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Investigaciones

֎Síntesis de Investigación: el rol de las pequeñas y medianas empresas (Research synthesis: Role of small and medium-sized enterprises)
Danielle Navarro, editado por Suerie Moon y Marcela Vieira
MSL World Blog, 28 de octubre de 2019
https://www.knowledgeportalia.org/small-and-medium-enterprises
Traducido por Salud y Fármacos

Introducción
La literatura sobre pequeñas y medianas empresas (PYME) en la innovación farmacéutica es considerable, y la mayor parte del debate se centra en la participación de las PYME y las empresas emergentes en I + D. Predominantemente, los escritos son de 2005 en adelante.

Síntesis de la literatura.

Definiciones
La literatura utiliza varias definiciones del término “pequeña y mediana empresa (PYME)”, generalmente en función de los ingresos y / o el número de empleados. Algunos autores también diferencian aún más a las PYME de lo que se conoce como compañías farmacéuticas emergentes o biotecnológicas o biotec, pero la mayoría de los documentos las incluyen en la definición de PYME. Por ejemplo, BIO usó el término “compañías terapéuticas emergentes” (ETC) para referirse a aquellas que están “a) desarrollando terapias con un medicamento líder en I + D, o b) tienen un medicamento en el mercado, pero tienen menos de US$1.000 millones en ventas en el momento de la transacción” (Thomas 2019). Hay y col. usaron el término “biotecnología emergente” para aquellas empresas que tienen menos de US$100 millones en ventas (Hay et al. 2014).

Los siguientes son ejemplos de definiciones basadas en:
1. Ingresos:

  • Menos de US$1.000 millones en ingresos brutos (T. J. Hwang, Carpenter y Kesselheim 2014; Thomas J. Hwang y Kesselheim 2016).
  • Entre US$100 y 5.000 millones en ventas (Hay et al. 2014).
  • Menos de US$100 millones en ventas para pequeñas empresas biofarmacéuticas y entre US$100 millones y US$1.000 millones para medianas empresas biofarmacéuticas (Geilinger y Leo 2019).
  • Entre US$500 millones y menos de US$5.000 millones en “ventas globales de recetas” al año (IQVIA 2019b) para las PYME y menos de US$500 millones en ventas o con menos de US$200 millones en gastos anuales en investigación y desarrollo para “empresas biofarmacéuticas emergentes” (EBC) (IQVIA 2019b).
  • Entre US$100 millones y US$3.000 millones en ingresos anuales para “empresas biofarmacéuticas emergentes” (The Boston Consulting Group, citado por Brouwers, Garrison y Barido 2011).
  • “No más de €50 millones en facturación o €43 millones en el balance” (Unión Europea, Recomendación de la Comisión 2003/361 / CE, citada por Lincker et al. 2014).

2. Número de empleados:

  • Número de empleados: 100 o menos como PYME (Moran et al. 2007).
  • Empresas “con <1.000 empleados en el momento del descubrir el medicamento” (Kneller 2010)
  • “Número de empleados inferior a 250” (Unión Europea, Recomendación de la Comisión 2003/361 / CE, citada por Lincker et al. 2014).

Como se puede deducir de estos ejemplos, la literatura no adopta ninguna definición estándar para las PYME y hay mucha variabilidad de criterios, ya sea en función de los ingresos, el número de empleados o ambos. También se observa que las definiciones de las PYME y EBC / ETC a veces se superponen.

Características y ventajas
Generalmente, las PYME se caracterizan por ser financiadas externamente, tener una estructura flexible y mayor grado de riesgo en comparación con las grandes empresas. Kaitin señala que el modelo de I + D en la industria farmacéutica está en proceso de cambio, de un modelo de larga data “el modelo de I + D de una compañía farmacéutica totalmente integrada” en el que las compañías farmacéuticas individuales son responsables de todo el proceso de I + D de medicamentos, se está pasando a “una red farmacéutica completamente integrada que utiliza las capacidades de todos los actores relevantes para la I + D”, incluyendo las pequeñas empresas farmacéuticas y de biotecnología “(Kaitin 2010).

