Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante

El aumento de medicamentos falsos genera nuevas vías para combatirlos
Diario Médico, 8 de abril de 2010
http://www.diariomedico.com/2010/04/08/area-profesional/gestion/el-aumento-de-medicamentos-falsos-genera-nuevas-vias-para-combatirlos

El número de falsificaciones de medicamentos prácticamente se ha duplicado desde los 1.000 registrados en 2004 a los más de 1.800 contabilizados en 2008 por el Instituto de Seguridad Farmacéutica, una organización sin ánimo de lucro fruto de la colaboración de 27 compañías farmacéuticas en Estados Unidos; la Interpol acaba de crear una unidad dedicada a combatir estas prácticas y la próxima semana se celebrará en Suiza una conferencia organizada por el Consejo de Europa llamada Medicación, No Falsificación. Un amplio análisis que publica la edición electrónica de Nature Medicine, estudia el creciente problema de los medicamentos falsos y recoge la situación en distintos países.

Las legislaciones poco exigentes de algunos países imponen castigos leves a los falsificadores. En otros, como Estados Unidos y los miembros de la UE, hay procesos en marcha para endurecer la legislación. Según las estimaciones de la OMS, el 30 por ciento de los estados carecen o apenas tienen legislación relativa a medicamentos falsificados.

Un informe de la Comisión Europea revela que el 15 por ciento de los 32 millones de productos medicinales interferidos por oficiales de aduanas en 2007 eran sospechosos de infringir los derechos de propiedad intelectual. Ese mismo año, y según datos de la Alianza Europea para el Acceso a Medicamentos Seguros, los fármacos falsos le costaron al menos 50.000 millones de euros a los sistemas sanitarios de la UE.

Además de Estados Unidos y el Reino Unido, el trabajo revisa la experiencia de países como Uganda, Líbano, China y la India.

Antimaláricos de mentira
En el África subsahariana el problema está muy extendido, pero en Uganda hay algo más de control, según la Autoridad Nacional de Medicamentos. En cualquier caso, la mayoría de los productos falsos son supuestos antimaláricos y fármacos contra la impotencia que en muchos casos ni siquiera están registrados. Por ejemplo, la metakelfina y la cloroquina -antimaláricos que la OMS ha dejado de recomendar- son productos muy empleados indebidamente. Cuestan 4.000 y 500 chelines ugandeses -€1,4 y €0,17- respectivamente, frente a la media de 15.000 chelines ugandeses -€5,3 – que cuestan los tratamientos recomendados de combinaciones con artemisina.

En el caso del Líbano, el análisis de Nature recuerda que hasta hace poco no era necesaria ni siquiera una prescripción para poder pedir cualquier medicamento por teléfono y recibirlo en casa. Sin embargo, esta situación ha cambiado hace unos meses cuando el ministro de Sanidad prohibió esta práctica a las farmacias. Además, a finales de enero cerró nueve farmacias y cuatro distribuidoras farmacéuticas que, según fuentes oficiales, vendían copias falsas del anticoagulante Plavix -clopidogrel-, de Sanofi-aventis-, que contenían sólo el 40 por ciento de la cantidad de principio activo que contiene el original.

Por último, entre otros casos recogidos destaca el de China, donde dos personas murieron y nueve tuvieron que ser ingresadas hace un año tras ingerir un producto que contenía seis veces más cantidad de antidiabético que la dosis normal, y ésta ha sido sólo una noticia más de las que vienen siendo habituales en el país en los últimos tiempos, relativas a la muerte de cientos de personas, según Nature. Por fin, el Gobierno está adoptando medidas como la creación de un grupo multidisciplinar formado por 13 ministros que ha llevado a cabo ya varias redadas y arrestos.

Barreras de control
La industria ha desarrollado medios y tecnologías para evitar la falsificación de medicamentos, pero los falsificadores casi van por delante. Ni todos los hologramas y códigos de barras pueden frenar el problema de los fármacos que no son verdaderos y que suponen una amenaza para el progreso médico. El trabajo de Nature Medicine pone algunos ejemplos de lucha contra el problema, como los laboratorios móviles que van instalados en el interior de furgonetas circulando por toda China para analizar muestras de medicamentos en distintas poblaciones. Los vehículos van equipados con espectroscopios de infrarrojos cercanos, microscopios y cromatógrafos en capa fina. Otro método de control es el que emplea una tecnología tan extendida entre los consumidores como los sms de los teléfonos móviles. En 2008 una organización de Ghana logró implantar códigos numéricos escondidos bajo un panel para rascar en los envases. El consumidor envía el código a un número de teléfono gratuito y recibe en cuestión de segundos la confirmación de la autenticidad del fármaco.

modificado el 28 de noviembre de 2013