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Agencias Reguladoras

EE UU y Canadá

En EE UU, los productos biológicos y biosimilares deberían llevar nombres distintos (U.S. biologics and biosimilars need distinguishable names)
Brad Jordan
Statnews, 23 de abril de 2019
https://www.statnews.com/2019/04/23/biologics-biosimilars-distinguishable-names/
Traducido por Salud y Fármacos

Nota de Salud y Fármacos: Este artículo nos ha parecido interesante porque aporta la perspectiva de los que piensan que los biosimilares merecen un trato distinto al que se ha dado a los productos genéricos de origen químico, y ofrece un resumen sucinto de cómo los diferentes países han gestionado este tema. Nosotros no estamos de acuerdo en que la discusión sobre los problemas de intercambiabilidad entre los biosimilares, ni con las conclusiones del autor, y nos parece que todos los biosimilares deberían utilizar el mismo nombre no-propietario o científico que el producto original.

Con siete biosimilares en el mercado y otros 18 que la FDA ha aprobado desde abril de 2019, una pregunta está generando mucho debate: ¿Cuáles deberían ser los nombres científicos o no propietarios de estos productos?

Hay dos escuelas de pensamiento. Una dice que una molécula que es muy similar al producto biológico de referencia debe tener el mismo nombre no propietario que el producto original. La otra dice que, por razones de seguridad, es importante tener nombres distintos para todos los productos biológicos para que podamos distinguir más fácilmente uno del otro. La decisión sobre la denominación se extiende mucho más allá del marketing, y afecta directamente cómo las farmacias surten las recetas de estos medicamentos y cómo se monitorean una vez que estén comercializados.

Todos los productos biológicos, incluyendo los biosimilares, son medicamentos complejos con procesos de fabricación complejos y consideraciones reguladoras distintas que los diferencian de las terapias de moléculas pequeñas. En ese mundo, los medicamentos genéricos comparten los mismos nombres no propietarios que sus medicamentos de marca de referencia, porque comparten ingredientes activos idénticos. Por ejemplo, todas las versiones genéricas de Tylenol (acetaminofén o paracetamol) se conocen como paracetamol o acetaminofén.

Los productos biológicos, en comparación, son mucho más complejos. En términos de la sustancia activa, los biosimilares son “muy similares” a sus productos de referencia, pero no “iguales” a ellos. Por lo tanto, que los nombres no propietarios de estos biológicos sean diferentes uno del otro, es coherente con el hecho de que no hay dos versiones de un biológico que sean idénticas.

Reconociendo esto, la FDA decidió adoptar un enfoque diferente para nombrar a los biológicos, dado que la introducción de biosimilares aumentó el potencial de tener simultáneamente en el mercado múltiples versiones de un biológico de diferentes fabricantes (un producto de referencia y uno o más biosimilares). En enero de 2017, publicó su guía sobre la denominación no propietaria de productos biológicos, proponiendo que todos los productos biológicos –productos de referencia y biosimilares por igual– reciban nombres no propietarios únicos. Cada producto recibe un nombre “central” seguido de un sufijo de cuatro letras único, pero sin sentido.

La FDA proporcionó el siguiente ejemplo para un biológico hipotético llamado replicamab. Según el sistema de la FDA, podría asignar al producto original un sufijo como “-cznm”, lo que da como resultado replicamab-cznm. El primer biosimilar de esa molécula podría llamarse replicamab-hjxf, y así sucesivamente, de modo que cada nuevo biosimilar de replicamab en el mercado tenga un nombre que esté relacionado con el producto original pero que también sea único.

El mes pasado, la FDA emitió un borrador actualizado de la guía que estipula que los sufijos únicos de cuatro letras se aplicarán prospectivamente a todos los nuevos productos originales y biosimilares, así como a los productos biosimilares intercambiables, pero no a los productos biológicos que ya se están comercializando sin sufijos.

Algunos críticos de la política actualizada afirman que eximir a los productos aprobados más antiguos da una ventaja a los productos de referencia preexistentes, porque esos productos carecen de sufijos, creando una percepción errónea de los biosimilares de esos productos. En realidad, ese no parece ser el caso. De hecho, un filgrastim biosimilar con un sufijo de cuatro letras, filgrastim-sndz, ha quitado la mayor parte del mercado al producto original, filgrastim, y casi ha tenido el mismo nivel de aceptación que en Europa. Esto sugiere que estos sufijos no afectan la percepción ni la adopción del producto.

Debo señalar que estos productos originales más antiguos se aprobaron hace años, mucho antes de que se empezaran a debatir nombres no propietarios que se distinguen entre sí. A medida que se aprueben más productos originales y biosimilares, y se les asignen nombres con sufijos, el que estos productos más antiguos no tengan un sufijo único será un problema menor.

Desde 2017, la FDA ha sido consistente en la asignación de sufijos distinguibles a 22 biológicos originales y 18 biosimilares recién aprobados. Amgen, fabrica productos biológicos originales y biosimilares, y mis colegas y yo creemos que esta política de nombres es un enfoque bien informado y basado en la ciencia que prioriza la atención al paciente.