A estas pequeñas empresas se las describe principalmente como dependientes de fondos externos para la I + D, que provienen de fuentes tales como capital de riesgo o de grandes empresas, con cantidades sustanciales de deuda y un número limitado de productos en el mercado. Sin embargo, sus contrapartes, las compañías más grandes ven a estas compañías como más adaptables, capaces de asumir más riesgos y con una estructura menos rígida. Estas características, por lo tanto, les permiten “centrarse en tecnologías emergentes y en el desarrollo de terapias altamente innovadoras”, lo que ha hecho que aumenten sus proyectos de colaboración con las grandes empresas (Kaitin 2010).

También se ha observado que las pequeñas empresas de biotecnología investigan dianas de medicamentos que se consideran de mayor riesgo y están “menos validadas”. En comparación con sus contrapartes más grandes, se dice que “tienen más probabilidades de tener equipos de desarrollo con menos experiencia y menos recursos” (Hay et al. 2014).

Gopalakrishnan y Bierly examinaron las “estrategias de conocimiento” de 27 empresas dedicadas a la entrega de medicamentos, 17 de las cuales se clasificaron como pequeñas empresas (con menos de 500 empleados) y 10 como grandes (con más de 500 empleados). En el estudio, entre otras observaciones encontraron que la capacidad de las pequeñas empresas para incluir rápidamente en sus productos o procesos las últimas tecnologías disponibles (“velocidad de aprendizaje”) era crucial para obtener mayores volúmenes de patentes y citas ( “Fortaleza tecnológica”), en comparación con sus contrapartes más grandes. Señalaron que esta observación está en línea con los resultados de estudios anteriores que citan a la “velocidad y flexibilidad” como algunas de las principales ventajas que tienen las pequeñas empresas sobre las grandes (Gopalakrishnan y Bierly 2006 )

Participación en I + D y contribuciones
Cada vez se reconoce más a las PYME y las EBC por sus crecientes contribuciones a la I + D, especialmente en EE UU.

1. I + D general

Se dice que, en 2019, las ETC, por sí solas o asociadas, eran responsables del 73% (5.067 de 6.984) del total de los proyectos de la “industria” global de medicamentos que estaban en fase clínica, y el resto lo realizaban las grandes empresas. En forma desagregada, las ETC representarían el 71%, el 76%, el 68% y el 62% de los estudios de Fase I, II, III y de las nuevas solicitudes de comercialización, respectivamente, en comparación con las grandes empresas. El 45% de todos los proyectos que tienen las ETC en etapa clínica de investigación son en colaboración con otras empresas.

El área terapéutica en que la mayoría de los proyectos clínicos de estas ETC se focalizan es la oncología (Thomas 2019). En 2018, IQVIA identificó que 74 pequeñas empresas tenían ventas globales combinadas de US$159.000 millones y 446 medicamentos en su cartera de I + D, nueve empresas medianas lograron US$50.000 millones en ventas y 181 productos, y 3.212 compañías biofarmacéuticas emergentes lograron US$139.000 millones en ventas y 8.752 productos. En comparación, 25 compañías grandes tenían ventas anuales combinadas de US$637.000 millones y 1.845 productos.

Al comparar los datos entre 2003 y 2018, se observó que la proporción de los productos en etapa inicial (que abarca desde el descubrimiento hasta los estudios de Fase I) que manejaron las EBC había ido aumentando de 68% al 84%. En 2003, se habían identificado a nivel mundial 1.383 productos en fases de I+D de etapa tardía (que abarca la Fase II hasta las etapas de registro) este número aumentó a 2.891 en 2018. Una vez más, al comparar los datos entre 2003 y 2018, también se observó que las EBC habían ido aumentando la proporción los productos en etapa tardía de I+D bajo su manejo de 52% al 73% del total, respectivamente. Durante el mismo período, se observó que las pequeñas y medianas empresas tuvieron una participación limitada y decreciente en la cartera I+D de productos en etapa tardía de 6% al 5% y del 5% al 3%, respectivamente.

