Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

Ética

Conflictos de Interés

EE UU. El cáncer que va creciendo en la medicina oncológica: el dinero que se paga a los médicos (The ‘cancer growing in cancer medicine’: pharma money paid to doctors)
Vinay Prasad
Statnews, 30 de octubre de 2019
https://www.statnews.com/2019/10/30/cancer-growing-in-cancer-medicine-pharma-money-doctors/
Traducido por Salud y Fármacos

Los estadounidenses están furiosos por el alto e insostenible precio de los medicamentos contra el cáncer, que ahora suelen costar más de US$100.000 por año. Esos precios son aún más escandalosos si se tiene en cuenta que la mayoría de los medicamentos contra el cáncer ofrecen beneficios modestos – un estudio calculó el beneficio promedio en 2,1 meses adicionales de vida – y el hecho de que los médicos expertos con frecuencia recomiendan estos medicamentos para usos no autorizados, es decir para una indicación para la cual no han sido aprobados.

La Cámara de Representantes, el Senado, los candidatos presidenciales e incluso el presidente han presentado propuestas para abordar los precios de los medicamentos. Si bien todos incluyen buenas ideas, ninguno aborda uno fenómeno importante: los expertos que recomiendan a los médicos cómo usar estos medicamentos.

Los médicos expertos desempeñan un papel importante en oncología. Escriben los editoriales en las principales revistas médicas que pueden influir en la prescripción de los médicos, imparten sesiones educativas en reuniones nacionales y deciden qué evidencia es lo suficientemente buena para justificar el uso no autorizado o fuera de etiqueta de ciertos tratamientos. Alerta: esa evidencia es a menudo débil. Todo esto podría estar muy bien si los expertos ofrecieran información neutral o imparcial, pero la evidencia sugiere que no es así.

Un estudio encontró que el 85% de los expertos que escribieron las guías de tratamiento oncológico que han sido ampliamente utilizadas habían recibido pagos de compañías farmacéuticas, y el promedio era superior a los US$10.000. Estas guías exigen que Medicare pague por el uso no autorizado de medicamentos oncológicos. La investigación también muestra que los médicos que constantemente ingresan dinero de las farmacéuticas a sus cuentas bancarias tienen más probabilidades de recetar los medicamentos de esas compañías.

Conflicto de interés financiero en la medicina oncológica tiene consecuencias. La industria farmacéutica está dirigida por personas inteligentes que eligen pagar millones de dólares a los médicos. Es difícil creer que no hayan calculado que esto contribuye a sus resultados financieros. Entre los profesionales hay poco interés en cambiar la situación. Nuestras regulaciones son sugerencias. Nuestros castigos carecen de fuerza.

El año pasado, se descubrió que Dr. José Baselga, el médico jefe del Sloan Kettering Cancer Memorial, violó las políticas de divulgación en docenas de artículos publicados en varias revistas médicas. Baselga renunció a su cargo, pero su castigo duró solo 116 días, lo que tardó en ser nombrado vicepresidente ejecutivo de AstraZeneca, un cargo destacado y codiciado en la industria.

¿Quiere más pruebas de que los oncólogos no toman en serio sus conflictos de interés? En la reunión de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, una importante reunión nacional sobre el cáncer se pide a los oradores que revelen sus conflictos de interés al comienzo de sus presentaciones. Mi equipo descubrió que el 38% de las diapositivas se mostraban más rápido de lo que un ser humano puede leer. Eso no es divulgar información, es un gesto simbólico.

Ahora hay cada vez más oncólogos que utilizan Twitter. Mi equipo descubrió que cuando los oncólogos tuitean sobre un medicamento contra el cáncer y tienen un vínculo financiero con el fabricante, es más probable que sus tuits sean positivos que cuando tuitean sobre un medicamento con el que no tienen ningún vínculo. Publicamos este hallazgo en la revista Lancet Hematology, aunque se podría pensar que encaja mejor en la revista de cosas obvias (Journal of Obvious Things).

El problema fundamental es que, como profesión, los oncólogos no están interesados en abordar los conflictos de interés. Demasiadas personas en puestos prominentes se benefician de las políticas laxas existentes. Divulgar los conflictos no es la solución, acabar con estos pagos sí lo es.

Quiero ser claro: estoy a favor de los médicos que interactúan y trabajan con la industria farmacéutica y de dispositivos médicos. He dado conferencias en las principales compañías farmacéuticas, pero sin aceptar dinero, gastos de viaje o comidas. Los investigadores deben tener la libertad de trabajar con las compañías farmacéuticas para hacer los ensayos, pero no hay una razón legítima para justificar que un médico bien pagado acepte pagos personales, regalos, comidas o gastos de viaje de la industria farmacéutica. Esa práctica debe terminar.

El conflicto de interés es el cáncer que crece en la medicina oncológica. Envenena el campo. Nos lleva a celebrar los medicamentos que aportan beneficios marginales como si fueran revolucionarios. Hace que los expertos ignoren o minimicen los defectos y déficits en los ensayos clínicos contra el cáncer. Silencia a los médicos frente al precio aplastante de los medicamentos oncológicos. Tiene un impacto desastroso en las guías que recomiendan la prescripción fuera de etiqueta y que obligan al pago. Seguramente es una maniobra calculada por la industria para aumentar sus ganancias.

La cláusula de la Ley de Asistencia Médica Asequible (Obamacare), que requiere revelar los pagos de la industria a los médicos en el sitio web de Pagos Abiertos (Open Payments), fue una reforma aprobada por el Congreso. No surgió a través de la autorregulación de los médicos. También es poco probable que la autorregulación haga que la industria deje de pagar a los médicos. Necesitamos que los estadounidenses, a través de procesos políticos, nos curen de este cáncer.

creado el 4 de Diciembre de 2020