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ETICA Y DERECHO

Conflicto de Interés

Uruguay. FNR exigirá a médicos declarar si tienen vínculo con laboratorios
Viviana Ruggiero
El País Digital (Uruguay), 22 de julio de 2012
http://www.elpais.com.uy/120722/pnacio-653231/politica/fnr-exigira-a-medicos-declarar-si-tienen-vinculo-con-laboratorios/

Los médicos que soliciten tratamientos y fármacos al Fondo Nacional de Recursos deberán declarar, a partir del 1° de enero de 2013, si mantienen un vínculo con el centro donde se atenderá al paciente o con el laboratorio que provee la medicación.

Médicos que viajan a congresos organizados por laboratorios, profesionales que recomiendan tratamientos con nombres comerciales, que participan de actividades financiadas por la industria farmacéutica o que trabajan en Institutos de Medicina Altamente Especializada (IMAE) además de desempeñarse en otras instituciones.

En Uruguay es común que esto suceda, y por ende los médicos suelen enfrentar un conflicto de intereses.

Como consecuencia, y para evitar “suspicacias”, el Fondo Nacional de Recursos (FNR) “exigirá” a los médicos que soliciten un tratamiento para sus pacientes que “declaren” si tienen algún vínculo con la institución donde se realizará el acto médico o con el laboratorio que provee el fármaco.

Así lo establece el artículo 183 del proyecto de Rendición de Cuentas. El tema fue incluido al documento por los ministerios de Salud Pública y de Economía a pedido de la propia dirección de FNR.

“Hay muchas sospechas e incluso certezas de que hay solicitudes de tratamientos o medicamentos que tienen un conflicto de intereses por parte de quien solicita”, aseguró a El País el codirector técnico del FNR, Alarico Rodríguez, y ejemplificó su afirmación: “Si un médico va a pedir que a un paciente se le haga un cateterismo en determinado IMAE, se tiene que declarar un conflicto de intereses si él es quien hace el cateterismo en ese centro. Lo mismos con la medicación. A nosotros suelen pedirnos una marca concreta y si hay un vínculo con ese laboratorio se tiene que saber”.

El jerarca entiende que declararlo otorga “transparencia al proceso” y aclaró que “dejar sentado” el conflicto de intereses del profesional no implica que la solicitud sea rechazada y que el tratamiento no se efectúe. “Es simplemente jugar con las cartas a la vista”, explicó.

Rodríguez afirma que estas situaciones son “inevitables” en un país con las características de Uruguay. “Nadie es exclusivo de un trabajo, entonces se juega el doble rol. Pero el deber ser establece que esas cosas hay que declararlas. Y eso es lo que queremos hacer”, indicó.

En una presentación realizada días atrás en un seminario de la Junta de Transparencia y Ética Pública, la coencargada de la Dirección Técnica Médica del FNR, Rosana Gambogi, opinó que la “existencia de un probable conflicto de intereses no necesariamente es punible, pero requiere para su resolución en primer término, la declaración y posterior observación del mismo”.

Reconoció también que el Fondo quiere que los conflictos de intereses se conozcan para “defender el verdadero fin del ejercicio de la medicina”.

Durante el año 2011 el FNR financió 19.349 actos médicos y tratamientos con fármacos. La institución (que recibe aportes económicos públicos y privados y es administrado por una Comisión Honoraria) tiene un presupuesto anual de US$ 200 millones y en medicamentos invierte US$ 40 millones (ver recuadro).

Relación paralela
Los médicos y la industria farmacéutica tienen un vínculo muy estrecho. La Comisión Parlamentaria de Salud de la Cámara de los Comunes británica presentó hace unos años un informe sobre la influencia de la industria farmacéutica en el cual concluyó que “es enorme y se encuentra fuera de control”. Uruguay no escapa de esto y la relación ha ido creciendo.

La adquisición de conocimiento por parte de los profesionales de la salud es uno de los principales factores que propicia el vínculo, según escribió en la revista Médica del Uruguay la doctora María Teresa Rotondo.

La profesional reconoció que en la adquisición de conocimiento tiene relevancia la realización de encuentros científicos con profesionales de experiencia así como jornadas de presentación y discusión de casos, entre otras actividades. “La situación actual ha llevado a la casi imposibilidad de realización de congresos subvencionados por los propios interesados. Y la industria es la gran ayuda para la realización de dichos eventos”, reconoció.

El factor económico es el que lleva a los médicos a “aceptar” las subvenciones que ofrece la industria farmacéutica de modo de mantener los conocimientos para poder tratar mejor a sus pacientes. Y por contrapartida, para la industria esa inversión es “redituable”.

“La industria ha observado que el apoyo económico a los médicos es un hecho que no va en desmedro de sus ganancias, sino todo lo contrario: se obtienen réditos importantes que favorecen la estrategia de ventas. Entonces, ¿dónde pueden radicarse los efectos negativos de esta unión de intereses económicos? Cuando desde la perspectiva del médico se pierde el objetivo final, es decir, mirar por el interés de su paciente y comenzar a mirar por su propio interés”, explica la doctora.

modificado el 28 de noviembre de 2013