Las grandes empresas también exhibieron una tendencia decreciente en la proporción de productos en etapa tardía que tenían en su cartera de I+D: de 36% a solo el 19%. El aumento en la proporción de productos que manejan las EBC se atribuyó a su considerable participación en actividades de I + D en oncología y medicamentos huérfanos (IQVIA 2019b).

Según el análisis de la industria BIO 2017, las pequeñas empresas de biotecnología son responsables del 70% de todos los ensayos clínicos biofarmacéuticos en todo el mundo, que suman 6.679 programas, el 43% de los cuales se llevaron a cabo en asociación con otra compañía. Las grandes empresas realizaron el 30% restante de estos ensayos clínicos (Biotechnology Innovation Organization n.d.).

Usando la información de la base de datos BioMedTracker, Hay et al. examinaron las tasas de éxito en el desarrollo clínico de 4.451 medicamentos en investigación en EE UU, que pertenecían a 835 compañías e involucraban 5.820 transiciones de fase durante el período de 2003 a 2011. Analizando de cerca la composición de los desarrolladores de medicamentos, el 4% eran grandes compañías farmacéuticas o compañías de biotecnología que desarrollaban el 47% de estos medicamentos en investigación, el 11% eran compañías farmacéuticas pequeñas o medianas o compañías de biotecnología que desarrollaban el 16% de estos medicamentos y el 85% eran compañías emergentes de biotecnología que desarrollaban el 37% de estos medicamentos. Descubrieron, entre otras cosas, que solo el 10.4% de las 5.820 “indicaciones que se estudiaron en la Fase I fueron aprobadas por la FDA”.

Al explicar que habían detectado “tasas de éxito más bajas” que otros estudios, señalaron como factor contribuyente la considerable representación de las pequeñas empresas de biotecnología. También se identificó que las limitaciones de fondos habían influido en la elección de los productos que las pequeñas empresas decidieron desarrollar (Hay et al. 2014).

2. Enfermedad y tecnología específica

Hwang y Kesselheim analizaron los ensayos clínicos para el desarrollo de vacunas de la base de datos Pharmaprojects de Informa para el periodo de 1990 a 2012. Se observó que las PYME iniciaron el 71% de los nuevos ensayos Fase I de vacunas, a nivel mundial, en comparación con el 38% de los ensayos de vacunas de Fase III, en donde hubo más participación de las grandes empresas. En cuanto a las vacunas específicas por enfermedad, el 69% de los ensayos de Fase I para el VIH, la malaria, la tuberculosis y las vacunas de enfermedades infecciosas tropicales se atribuyeron a las PYME (Thomas J. Hwang y Kesselheim 2016).

En un estudio de 2007, Moran et al. descubrieron que los proyectos de desarrollo clínico de la vacuna contra la malaria liderados por las PYME representaban el 13% de todos los proyectos clínicos en 2006, y el resto lo llevaron a cabo asociaciones público-privadas (APP) e instituciones públicas, representando el 25% y el 62%, respectivamente. Esto es diferente de lo que ocurría en 1995 cuando todos los proyectos clínicos de malaria fueron implementados por APPs, instituciones públicas y compañías multinacionales. Con relación a los medicamentos contra la malaria, en 2006 las PYME tenían una participación del 10% de la cartera global de desarrollo y el resto lo realizaban las asociaciones de desarrollo de productos (47%), instituciones públicas (24%) y empresas multinacionales (19%) (Moran et al. 2007).

Se observó que, para el Séptimo Programa Marco de la UE para la Investigación de Vacunas Humanas, en los proyectos de vacunas los socios del sector privado representaban más del 13% del número total de socios del proyecto, y específicamente se trataba de PYME (39 socios) y grandes empresas (5 socios). También se observó que los ensayos clínicos para las vacunas de ADN estaban patrocinados principalmente por PYME y no por grandes empresas. Sautter y col. señalaron la importancia de atraer a los actores de la industria farmacéutica, en particular las PYME, para “impulsar la innovación [en vacunas] y la investigación traslacional” en la UE (Sautter et al. 2011). Del mismo modo, en el esfuerzo de I +D de antibióticos, la participación de las PYME en los ensayos clínicos ha aumentado de menos del 30% en 1990 a 60% en 2012 (T. J. Hwang, Carpenter y Kesselheim 2014).

