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PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN

Prescripción

En Alemania recomiendan usarlo con más frecuencia: El placebo gana terreno y causa polémica en el mundo médico
Sebastián Urbina
El Mercurio, 9 de Abril de 2011
http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={dce75db7-0fe5-4b6c-8bc6-a73aefa9b713}

Desde que se conoce, el efecto placebo se ha mantenido envuelto en un aura misteriosa. Todos saben que funciona, pero nadie sabe bien cómo lo hace. Pero más extraño todavía es que cada día aumenta la evidencia de que este fenómeno ha ido en aumento, echando a pique numerosos medicamentos que prometían combatir enfermedades y que terminaron siendo descartados por los laboratorios, frente a la potencia de estas pastillas falsas, que no deberían tener ningún efecto en el organismo.

En marzo pasado, tras completarse un estudio masivo en Alemania sobre el uso de estas sustancias -que a veces son vitaminas o hierbas-, la Asociación Médica de ese país concluyó que a veces estas pastillas funcionan mejor que los medicamentos, y recomendó a sus asociados usarlas con más frecuencia.

La decisión germana se contrapone radicalmente a la actitud de las asociaciones médicas de Estados Unidos y del Reino Unido, las que advierten que usar placebo sin el consentimiento del paciente no es ético. Los alemanes contraatacan diciendo que se trata de una herramienta eficaz, sin efectos adversos y que son la última esperanza para personas que sufren de patologías de difícil tratamiento y para las que no existen buenos fármacos.

“No se trata de dar placebo para cualquier cosa, pero hay ciertas situaciones en que puede ser bastante útil”, dice el doctor Peter Scriba, a cargo del panel que sugirió la medida. Entre las condiciones que menciona están la ansiedad y la depresión moderada, problemas inflamatorios crónicos, dolor y asma. Es decir, problemas de salud que tienen un fuerte componente subjetivo.

Inaceptable en EE.UU.

Según Scriba, se le puede decir al paciente que “le estamos dando algo que funcionó bien en otros (pacientes) que sufrían de lo mismo”.

“Esto es lo que yo llamo mentir”, advierte el doctor Ted Kaptchuk, profesor de medicina de la U. de Harvard. “No digo que esté equivocado, pero sería inaceptable en EE.UU.” agrega.

De hecho, la Asociación Médica Americana advierte que los doctores que usan placebo sin decirles a sus pacientes, pueden socavar su confianza y causar daño. Pese a esto, Kaptchuk reconoce que una medida como la alemana ayudaría a que “muchas personas dejen los medicamentos que toman y que se han demostrado prácticamente inútiles o con un mínimo beneficio”. De esta manera, el sistema de salud podría ahorrarse miles de millones de dólares.

Consultada sobre esta polémica, la doctora Graciela Rojas, profesora titular de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, advierte que “me siento más cerca de los alemanes. Nosotros vemos que el efecto placebo es muy importante, por ejemplo, en depresiones leves a moderadas, no así en la esquizofrenia”.

Doctor y hospital

En su opinión, este efecto depende de muchas variables, aunque al parecer la relación entre el médico y su paciente es muy relevante. “Desde cómo lo saluda, el contacto visual y afectivo, el cómo lo entrevista, lo que le transmite con lo verbal y lo no verbal”, explica. También influye la institución donde la persona se atiende. “Se ha visto que ciertas patologías andan mejor en algunos centros médicos que son de alto prestigio y que tienen una gran capacidad de contención de sus pacientes”, afirma.

Como sea, las encuestas revelan que hoy más de la mitad de los médicos de Dinamarca, Gran Bretaña y EE.UU. dan placebo a sus pacientes sin advertirles.

Un efecto paradojal

Uno de los primeros efectos placebo registrados en una publicación fue el de una enfermera, quien durante la II Guerra Mundial ponía inyecciones de suero salino a los moribundos, diciéndoles que era morfina. Esto atenuaba su agonía y evitaba que cayeran en estado de shock. Durante los años 90, siete de diez nuevos antidepresivos fueron desechados por la industria farmacéutica porque no superaron al placebo con que se les comparó. En 2009 y tras 15 años de estudios, se informó que al recibir placebo, el cerebro de la persona libera sus propios analgésicos opioides que le causan alivio, mejoran su respiración y su ritmo cardíaco, estimulan el ánimo, calman los problemas digestivos y reducen el insomnio y el estrés. Incluso, cuando una persona firma para ser incluida en un ensayo clínico, experimenta este efecto placebo.

modificado el 28 de noviembre de 2013