Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN

Investigaciones

Prevención de la absorción de toxinas ingeridas: carbón activado habitual, lavado gástrico poco frecuente
Rev Prescrire 2010; 30(319): 356-364
Traducido por Salud y Fármacos

  • Fuera de los centros especializados, el carbón activado es el único agente purgante gastrointestinal que parece tener un balance riesgo-beneficio positivo en determinadas situaciones. Debe administrarse lo antes posible, preferentemente en las dos horas posteriores a la ingesta de una dosis tóxica de un fármaco que el carbón activado puede absorber.

Existen varias técnicas de purgado gastrointestinal para extraer una toxina antes de su absorción: absorción con carbón activado, provocación del vómito y lavado gástrico. Sus usos se han resumido en varias directrices europeas y estadounidenses publicadas entre 1999 y 2005 [1-6].

Carbón activado: lo antes posible, preferentemente en las 2 horas post-ingesta. Estudios de voluntarios sanos demuestran que altas dosis orales de carbón activado absorben muchas sustancias: salicilatos (incluyendo aspirina), paracetamol, barbitúricos, antidepresivos tricíclicos, digitálicos, benzodiacepinas y quinina. El carbón activado reduce la absorción sistémica de estas sustancias, siempre que se administre en las primeras horas tras la ingesta. No absorbe etanol, etilenglicol, litio, o sales de hierro [1, 7, 8, 9].

La administración repetida de carbón activado acelera la eliminación, incluso después de su absorción sistémica, de ciertas sustancias sujetas a la circulación enterohepática; entre ellas se incluyen carbamazepina, dapsona, fenobarbital, quinina, teofilina y digoxina [2, 7, 8]. Durante la circulación, el carbón activado absorbe la toxina eliminada en la bilis y reduce la reabsorción intestinal.

A pesar de la falta de estudios con criterios de valoración clínica, se recomienda el uso del carbón activado a una dosis de 50 gr (1 gr/kg en niños), lo antes posible, en las dos primeras horas tras la ingesta, o posiblemente hasta 4 horas después de la ingesta de una cantidad tóxica de un fármaco que el carbón activado puede absorber, siempre que el paciente esté completamente consciente y sea capaz de tragar de forma segura (a) [1, 8, 10]. En Francia se comercializa como una suspensión oral, que debe agitarse vigorosamente antes de su administración. El residuo se mezcla con agua para que el paciente pueda beberlo [1].

La administración suele ser complicada en niños pequeños y los servicios de urgencias pediátricas generalmente utilizan una sonda nasogástrica [11].

La administración oral del carbón activado debe evitarse cuando el paciente vomita, tiene una alteración del nivel de consciencia o presenta crisis convulsivas, debido al riesgo de aspiración que puede producir un síndrome de distrés respiratorio agudo. Se han notificado casos de obstrucción intestinal tras dosis repetidas [7, 8, 10].

Lavado gástrico: en centros especializados y solo en casos muy poco frecuentes. Una técnica que se ha utilizado durante casi dos siglos, el lavado gástrico, ahora tiene un papel muy limitado en la toxicología. Su efectividad es incierta, pero existe un riesgo de efectos adversos que pone en peligro la vida del sujeto, como neumonía por aspiración, perforación o hemorragia gastrointestinal, laringoespasmo, hipoxia, arritmia cardiaca, y trastornos electrolíticos.

Actualmente su uso solo se recomienda en casos muy poco frecuentes de intoxicación con riesgo para la vida del sujeto por la ingesta de sustancias como colchicina, altamente tóxico, que el carbón activado no puede absorber, así como litio o sales de hierro [6].

Vómitos provocados por jarabe de ipecacuana: no utilizar fuera del ámbito hospitalario. El jarabe de ipecacuana tiene un efecto emético inconsistente y en ocasiones tardío [4]. Su administración reduce la eficacia del carbón activado y de los antídotos orales. Sus efectos adversos pueden ser graves, e incluyen eventos cardiacos y deshidratación severa [8].

El jarabe de ipecacuana tiene una balance riesgo-beneficio negativo en el ámbito ambulatorio y no debe emplearse [4, 5, 10, 11].

Purgantes y leche, a evitar. Los estudios clínicos con agentes purgantes (sorbitol, manitol, citrato magnésico), con o sin carbón activado, no han demostrado su eficacia en la intoxicación aguda [1, 3, 10]. Estos purgantes conllevan un riesgo de trastornos electrolíticos, y, en ocasiones, deshidratación severa. Los primeros en atender al paciente no deben utilizarlos.

No hemos hallado datos clínicos que apoyen el uso de la leche para tratar la intoxicación por la ingesta de medicamentos.

Notas

a- Un meta-análisis de 64 estudios examinó el efecto del carbón activado sobre la absorción de varios fármacos en voluntarios sanos. Se halló que el carbón activado disminuía la absorción cuando se administra hasta 4 horas tras la ingesta del fármaco, pero era más efectivo cuando se administra inmediatamente (ref. 9).

Referencias

1. American Academy of Clinical Toxicology and European Association of Poisons Centres and Clinical Toxicologists “Position paper: single-dose activated charcoal” Clin Toxicol 2005: 43 (l): 61-87.

2. American Academy of Clinical Toxicology and European Association of Poisons Centres and Clinical Toxicologists “Position statement and practice guidelines on the use of muti-dose activated charcoal in the treatment of acute poisoning” Clin Toxicol 1999; 37 (6); 731-751.

3. American Academy of Clinical Toxicology and European Association of Poisons Centres and Clinical Toxicologists “Position paper: cathartics’ Clin Toxicl 2004; 42 (3): 24l-253 + (7):1000.

4. Manoguerra AS et al. “Guideline on the use of ipecac syrup in the out-of-hospital management of ingested poisons” Clin Toxicol 2005; 1 (1): 1-10.

5.American Academy of Clinical Toxicology and European Association of Poisons Centres and Clinical Toxicologists “Position paper: ipecac syrup” Clin Toxicol 2004: 42 (2): 133-143.

6. American Academy of Clinical Toxicology and European Association of Poisons Centres and Clinical Toxicologists “Position paper: gastric lavage” Clin Toxicol 2004; 42 (7): 933-943.

7. Prescrire Rédaction “Charbon activé en toxicologie: ce qui existe en ville” Rev Prescrire 2005; 25 (2M): 581-582.

8. “Activated charcoal”, “Digoxin”. “Ipecacuanha”. “Quinine”. In: “Martindale The Complete Drug Reference” The Pharmarcutical Press, London. www.medicinescomplete.com consultado el 4 de marzo 2010: 67 páginas.

9. Jurgens G et al. “The effect of activated charcoal on drug exposure in healthy volunteers: a meta-analysis” Clin Pharmacol Ther 2009; 85 (3): 501-505.

10. National Collaborating Centre for Mental Health. National Institute for Clinical Excellence” Selfharm. The short-term physical and psychological management and secondary prevention of self-harm in primary and secondary care. National clinical practice guideline number 16″. July 2004: 200 pages.

11.American Academy of Pediatrics – Committee of Injury, Violence, and Poison Prevention” Policy statement: Poison treatment in the home” Pediatrics 2001: 112(5): 1182-1185.

modificado el 28 de noviembre de 2013