En diciembre de 2004, Moran et al. identificaron 29 de 63 proyectos de asociación público-privada (APP) centrados en la I + D de medicamentos para enfermedades olvidadas que emplearon “pequeñas empresas comerciales y grupos públicos/ académicos que trabajaban de forma totalmente remunerada”. De estos 29 proyectos, se identificaron cuatro para que los realizaran “pequeñas empresas centradas en enfermedades olvidadas” y otros cuatro para que los hicieron “pequeñas empresas centradas en enfermedades occidentales”, todas ellas ubicadas ​​en occidente.

El primer grupo considera las enfermedades olvidadas como un “nicho de mercado comercial potencial” y, como tal, no dependen de la financiación de las APP, sino que esperan obtener ganancias monetarias por la venta de sus productos. El último grupo, al especializarse en los mercados occidentales, depende de la financiación de los capitalistas de riesgo y, por lo tanto, se los presiona para producir ganancias que el mercado de enfermedades olvidadas no ofrece. Para ambos grupos, las APP pueden ofrecer financiamiento y experiencia técnica, sin embargo, se dice que el ultimo grupo lo necesita más, por considerar que todavía necesita agentes “catalizadores” para participar en actividades de I + D en enfermedades olvidadas (Moran et al. 2005).

3. Aprobaciones de medicamentos

Geilinger y Leo señalaron que, en 2018, el 49% de las aprobaciones de medicamentos en EE UU eran propiedad o su licencia procedía de compañías pequeñas con ventas que ascendían a US$100 millones o menos en comparación con el 25% de las 10 compañías farmacéuticas que generan las mayores ventas en todo el mundo (Geilinger y Leo 2019). Kneller rastreó 252 medicamentos aprobados por la FDA entre 1998 y 2007 (este número refleja “casi todos” los medicamentos aprobados por la FDA y regulados por el Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos durante dicho período) y estudió la participación de diferentes inventores durante el proceso de descubrimiento de los fármacos. Llegó a la conclusión de que los niveles de descubrimiento de las pequeñas empresas son casi comparables a los de las grandes compañías farmacéuticas. También se observó que las compañías de biotecnología descubrieron el 18% de los 252 productos farmacológicos (Kneller 2010).

Munos analizó los orígenes de 1.222 nuevas entidades moleculares (NME) aprobadas por la FDA entre 1950 y 2008. Encontró, entre otras cosas, que: (i) 193 de estas NME fueron desarrolladas por 103 pequeñas empresas que posteriormente se fusionaron o fueron adquiridas y, por lo tanto, ya no existen (ii) 25 por 19 empresas pequeñas ya liquidadas; (iii) 79 por 23 pequeñas empresas que estuvieron activas desde 1950 hasta 2008; y (iv) 105 por 66 pequeñas empresas que existían en virtud de acuerdos de fusión o adquisición. Observó además que las pequeñas empresas eran responsables de una proporción cada vez mayor de NME aprobadas por la FDA, desde aproximadamente el 23% en la década de 1980 hasta casi el 70% en 2008.

Esto contrasta con el descenso en la proporción de NME procedentes de grandes empresas, de 75% al ​​35% durante el mismo período. Se observó que, a partir de 2004, “las pequeñas empresas han igualado o superado constantemente a sus competidores más grandes”. Este aumento de la productividad, según el número NME, de las pequeñas empresas se atribuyó al creciente número de pequeñas empresas con un NME y a que las pequeñas empresas están aumentando su “producción media anual de NMEs”. Analizando los proyectos que, entre 1980 y 2004, estaban en etapa de descubrimiento, se descubrió que las pequeñas empresas estuvieron involucradas en el 47%, lo que representa una mayor participación en comparación con solo el 38% de las grandes empresas. Sin embargo, se observó que, durante el mismo periodo, las empresas pequeñas y grandes tenían casi la misma participación en los proyectos en etapa de desarrollo (Munos 2009).

