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¿Quién contamina el medio ambiente con medicamentos?
Salud y Fármacos, 16 de diciembre de 2019

Hasta ahora, la mayor parte de la contaminación ambiental con medicamentos se atribuía al uso humano, ya fuera por su eliminación a través de la orina o por la disposición inadecuada de los sobrantes de tratamientos (a través del inodoro o echando los medicamentos a la basura). Los hospitales también se han considerado una fuente importante de contaminación ambiental, así como el uso de medicamentos en veterinaria, para el engorde de los animales en las granjas y en piscicultura. Sin embargo, los expertos dicen que las plantas de manufactura contribuyen muchísimo más a la contaminación ambiental que los humanos o los hospitales.

Natasha Gilbert provee algunos ejemplos de los niveles de contaminación que se han detectado en las plantas de saneamiento de aguas residuales y que son atribuibles a las plantas de manufactura de medicamentos [1]. Según describieron los informantes de Natasha, al producir los medicamentos, las máquinas se llenan de polvo, que se dispersa por las paredes, los suelos y todos los rincones de plantas de manufactura. Por mucho que traten de limpiar y utilicen aspiradoras potentes para quitar los residuos de los suelos y las maquinas siempre queda polvo, y se intenta sacar echando agua con mangueras hasta durante ocho horas, y después se aplica alcohol. Toda esta agua se va por el drenaje y llega a las plantas de saneamiento o se filtra hacia los ríos cercanos. Las plantas de saneamiento no suelen estar equipadas para manejar residuos de medicamentos.

Una agencia del gobierno estadounidense que hace encuestas geológicas demostró que las plantas de manufactura de medicamentos estaban descargando grandes cantidades de 33 medicamentos diferentes a través de sus aguas de desecho. En algunas ocasiones los niveles de estos contaminantes eran miles de veces superiores a los que se encuentran en los ríos que no contienen descargas de plantas de manufactura de medicamentos, y muchas veces estas concentraciones son perjudiciales para los animales que beben esa agua. Por ejemplo, en el efluente del agua de una planta de tratamiento de aguas residuales de Morgantown, West Virginia, se encontraron niveles de fenitoína (un anticonvulsivo) 87 superiores a los que se consideran seguros para los animales salvajes [1].

Según el artículo de Natasha Gilbert, una de las plantas más contaminantes en EE UU es la de Mylan en Morgantown. En la planta de saneamiento a la que llega el desagüe de esa planta se han encontrado niveles altos no solo de fenitoína, sino también de fexofenadina (un antihistamínico), diazepam (ansiolítico) y verapamilo (un antihipertensivo), en concentraciones entre cinco y 707 veces superiores que en las plantas que no reciben residuos de plantas de manufactura de medicamentos. Pero como ni las leyes y regulaciones federales ni estatales requieren que se monitoree la presencia de productos farmacéuticos en las aguas de desecho, Mylan está cumpliendo la ley.

También se han detectado altos niveles de contaminación farmacéutica en Puerto Rico, en la Barceloneta, que recibe efluentes de una planta de manufactura de Pfizer. En este caso se han encontrado niveles de celecoxib 15 veces superiores a los que se consideran seguros para los animales, y niveles del fungicida fluconazole 2000 veces superiores a los que son seguros para los animales [1]. En este caso, Pfizer y sus subsidiarias han tenido que pagar multas por violaciones ambientales [1].

En Sellersville, Pensilvania, se han encontrado niveles de carbamazepina 1,7 veces superiores a las toleradas por los animales, y en Cincinnati, Ohio, justo a los niveles tolerables; pero en esta última también se encontró metocarbamol, un relajante muscular en cantidades elevadas. Estas dos plantas de saneamiento de aguas reciben aguas de desecho de plantas de manufactura de Teva [1].

En la planta de tratamiento de aguas residuales de Hobart, Nueva York, se encontró temazepam y metadona, probablemente procedentes de una planta de Mallinckrodt [1].

Esta contaminación afecta a los animales e insectos que consumen esa agua. Puede hacerlos más vulnerables a depredadores, afectar su capacidad de reproducción o afectar su funcionamiento hepático. Son temas que están poco estudiados.

En marzo pasado, la Unión Europea solicitó a la industria que revisará sus mecanismos de producción para proteger mejor el ambiente. En EE UU todavía ni siquiera se ha llegado a dar ese paso. Algunos estados, como el de Nueva York, están estableciendo programas financiados por la industria farmacéutica para disponer mejor de los sobrantes de medicamentos; y en agosto, la agencia de protección del medio ambiente prohibió que los hospitales tiraran materiales peligrosos, incluyendo la quimioterapia, por el desagüe. Estas iniciativas son insuficientes.

Referencia

  1. Gilbert N. Dump it down the drain: how contaminants from prescription-drug factories pollute waterways. Stat, 11 de diciembre de 2019 https://www.statnews.com/2019/12/11/how-contaminants-from-prescription-drug-factories-pollute-waterways/
creado el 4 de Diciembre de 2020