La Organización Panamericana de la Salud creó una plataforma para que los países puedan discutir y compartir avances en el desarrollo industrial de medicamentos.
Falta de emprendedores públicos y privados, formación técnica y de educación superior insuficiente, falta de recursos financieros e instalaciones industriales, baja disponibilidad de personal técnico y barreras fiscales para la producción local atada a incentivos para la importación.
Esos son los principales obstáculos para que en América Latina haya una producción mucho más importante de medicamentos.
La información surge de los primeros resultados de un estudio presentados este martes en un evento organizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y llevado adelante por la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG).
El objetivo del estudio es identificar cuál es el marco de la región a nivel general que impide que la producción de medicamentos en la región tenga el nivel que tiene en otras zonas del mundo.
Uno de los cinco pilares que se comprometió el año pasado al asumir la dirección de OPS el brasileño Jarbas Barbosa fue la de procurar que los países de América Latina y el Caribe puedan tener más autonomía en la producción de medicamentos y vacunas.
La organización ya había creado el año anterior, en 2021, una plataforma regional para abordar estos temas, dentro del Departamento de Innovación, Acceso a Medicamentos y Tecnologías Sanitarias (IMT por sus siglas en inglés).
El director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, tiene como uno de sus objetivos de gestión mejorar la producción de medicamentos y vacunas en la región para que sea menos dependiente.
Las alarmas de la región saltaron con la pandemia del Covid 19, que demostró cómo América Latina es extremadamente dependiente de las importaciones en tecnologías de salud y cómo eso la vuelve vulnerable a impactos que puedan tener las cadenas de suministro mundiales.
En la presentación de este martes de la OPS también participaron funcionarios de Brasil, Argentina y Colombia, que compartieron sus experiencias para fomentar y fortalecer sus industrias locales de medicamentos.
En todo el continente hay países que tienen una industria más desarrollada de medicamos e incluso logran exportar a otros países vecinos.
Pero cuando se mira el continente en su conjunto (sacando de la ecuación a Estados Unidos y Canadá), la producción total es muy baja y a la vez está poco desarrollada tecnológicamente en comparación con otras regiones del mundo.
La producción de medicamentos en América Latina y el Caribe es muy baja en comparación con otras zonas del mundo.
En la comparación con Asia, por ejemplo, se advierte esa diferencia, según destacó Augusto Guerra, investigador al frente de este trabajo realizado por la Universidad Federal de Minas Gerais (UMFG) y el Centro Colaborador del SUS para la Evaluación y Excelencia Tecnológica en Salud (CCATES, por sus siglas en portugués) para la OPS.
En la región, sin embargo, hay otras actividades industriales que han tenido éxito como por ejemplo la cadena de extracción de petróleo, las actividades agroindustriales, la industria minera e incluso la aeroespacial, dijo Guerra. Sin embargo en las industrias tecnológicas de la salud la región es básicamente un gran importador.
Algunos de los factores iniciales que encontraron los investigadores para explicar esa realidad están relacionados con la ausencia de marcos regulatorios regionales que promuevan que existan más emprendedores públicos y privados.
“En todos los países hay políticas industriales locales”, dijo Guerra, pero insistió en que no hay normas regionales para favorecer la expansión.
Para que las industrias existan deben haber mercados y por ello es importante generar esos mercados en la interna del continente.
Algunos de los factores iniciales que encontraron los investigadores para explicar esa realidad están relacionados con la ausencia de marcos regulatorios regionales.
Las políticas tributarias también terminan fomentando la importación, encontraron los académicos. Se imponen tarifas sobre algunos productos que quitan incentivos a la producción local. “En la región se han logrado avances pero vemos dualidad. Hay aspectos positivos y negativos”, agregó Guerra.
Otra de las limitantes para aumentar la producción son problemas de capital humano. “La región tiene recursos humanos formados y un buen nivel técnico. Todos los países tienen universidades de calidad”, dijo el investigador. Pero el problema está en la cantidad, que es inadecuada. ”Falta personal técnico”, agregó.
En el evento de este martes participaron también funcionarios de algunos países que relataron sus experiencias para fomentar las industrias de la salud y farmacéutica locales.
Uno de los países que tiene un desarrollo más avanzado en esta industria en la región es Brasil. Leandro Safatle, del Ministerio de Salud de ese país, dijo que en su país hay un “complejo industrial sanitario” muy importante y que se moviliza el equivalente a un 10% del PIB del país a investigación, lo que genera un alto potencial para la industria.
Lo que hizo su país para lograr este crecimiento fue articular una política que incluyera no solo a las autoridades de salud, sino también a otros ministerios y agencias que trabajaron bajo una misma estructura de gobernanza que le permitiera articular todos los sectores, incluso el privado.
“Si están separadas la industrial por un lado, la economía financiera por otro, y la social no van a lograr resultados. Para lograrlo fue necesaria crear una gobernanza”, explicó Safatle.
“La verdad es que nuestro problema no es un déficit comercial, es un déficit de conocimiento. Las patentes están centradas en pocos países. Hace falta una acción muy articulada, sino se van a mantener estos problemas que son problemas de conocimiento”, dijo Safatle.
En Argentina existe la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (Anlap), dentro de la órbita del Ministerio de Salud, que articula políticas entre todos los actores para fomentar el crecimiento de la industria.
Según explicó Ana Lía Allemand, presidenta de Anlap, este organismo está integrado por 51 laboratorios y entre otras cosas tiene la misión de promover estándares de calidad, así como la investigación, el desarrollo y la producción pública de medicamentos estratégicos.
Anlap también coordina aspectos como la demanda sanitaria estratégica, dijo Allemand y puso ejemplos de algunos proyectos de distintas provincias argentinas. Además, junto al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), financian proyectos de investigación para el desarrollo de medicamentos, fórmulas pediátricas y hasta test de VPH.
En total hoy tienen 25 proyectos en marcha.
Otro de los países que relató su experiencia fue Colombia, que a través de una organización que promueve la producción local en distintas áreas, también ha trabajado en fortalecer la industria farmacéutica.
Ana María Santana, coordinadora de Colombia Productiva, relató como en el año 2019 la organización realizó el Plan de Negocios del sector Farmacéutico del que “surgieron 29 iniciativas de negocio para impulsar el crecimiento del sector”.
Allí se estableció el objetivo de llegar a 2032 con Colombia como especialista en producción y comercialización de insumos y medicamentos de síntesis química de alta calidad y que incursione en el mercado de biotecnológicos, tanto para satisfacer la demanda local como para poder vender medicamentos al resto del continente.