IQVIA observó que de las 59 “nuevas sustancias activas” sometidas a la aprobación de la FDA en 2018, las EBC habían inventado el 64%, otro 5% fueron descubiertas por pequeñas empresas, 5% por medianas empresas y el 25% provenían de grandes empresas. Las EBC enviaron el 47% de las solicitudes de comercialización de estas 59 sustancias a la FDA, las grandes empresas presentaron casi el 44%, el 5% las medianas empresas y el 3% las pequeñas empresas (IQVIA 2019a). También se observó que, en 2009, el ingrediente activo de aproximadamente el 22% de los 50 medicamentos principales fueron descubiertos o creados por EBC (Brouwers, Garrison y Barido 2011).

Además, Mullard señaló el creciente papel de los pequeños “patrocinadores emergentes”, refiriéndose a los que por primera vez recibieron una aprobación de la FDA. Se observó que fueron responsables del 41% de las aprobaciones de medicamentos en 2012 y del 37% en 2011. Hubo seis patrocinadores emergentes en 2012 y cuatro en 2011 que obtuvieron las aprobaciones de la FDA independientemente (Mullard 2013). Lincker y col. analizaron 94 solicitudes de comercialización de medicamentos con una “nueva sustancia activa” que recibieron la aprobación del Comité de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) durante el período 2010 – 2012. Descubrieron que el 27% de las solicitudes aprobadas y el 61% de las solicitudes relacionadas con medicamentos huérfanos se originaron en PYME. Además, el 13% tenían a una PYME como “titular del permiso de comercialización”. Al observar la transferencia de productos entre desarrolladores, observaron que 18 solicitudes se originaron en PYME que eventualmente se transfirieron a compañías grandes o “intermedias”, la mayoría de las cuales se realizaron en virtud de acuerdos de licencia externa (13 solicitudes) y el resto (5 solicitudes) como resultado de un acuerdo de fusión o adquisición por una gran empresa. Las PYME también recibieron transferencias de “organismos académicos / públicos / APP” (5%), empresas grandes o intermedias (4%) y otras PYME con un 2% (Lincker et al. 2014).

Costos y eficiencia de I + D
Hay poca investigación sobre los costos reales de la I + D que realizan las PYME. En los estudios existentes, no queda claro si sus costos son más altos o bajos que los de sus contrapartes más grandes. Myers y Shyam-Sunder estimaron los valores de riesgo y los costos de capital a diciembre de 1988 para siete “pequeñas empresas farmacéuticas” y los compararon con los valores correspondientes de las grandes empresas farmacéuticas. Observaron que las pequeñas empresas tenían niveles de riesgo y costos de capital más altos que los de sus contrapartes más grandes (Myers y Shyam-Sunder 1996). Las cifras de 2005 de DiMasi y Grabowski mostraron los costos de I+D de diecisiete productos biofarmacéuticos desarrollados por cuatro empresas de biotecnología (cuya definición no se proporcionó en el estudio). Entre otras cosas, encontraron que: (i) cada producto biofarmacéutico aprobado implicaba los siguientes gastos estimados “de bolsillo”, US$198 millones para los estudios preclínicos, US$ 361 millones para los clínicos, para un total de US$559 millones, y (ii) usando datos ajustados por las diferencias en el período de tiempo, el costo total de bolsillo de la “I + D” en biotecnología por producto biofarmacéutico aprobado de US$559 millones es inferior al costo de las “empresas farmacéuticas tradicionales” que era de US$672 millones [las cifras monetarias se expresan en valores de US$ de 2005] (DiMasi y Grabowski 2007).