Según el ex comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, el objetivo principal de usar nombres no propietarios distinguibles es mejorar la farmacovigilancia y minimizar la sustitución involuntaria por parte de los farmacéuticos. Los nombres distinguibles pueden ayudar a los médicos, farmacéuticos y pacientes a identificar el producto biológico específico que se ha prescrito y debe ser administrado a cada paciente. Tal sistema de nombres puede facilitar la identificación de los eventos adversos y su atribución al producto específico involucrado. También puede ayudar a los fabricantes y a la FDA a identificar posibles nuevas señales de seguridad.

Europa, Australia y ahora Canadá han elegido no adoptar una política que incorpore sufijos distinguibles. La Unión Europea permite que los productos biológicos compartan nombres no propietarios y aprobó una legislación en 2012 que exige el uso de nombres de marca en lugar de nombres no propietarios en los informes de farmacovigilancia. Pero según los datos de eventos adversos disponibles en la base pública de datos EudraVigilance, en 2017 casi el 26% de los informes de eventos adversos para infliximab, por ejemplo, no incluían el identificador de marca. Ese porcentaje fue aún mayor en 2018. Esto sugiere que es difícil cambiar el comportamiento del médico, y que el enfoque europeo podría no ser tan sólido como se pensaba inicialmente. También podría significar que si se produce un problema con un solo producto se podría tardar más tiempo en identificar exactamente qué producto es responsable.

Además de mejorar la farmacovigilancia, los nombres no propietarios distinguibles también pueden ayudar a minimizar el riesgo de errores de prescripción o dispensación. A diferencia de Europa, donde en la mayoría de los estados miembros generalmente no se recomienda la sustitución de biosimilares en la farmacia, en EE. UU se espera su sustitución a nivel de farmacia.

A medida que este panorama evoluciona, y los productos intercambiables ingresan al mercado, en EE UU se acrecentará la importancia de desarrollar capacidad para trazar la sustitución precisa e intencional en farmacias. Se necesitan sistemas adecuados para respaldar esto. Ahora, las leyes de farmacia en 47 estados y Puerto Rico permiten o requieren que los farmacéuticos sustituyan productos biosimilares intercambiables por el producto de referencia, sin consultar al médico.

Dado que actualmente no se han aprobado ni comercializado biosimilares intercambiables, la capacidad de distinguir un producto biológico de otro puede no parecer ser tan importante. Pero se acerca el día en que habrá múltiples biosimilares no intercambiables e intercambiables en el mercado que compartirán el mismo producto de referencia. El sistema tendrá que adaptarse a la disponibilidad de todos estos biosimilares, que en algunos casos no son intercambiables, mientras se mantiene la trazabilidad específica del producto y se minimiza el riesgo de sustitución accidental en la farmacia.

En el marco de la Ley de Innovación y Competencia de Precios Biológicos, que describió los estándares de aprobación para biosimilares y biosimilares intercambiables, y con estados que adoptaron leyes de farmacia que permiten la sustitución de biosimilares intercambiables, los médicos y farmacéuticos deben tener formas de saber qué productos pueden o no pueden ser sustituidos en la farmacia. La presencia de un identificador de producto único, como un sufijo, junto con otras medidas (como el uso del Libro Púrpura – Purple Book- de la FDA) puede ayudar, es una idea con la que dos tercios de los farmacéuticos que en 2015 respondieron a una encuesta realizada por la Alianza para Medicamentos biológicos seguros estuvieron de acuerdo.

Amgen se ha visto afectada por la política de nombres de la FDA, porque tiene tres productos originales para los cuales la FDA ya ha aprobado la comercialización de biosimilares y también tiene una cartera de 10 biosimilares, dos aprobados en EE UU y otros en desarrollo. No vemos el sufijo como una desventaja para nuestros biosimilares. En cambio, lo vemos como una herramienta vital para nuestros productos originales y para nuestros biosimilares. Ayuda a responsabilizar a los fabricantes por sus productos, puede mejorar las capacidades de farmacovigilancia, ayuda a garantizar que los pacientes obtengan los medicamentos que pretendían sus médicos y promueve la identificación rápida de productos específicos y las acciones regulatorias específicas en caso necesario.

Aunque los beneficios de los nombres no propietarios distinguibles pueden no ser evidentes de inmediato, es importante observar su potencial a largo plazo, a medida que más productos biológicos, biosimilares y biosimilares intercambiables ingresan al mercado. Amgen cree que los nombres no propietarios distinguibles de productos biológicos son una forma práctica de reforzar la farmacovigilancia.

Es hora de dejar de discutir este viejo problema. Ahora deberíamos aprovechar este sistema de nombres como una herramienta para fomentar la transparencia, la rendición de cuentas y la seguridad, proporcionando confianza adicional en los biosimilares y en el mercado biológico en constante crecimiento.

Brad Jordan, Ph.D., es director de políticas regulatorias globales y de I + D en Amgen, Inc.

creado el 4 de Diciembre de 2020