Gran Bretaña genera un llamado a alternativas (A snapshot of prescription drug use in Britain sparks a call for alternatives)
New York Times, 11 de septiembre de 2019
https://www.nytimes.com/2019/09/11/business/prescription-drugs-britain.html
Traducido por Salud y Fármacos

Una cuarta parte de los adultos de Gran Bretaña toman medicamentos de venta con receta para el dolor, la ansiedad, la depresión o el insomnio, y la mitad de esas personas habían estado tomando los medicamentos durante un año o más, según un informe del gobierno publicado esta semana.

El informe, basado en un análisis de datos de prescripción de 2017 y 2018, es la primera instantánea del uso de medicamentos de venta con receta en Gran Bretaña. Aunque los números no sugirieron el mismo grado de abuso de opioides que en EE UU, los funcionarios de salud pública dijeron que el informe subrayaba la necesidad de encontrar alternativas a la prescripción de medicamentos.

“Estoy increíblemente preocupado por esta evidencia” sobre el uso de medicamentos entre los británicos, dijo el secretario de salud, Matt Hancock. “Me niego a permitir que esto aumente al nivel de lo ocurrido en EE UU. Esta revisión es una llamada de atención”.

El estudio, realizado por Public Health England, incluyó recetas de cinco categorías de medicamentos: analgésicos opioides; antidepresivos; benzodiacepinas, un tipo de medicamento para la ansiedad; una gama de productos para dormir conocidas como medicamentos z; y gabapentinoides, que se usan para el dolor neuropático. El estudio analizó los datos de prescripción y encargó una evaluación de los daños asociados: la dependencia y la abstinencia.

Descubrió que los antidepresivos representaban el mayor número de recetas, los consumen 7,3 millones de personas. Los analgésicos opioides ocuparon el segundo lugar, utilizados por 5,6 millones de personas, aunque las recetas de opioides comenzaron a disminuir en 2016. El gobierno de Gran Bretaña estima que tiene una población de poco más de 66 millones.

Las tasas de prescripción fueron más altas entre las mujeres, y en las partes más pobres del país.

La mitad de los adultos que usan los medicamentos los han estado tomando durante más de un año, y muchos más de tres años, una cifra que sorprendió al director médico de Public Health England, Paul Cosford.

“A menudo, estas recetas cuentan con alternativas, pero por cualquier razón, estas alternativas no están fácilmente disponibles o son de difícil acceso”, dijo. Dijo que referir a los pacientes a organizaciones y actividades de la comunidad, una práctica conocida como “prescripción social”, podría ser una solución viable para evitar los medicamentos.

Ese enfoque funcionó para Arabella Tresilian, quien luchó durante 20 años para dejar de tomar medicamentos antidepresivos.

“Tiene un impacto tan grande que crees que no puedes seguir con tu vida normal, por lo que te dan ganas de volver a ellos”, dijo Tresilian, de 44 años.

Después de acercarse a su médico para recibir un tratamiento alternativo, se puso en contacto con una red que la conectaba con grupos comunitarios y de apoyo financiero y profesional; se unió a un coro para evitar los problemas de salud mental que desencadenaban el deseo de tomar medicamentos; y logró dejar los antidepresivos.

Sin embargo, proporcionar una gama de tratamientos alternativos que evite los medicamentos puede implicar un cambio en las perspectivas de una gran cantidad de médicos generales del país.

“Históricamente, nos han enseñado cómo hacer que las personas se sientan mejor. A los médicos generales no les gusta decir “no” a las personas”, dijo Simone Yule, una profesional de Blackmore Vale Partnership y líder clínica de Action on Addiction, una organización benéfica británica.

“Necesitamos asegurar recursos sostenibles para ofrecer alternativas holísticas a una píldora y otorgar el apoyo adecuado para que el médico general tenga esas conversaciones con los pacientes y facilite la reducción de la duración de las recetas crónicas”, dijo.

Aunque los funcionarios de salud expresaron preocupación por el uso de opioides en el país, el problema es menor que en EE UU. En Inglaterra y Gales, poco más de 2.200 personas murieron por abuso de opioides en 2018; en EE UU, con un poco más de cinco veces la población, 47.600 muertes se atribuyeron al abuso de opioides el mismo año.

Citando la crisis con los opioides en EE UU, el Dr. Cosford dijo: “No estamos en esa etapa”, pero agregó: “No debemos ser complacientes acerca de si nos enfrentamos a un principio de ese problema”.

creado el 4 de Diciembre de 2020