Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

VENTANA ABIERTA

Una carta del Congreso al Presidente Obama que confronta la política de la India sobre propiedad intelectual falsamente condena el proteccionismo al mismo tiempo que defiende a las grandes farmacéuticas(Congressional Letter Challenging Indian IP Policy Falsely Condemns Protectionism While Trouble-Shooting for Big Pharma)
Traducida por Salud y Fármacos

Brook K. Baker
Profesor de la Facultad de Derecho, de la Universidad de Northeastern, Boston
Miembro del Programa de Derechos Humanos y Economía Global, y Asesor sobre Políticas de Salud de Health GAP

El 18 de junio de 2013, 170 miembros del Congreso de EE UU escribieron al Presidente Obama criticando la política de comercio de India y en particular los aspectos relacionados con la propiedad intelectual. Bajo la excusa de que las políticas del gobierno de India favorecen a los productores domésticos sobre los exportadores de EE UU, en otras palabras que India es un país proteccionista, los miembros del Congreso afirmaron que “la posición de la India sobre propiedad intelectual es cada día más desafiante”.

Específicamente, la carta se quejaba de los temas de propiedad intelectual que afectan a la industria farmacéutica: “Por ejemplo, el año pasado a India revocó las patentes de varias compañías biofarmacéuticas inapropiadamente o las cortes indias rechazaron sus apelaciones para poder comercializar varios medicamentos necesarios para salvar la vida de pacientes. Además, el gobierno de India otorgó por primera vez una patente obligatoria para un medicamento para el cáncer avanzado (estadio tres) de hígado y riñón. Se ha informado que otros  medicamentos pueden llegar a ser objeto inmediato de patentes obligatorias y que las decisiones sobre estas patentes no representan una respuesta adecuada a los intereses del mercado farmacéutico creciente en India. Estas decisiones del gobierno indio nos preocupan profundamente porque la innovación y la protección de la propiedad intelectual son las locomotoras que mueven significativamente la economía de los EE UU”.

Bajo el Convenio ADPIC de la Organización Mundial de Comercio, India tiene todo el derecho a definir los estándares para patentar productos, siempre y cuando satisfagan los estándares mínimos establecidos en ADPIC, es decir constituyan una novedad, avance inventivo, y tengan potencial industrial. India ha elegido definir y poner en práctica un estándar riguroso para otorgar patentes. Al utilizar un estándar riguroso, India puede prohibir patentes para usos secundarios, es decir patentes para nuevos usos de medicamentos existentes o modificaciones pequeñas de medicamentos/principios activos que no conllevan una mejora significativa de su eficacia terapéutica.  Mientras los miembros del Congreso y los ejecutivos de las grandes farmacéuticas, incluyendo los de Novartis y Pfizer, condenan la decisión de India de negar la patente a un nuevo uso de Glivec contra el cáncer, parecen olvidarse de que durante los últimos ocho años tanto Novartis como Pfizer han recibido cientos de patentes de medicamentos en India y que solo se han negado patentes frívolas y no meritorias. Es más, más que para defender los intereses de los productores domésticos, la decisión sobre el medicamento de Novartis en India permitiría la importación del Glivec desde cualquiera de los 160 países del mundo en que Glivec, en este momento, tampoco está patentado.

EE UU es notorio por la facilidad con la que otorga a las compañías farmacéuticas la extensión de sus monopolios por medio de patentes secundarias (evergreening patents), lo que se reconoce eufemísticamente dentro de los círculos elitistas de la industria farmacéutica innovadora como gestión del estilo de vida de las patentes (patent lifestyle management). Estas patentes pueden añadir décadas a los 20 años iniciales de exclusividad concedida por la patente original. Incluso en EE UU, la Corte Suprema, los académicos y otros decisores recientemente han empezado a cuestionar los laxos estándares para otorgar las patentes y el impacto  que tienen en la asequibilidad y en la ecología de la innovación. Así, la Corte Suprema recientemente ha reforzado los estándares de lo que se considera una invención, ha prohibido patentar los genes que existen en la naturaleza, y ha cuestionado el impacto competitivo que tienen los tratos amigables que retrasan la entrada de los medicamentos genéricos en el mercado. En vez de apoyar a las grandes farmacéuticas, el Congreso debería prestar atención e incrementar los estándares para patentar productos en EE UU, reducir las marañas que rodean las patentes, y restringir a los duendes que las rodean. Puede ser que entonces podamos controlar algo de los costos inflados de nuestros servicios de salud, reducir el déficit federal, y el coste que el sistema farmacéutico vigente impone en la productividad.