Ardal y col. encuestaron a 25 PYME en Europa (la mayoría de las cuales se dedican a la “salud humana”, pero el 28% también trabajan en “problemas de salud animal y / o medioambientales”) sobre los costos y los plazos de la (I + D) en antibióticos, desde la identificación de compuestos lideres hasta los ensayos clínicos de fase II. Identificaron los siguientes costos estimados y plazos: (i) durante la fase de identificación de los compuestos líderes, las PYME pueden incurrir en costos entre €100,001 y mayores a €1,000,000, tardando entre 6 meses y 4 años; (ii) durante la fase de optimización de compuestos líderes, muchas de las PYME incurrieron o proyectan incurrir en costos de €1 – 5 millones nuevamente en un periodo de 6 meses a 4 años; (iii) durante los ensayos preclínicos, muchas de las PYME incurrieron o proyectan incurrir en costos de €1 – 5 millones en un periodo de 1 a 2 años; (iv) durante los ensayos clínicos – Fase I, muchas de las PYME incurrieron o proyectan incurrir en costos de €1 – 10 millones en un periodo de 6 meses a 2 años; y (v) durante los ensayos clínicos – Fase II, muchas de las PYME incurrieron o proyectan incurrir en costos de €1 – 20 millones en un periodo de 1 a 4 años. Se interpretó que estos resultados indican que las PYME anticipan incurrir en menores costos de I + D que sus contrapartes más grandes (Årdal et al.2018).

Desafíos de I + D
Los programas de desarrollo clínico, especialmente en términos de diseño e implementación, plantean desafíos importantes para las pequeñas empresas biofarmacéuticas. Estos son principalmente atribuibles a limitaciones en las finanzas, recursos y experiencia. Moscicki y Tandon analizaron el desarrollo de cuatro fármacos para enfermedades raras que realizaron pequeñas compañías biofarmacéuticas y las estrategias que utilizaron para superar las dificultades especifícas del programa clínico. También proporcionaron una lista con una muestra de las pequeñas compañías biofarmacéuticas que obtuvieron aprobaciones de medicamentos entre 2014 y 2015 tras realizar ensayos clínicos de Fase III, y de las estrategias institucionales que utilizaron para superar los desafíos del desarrollo de medicamentos, por ejemplo, focalizarse solo en ciertas enfermedades, centrarse en la reutilización de medicamentos o depender de los acuerdos de licencia (Moscicki y Tandon 2017).

En la UE, especialmente en el caso de las iniciativas de investigación y desarrollo de vacunas, los principales desafíos para la participación de las PYME, tal como se determinó durante las discusiones con las partes interesadas lideradas por la Asociación de Innovación para definir un plan sobre Vacunas en Europa, son: adquisición de habilidades, experiencia y disponibilidad de fondos (Medaglini et al. 2018). En enero de 2017, Ten Ham et al. encuestaron a 271 empresas con fines de lucro involucradas en el mercado europeo sobre sus iniciativas para el desarrollo de medicamentos de terapia avanzada y sobre los desafíos que enfrentaron durante el desarrollo clínico. De los 68 encuestados, el 65% se identificaron como PYME (con un número de empleados de entre 1 y 249 personas) y el resto de los encuestados eran grandes empresas. Los autores observaron una mayor participación de las PYME en medicamentos de terapia avanzada que en “moléculas pequeñas e industria biotecnológica”. Los desafíos que enfrentan las PYME que trabajan en esta área incluyen aquellos relacionados con la financiación de la transferencia de la fase preclínica a la de desarrollo clínico (ten Ham et al.2018).

Estrategias
1. Innovación

Varios investigadores han estudiado las estrategias de innovación de las PYME y ETC. Wikhamn y col. encuestaron a 104 PYME biofarmacéuticas suecas para determinar el grado de sensibilización de la industria y el empleo de “actividades de innovación abierta”. Su estudio reveló, entre otras cosas, que si bien la innovación abierta no es un concepto ampliamente conocido entre los Directores Ejecutivos (encuestados), la mayoría de las PYME participaban en prácticas comerciales que están alineadas con este concepto, por ejemplo, “redes externas” atribuibles a “prácticas estándar [de la industria]”. Además, observaron que el uso de prácticas de innovación abierta por parte de las PYME, dentro de sus propios departamentos de investigación y desarrollo, no era con intención de reducir estos departamentos. Por último, señalaron que las PYME que emplean estrategias de innovación abierta se consideran más innovadoras que sus pares (Wikhamn et al. 2016). Prokop y Stejskal examinaron e identificaron las variables que afectan las “innovaciones de productos y procesos” de las PYME alemanas. Con respecto a las “473 organizaciones químicas y farmacéuticas” incluidas en el estudio, encontraron, entre otras cosas, que para las pequeñas empresas (aquellas que tienen menos de 50 empleados), las variables más influyentes en las “actividades de innovación” son “las actividades y gastos internos y externos en I + D” (Prokop y Stejskal 2019).

