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ADVIERTEN

Precauciones

Alertan del riesgo de osteoporosis asociado a fármacos en ancianos
Naiara Brocal Carrasco
correofarmaceuticocom.es, 9 de mayo de 2011

Un informe de la Escuela Andaluza de Salud Pública sitúa en el punto de mira a corticoides, IBP y diuréticos de asa, entre otros. Expertos corroboran que es un peligro infra estimado y que los mayores son especialmente vulnerables.

Las complicaciones de las fracturas en ancianos constituyen la quinta causa de muerte en países industrializados. Más del 30 por ciento de la población mayor de 65 años sufrirá al menos una caída al año, de las que aproximadamente el 6 por ciento origina fracturas. Desde hace unos años se habla del riesgo incrementado de caídas asociado a fármacos que reducen el nivel de conciencia. Pero en la fractura no sólo interviene la caída, también la salud ósea, que puede verse afectada por medicamentos de uso habitual.

Así lo advierte el último informe publicado en el Boletín Terapéutico Andaluz, que elabora la Escuela Andaluza de Salud Pública, y que alerta del riesgo incrementado de osteoporosis asociado a las terapias con corticosteroides, tiroxina, inhibidores de la aromatasa, agonistas de la gonadorelina, tiazolindionas, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), anticonvulsivantes, anticoagulantes, diuréticos del asa, inhibidores de la calcineurina, antirretrovirales, inhibidores de la bomba de protones (IBP) y bisfosfonatos.

Corticoides, viejos conocidos

De esta lista, los expertos consultados por CF destacan el perjuicio de los corticosteroides sobre el hueso, que, aunque conocido, no recibiría la importancia merecida. El director del Departamento de Farmacología de la Clínica Universidad de Navarra, José Ramón Azanza, señala que el riesgo de osteoporosis es “inherente a su mecanismo de acción”, y que usados durante periodos prolongados de tiempo “los fenómenos osteoporóticos y las fracturas asociadas son totalmente relevantes”.

Una gran mayoría de pacientes reumáticos se encuentra en tratamiento con estos fármacos, como los que padecen artritis reumatoide y otras artropatías inflamatorias y enfermedades autoinmunes, confirma el reumatólogo del Hospital Carlos Haya (Málaga) y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) Antonio Ponce. Pero también son de uso frecuente en asma bronquial, bronquitis crónica y enfermedades dermatológicas. “El 50 por ciento de los pacientes que recibe glucocorticoides presenta osteoporosis”, asegura. El riesgo de fractura aumenta al tercer mes de tratamiento y se reduciría al cesar su administración.

Azanza coincide en que el riesgo existe incluso a dosis no muy altas (del orden de 5 mg de prednisona al día), y que por este motivo algunos autores propugnan la administración conjunta de calcio y vitamina D. Sin embargo, según Ponce, los estudios han demostrado que sólo el 5 por ciento de estos pacientes recibe tratamiento preventivo.

Por su uso frecuente, otra familia con la que habría que tener especial precaución en tratamientos prolongados serían los ISRS, defiende Carmelo Aguirre, profesor titular de Farmacología de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). A los que Ponce añade los IBP, las tiazolindionas, los diuréticos de asa o los bisfosfonatos.

Aunque para determinados enfermos, como los de VIH, epilepsia, hipotiroidismo o cáncer de mama, el riesgo de los medicamentos utilizados en su tratamiento (antirretrovirales, anticonvulsivos, tiroxina e inhibidores de la aromatasa) “puede ser más importante”, apunta Aguirre.

El experto entiende que el riesgo de osteoporosis secundario a la medicación “seguramente se tiene en cuenta menos de lo que se debiera”, y lamenta la ausencia de estudios independientes que cuantifiquen, de forma no fragmentada, estos riesgos. En pacientes mayores y, por tanto, especialmente vulnerables, Ponce resalta que, dada la alta prevalencia de osteoporosis, la toma de medicamentos perjudiciales para la salud ósea debe tenerse en cuenta en el despistaje de los factores de riesgo, “para emprender acciones diagnósticas y terapéuticas que eviten sus consecuencias”.

modificado el 28 de noviembre de 2013