Igualmente, el Convenio ADPIC de la Organización Mundial de Comercio permite a India y a cualquier otro país conceder patentes obligatorias por las razones que quieran siempre que se salvaguarden ciertos  procedimientos. Utilizando procedimientos totalmente legales pare conceder licencias obligatorias, India concedió una licencia obligatoria para fabricar un medicamento para el cáncer de Bayer, porque tenía  un precio excesivamente caro. Para ello, en una decisión de 60 páginas emitida por la corte se citaron tres justificantes: precio excesivo, incapacidad para responder a las necesidades del mercado, y negativa a producir el medicamento localmente. Como resultado de esta decisión, el costo del medicamento contra el cáncer se ha reducido más de un 97%, demostrando el excesivo sobreprecio que Bayer impone a los pacientes. Más que decisiones arbitrarias, el sistema legal de India permite que una corte revise la decisión de emitir una licencia obligatoria, que ahora Bayer está apelando. Desde un punto de vista puramente comercial, no se puede afirmar que  India actúe en forma proteccionista;  lo que India está protegiendo es la salud pública, los recursos públicos, y el sentido común frente a una imposición monopólica de precio.

Aunque los miembros del Congreso y la gran industria farmacéutica se quejan de las licencias obligatorias, EE UU tiene quizás el sistema más fácil del mundo para permitir que el gobierno (cualquier funcionario o contratista federal)  emita licencias  obligatorias, y ha usado estos derechos cientos de veces. Aunque no hay derecho  rutinario para conceder licencias obligatorias de medicamentos en todos los sectores de la economía, sí los hay para emitir licencias obligatorias de otras  tecnologías, y EE UU tiene el derecho de conceder licencias obligatorias de patentes generadas con recursos federales.

Es sumamente irónico que el país más poderoso del mundo grite ¡cuidado! Quienquiera que objetivamente examine la política comercial de EE UU, incluyendo la que está utilizando en las  negociaciones del Convenio de Asociación Transpacífico, concluirá que EE UU es implacable en su búsqueda por alcanzar los estándares más elevados de patentibilidad, proteger datos, y exigir que se cumpla el objetivo de proteger los intereses de la gran industria farmacéutica y otras industrias domésticas que dependen de la propiedad intelectual. Más de 600 representantes de la industria participan en comités que asesoran al Representante Comercial de los EE UU y tienen privilegios para acceder a las propuestas de acuerdos comerciales que permanecen  secretas para el resto de los ciudadanos

Es un insulto a la democracia  que el primer Miembro del Congreso obtuviera acceso a solamente tres secciones del  texto del Convenio de Asociación Transpacífico el 12 de junio del presente, mientras que los representantes de la industria han estado cabildeando a los negociadores comerciales de EE UU durante tres años promoviendo sus intereses monopólicos.  Es un insulto a nuestra inteligencia colectiva cuando los miembros del Congreso engañosamente condenan “el proteccionismo” de India mientras toleran los avances monopólicos globales y lo hacen para proteger “empleo e inversiones” en EE UU.

Nos gustaría que más países, incluyendo el nuestro, emularan las políticas de propiedad intelectual de India. Quizás entonces tendríamos un acceso más asequible y equitativo a los bienes públicos globales, tales como los medicamentos, quizás entonces Medicare no estaría en bancarrota, y quizás entonces los frutos del progreso no se acumularían entre los que se enriquecen con la propiedad intelectual, estas personas que ofrecen tan poco en términos de innovación a pesar de los beneficios económicos masivos que reciben, resultado de los monopolios que existen aquí y en otros países.

modificado el 28 de noviembre de 2013