2. Arreglos de licencia

Thomas demostró que en 2018 las ETC otorgaron licencias de proyectos a grandes compañías y recibieron pagos anticipados por un total de US$9.100 millones. Esto refleja un aumento del 107% con respecto a las actividades de licencias en 2017, que solo ascendieron a US$4.400 millones. Entre los años 2009 y 2018, el promedio global de acuerdos de adquisición que involucran ETC, ya sea para I + D u orientadas al mercado, fue de 41 acuerdos. El número de adquisiciones en 2018 fue ligeramente inferior al promedio, 32 acuerdos, de los cuales el 66% involucraron ETC con sede en EE UU y tuvieron un valor total de US$26.400 millones. El 88% de los acuerdos de 2018 involucraron ETC orientadas a I + D con un valor total de adquisición de US$32.500 millones y el resto involucraron ETC orientadas al mercado con un valor total de adquisición de US$2.200 millones (Thomas 2019).

Song y Leker analizaron los acuerdos de licencia de las compañías farmacéuticas en Corea para determinar su uso “e identificar las estrategias inconfundibles de innovación”. Entre otras cosas, el estudio analizó el “tamaño de la empresa” como una de las variables y señaló que tiene una influencia positiva en el establecimiento de acuerdos de licencia. Además, señalaron que las pequeñas compañías farmacéuticas coreanas incluidas en el estudio solo tenían unos pocos acuerdos de licencia (Song and Leker 2019).

Incentivos
Los incentivos para la I + D de las PYME pueden incluir subvenciones directas, créditos fiscales y bonos de revisión prioritaria.

1. Incentivos reales

Algunos documentos analizaron los incentivos financieros actualmente disponibles para las PYME. Se dice que un crédito fiscal del 50% para cubrir los costos de los ensayos clínicos, que estaba disponible para las entidades que realizan I + D de medicamentos para enfermedades raras en virtud de la Ley de Medicamentos Huérfanos de 1983, tiene un efecto positivo en la supervivencia y el crecimiento de las PYME (TJ Hwang, Carpenter y Kesselheim 2014). La Comisión Europea a través de su programa Horizonte 2020, puso a disposición €130 millones para “investigación clínica para la validación de biomarcadores y / o dispositivos médicos de diagnóstico” con el objetivo de ayudar a las PYME centradas en pruebas diagnósticas de la UE. Se observó que esta convocatoria recibió propuestas de calidad de 1.194 entidades (Sanne 2018).

Ekins y Wood discutieron sus experiencias en la creación de dos pequeñas empresas con sede en EE UU para hacer investigación de “etapa temprana” sobre enfermedades raras y olvidadas. Sus compañías buscaron fondos federales de los programas de Investigación Innovadora para Pequeñas Empresas y de Transferencia de Tecnología para Pequeñas Empresas de los Institutos Nacionales de Salud de EE UU. Ellos opinaron que la posible emisión de un cupón de revisión prioritaria de la FDA [1] para medicamentos para enfermedades pediátricas raras puede ayudar a las empresas a atraer inversionistas privados como los capitalistas de riesgo “en ausencia de una población considerable de pacientes” para sus enfermedades objetivo (Ekins y Wood 2016)

Con respecto al financiamiento, Thomas descubrió que, en 2018, el financiamiento global con capital de riesgo dirigido a las ETC aumentó a US$17.500 millones en tanto que en 2009 fue de US$4.400 millones. En particular, las ETC con sede en EE UU recibieron inversiones de riesgo por valor de US$12.300 millones en 2018, el 95% de los cuales se destinaron a proyectos nuevos de I + D, mientras que el resto se asignó a esfuerzos de I + D para mejorar los medicamentos. Estas empresas con sede en EE UU recibieron una cantidad significativamente mayor de fondos de riesgo en comparación con sus contrapartes no estadounidenses, que recibieron un total de US$5.200 millones. Los ETC estadounidenses y no estadounidenses que se centran en actividades de I + D para oncología reciben la mayor cantidad de fondos de los capitalistas de riesgo (Thomas 2019).

2. Sugerencias de incentivos

Otro conjunto de documentos discutió los incentivos que se podrían poner a disposición de las PYME para estimular el desarrollo de productos de salud. Tras señalar su importante participación en la realización de ensayos de Fase I de vacunas en comparación con las grandes compañías farmacéuticas, Hwang y Kesselheim sugirieron la promulgación de políticas, por ejemplo, asociaciones público-privadas y premios, para ayudar al esfuerzo de las PYME en I + D en esta área (Thomas J Hwang y Kesselheim 2016). Del mismo modo, Hwang, Carpenter y Kesselheim sugirieron que las políticas deberían dirigirse a las PYME que realizan investigación y desarrollo de antibióticos para ayudarlas en sus actividades, es decir, a través de esquemas de crédito fiscal, asociaciones público-privadas y financiamiento directo de investigación (T. J. Hwang, Carpenter y Kesselheim 2014).

Recursos útiles

  1. Desde 2015, BIO ha publicado un informe anual sobre las tendencias mundiales relacionadas con los ETC, desde la financiación hasta la forma en que se comparte la cartera de proyectos de I+D. Se puede acceder a los informes en este enlace: https://www.bio.org/bio-industry-analysis-reports
  2. El Registro de PYMEs de la EMA (que se encuentra en este enlace: https://fmapps.emea.europa.eu/SME/search_advanced2.php) proporciona una base de datos de las PYMEs registradas en el Espacio Económico Europeo. Entre otras cosas, los resultados pueden filtrarse en función de las etapas de I + D en relación con los sectores (bio) farmacéuticos y de dispositivos médicos y tecnología, así como por tipo de productos, sustancias y áreas terapéuticas.

Brechas de investigación

  • Análisis de las contribuciones de I + D de las PYMEs no estadounidenses.
  • Análisis de los costos de I + D y la eficiencia de las PYME.

Notas
[1] Existe una síntesis de investigación separada sobre los vales de revisión prioritaria, disponible en https://www.knowledgeportalia.org/priority-review-vouchers

Nota de Salud y Fármacos: El documento que aparece en el enlace del encabezado incluye tablas resumen de todos los artículos y documentos que se han incluido en este estudio.

Referencias

  1. Årdal, Christine, Enrico Baraldi, Ursula Theuretzbacher, Kevin Outterson, Jens Plahte, Francesco Ciabuschi, and John-Arne Røttingen. 2018. “Insights into Early Stage of Antibiotic Development in Small- and Medium-Sized Enterprises: A Survey of Targets, Costs, and Durations.” Journal of Pharmaceutical Policy and Practice 11 (1). https://doi.org/10.1186/s40545-018-0135-0. https://joppp.biomedcentral.com/articles/10.1186/s40545-018-0135-0
  2. Biotechnology Innovation Organization. n.d. “Biopharmaceutical Sector, A Driver of Innovation.” Biotechnology Innovation Organization. Accessed February 25, 2019. https://www.bio.org/toolkit https://www.bio.org/toolkit
  3. Brouwers, Charles-André, Amber Garrison, and Paulina Ponce de Leon Barido. 2011. “Emerging Biopharmaceutical Companies: Ensuring a Favorable Environment for Continued Innovation.” The Boston Consulting Group. http://phrma-docs.phrma.org/sites/default/files/pdf/bcg_emerging_biopharmaceutical_companies_white_paper.pdf.
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creado el 4 de Diciembre de 2020